2016/04/28

[28] COSAS QUE SÍ IMPORTAN: "JUAN VELARDE, TESTIGO DEL GRAN CAMBIO"

«Con seguridad sólo sabemos que es bueno aquello que nos ayuda a conocer»
[Baruch de Spinoza]
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1. Con toda cautela
Mis bases, entendidas en su más amplia acepción, me exigen ser muy cauto. Opinar acerca de ciertas cuestiones requiere de buenas dosis de sutileza y finura de espíritu, de las que sólo creo pueda disponerse tras un lento proceso de instrucción, si es que se llega a ello. No digamos ya opinar acerca de personas.
“Les gens de lettres” conforman un colectivo tan heterogéneo como el de los hombres de ciencia, por lo que cualquier enjuiciamiento que se haga debe acotarse a la perfección. Eso no me ha impedido mantener hasta ahora un notable, y creo que muy legítimo, recelo acerca de los efectos de la acción de aquellos sobre las condiciones efectivas en las que transcurre nuestra convivencia aquí y ahora. Ver algunos nombres de muy poco mérito –a mi juicio, por supuesto– entre quienes componen el Consejo de Estado, "el supremo órgano consultivo del Gobierno", me induce a ello, por ejemplo. Pero como de todo hay en la viña del Señor, olvidemos la pincelada para mejor percibir el cuadro. 
Ahora bien, opinar es arriesgar. Y aunque trate de hacerlo sobre la base de la más honesta y recta intención, ello no me exime de errores e inconsistencias. En consecuencia habré de ser juzgado en cada ocasión según lo correcto del juicio emitido, sin que aciertos pasados presupongan en modo alguno franquicias futuras. Así es y así debe ser; con todas las consecuencias.
Por ello señalo lo arriesgado de estas notas: mi alejamiento de las doctrinas, teorías y políticas económicas aplicadas es más que palmario. Y el desconocimiento de quienes protagonizan ese campo del saber, o su práctica en forma de acción política significativa, va parejo.
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¡Hombre!, no puedo decir que los nombres de D. Enrique Fuentes Quintana o de D. Juan Velarde Fuertes me sean completamente desconocidos. Por ejemplo, son los autores del único libro que conservo del bachillerato, Política Económica, Editorial Doncel, manual de estudio en la materia "Formación del Espíritu Nacional" que cursara hace casi 5 décadas en un Instituto público: nulo adoctrinamiento, sí buenas bases instructivas, que yo recuerde. De hecho, cuando he de refrescar algún concepto elemental de Economía, sigo acudiendo a él
El nombre de Fuentes Quintana, por otra parte, evoca un hecho político de enorme importancia, acaecido allá por 1977, los Pactos de la Moncloa. Y, por concluir, D. Juan Velarde era contertulio habitual de un programa radiofónico vespertino, del cual yo era oyente asiduo quizás haga cosa de 8 años, pero esta fecha no la recuerdo a la perfección.
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2. La portada
Cualquier editor conoce de la importancia de una portada: es lo que a los lectores comunes atrae, en primer lugar, su atención; colores, tipos, texturas, tamaños... Hablo de lectores comunes, insisto, no de quienes –por hallarse fuera de lo común– actúan movidos tan solo por el contenido, al margen de portadas. 
La imagen que ofrece "Juan Velarde: Testigo del gran cambio. Conversaciones con Mikel Buesa y Thomas Baumert", [Ediciones Encuentro, Madrid. 2016] me llama sobremanera la atención.
El sereno sosiego de esa mirada y ese semblante es todo un compendio de cualidades de quien preside en la actualidad la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas, la casa que acaba de acoger la presentación de esas sus "Memorias". Cualidades que no enumeraré porque, por un lado, resulta ocioso y, por otro, entre el reconocimiento y el ditirambo no soy capaz de establecer una discontinuidad nítida, así que aplicaré una austera cautela.
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3. Conocernos
Leí en una ocasión que, antes de D. Marcelino Menéndez y Pelayo, los españoles nos desconocíamos. Por desconocer, mi estado natural, desconocía también el cúmulo de saber que atesora la Academia de Ciencias Morales y Políticas, de la que tenía vaga noticia por la lectura del discurso de ingreso de D. Luis Díez del Corral. Afortunadamente esta publicación también me ha permitido saber algo más de esa egregia institución.
Así que me felicito, y felicito a todos quienes de una forma u otra han contribuido a ello, por la oportunidad de acercarme al conocimiento de la persona de uno de mis más brillantes compatriotas. Y, a resultas de su testimonio, al conocimiento acerca de qué somos, o cómo se abordaron cuestiones decisivas en esos años que ya van quedando atrás, como difuminados por una luz crepuscular. Lo propicia tener cerca a un intelectual tan enorme como honesto; uno de los pocos que nos van quedando, todo un lujo. Y son éstas cosas que sí importan.
Apreciados lectores, me atrevo a recomendar esa lectura sin cautela alguna. 
Aunque sólo sea por mera "apuesta pascaliana": por leerlo no se pierde nada pero, ¡ay, si por no leerlo desecharamos una oportunidad de mejorarnos!.



2016/04/22

[27] DESDE PANAMÁ CON AMOR

«Mi Panamá es un país muy saludable pues que aquí, en nuestras clínicas de postín, les sanamos de esos males tan agudos de allí...»
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Estimados lectores. Estos días de tanto ajetreo mi correo anda muy atareado. Por fortuna este que recibo, de un tan desconocido como muy entrañable amigo panameño, no fue directamente a la papelera. Seré todo un caballero y no defraudaré su confianza en mí, a la que se hace acreedor con ese depurado saber que aporta desde el trópico para las pequeñas contrariedades de la vida. Ahí va.
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«Sr. editor y amigo.
Sigo con atención sus comentarios y, viendo que no hace caso a este pequeño rincón del planeta que tanta fama atesora, mi Panamá querida, me digo si tendrá a bien publicar esto que se me ocurre, ahora que estoy solito con la sola compañía de un mojito.
Ya sabe que unos “Papeles de Panamá” nos tienen pero que muy distraídos por aquí, y también por allí y por allá, porque no hay rincón en el que no haya caído alguno como llovido del cielo, de tantos como se aventaron.
Que si fue Pedro, que si fue Juan quien lo hizo. Que si querían perjudicar a Cosme beneficiando a Damián... ¡vaya balacera que se organizó!
Panamá, mon amour
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Mire usted, Sr. editor, que secretitos por aquí no puede haber. ¿Quién viene? ¿A qué? Es muy fácil de saber; esto es muy chico... Y si llevas sombrero, gafas de sol y el cuello de la gabardina alto, pues que te ven más...: “¿Y ése, pues quién será? ¿Y aquél, pues quién le habrá mandao? ¡Ándele!, ¡otro que se fue para la clínica de postín!...
Sr. editor, que no hay cerradura segura que no se pueda abrir: el que la fabricó bien que lo sabe. Y por qué confiar en él, que fabrica cerraduras seguras porque todos desconfían de todos... Y aún confiando en el cerrajero, buen hombre pues que lo conozco de corazón, ¿por qué no pensar en que otro cerrajero inverso tenga tanto tino como él y averigüe los secretitos de su candao? ¿Y no se compra y se vende todo, pues...?
Yo hasta paso miedo de que, soñando, diga los números secretos de mi celular y mi exposa los averigüe a calladitas y me pueda perjudicar...
Lo que me produjo mucha tristeza es que estuviera ese chico tan simpático del cine, ese que anda bajo una escarola, Almudévar, creo qu'es.
Yo confiaba en él porque era muy apuesto y formal, muy preocupado con los necesitados, con los trabajadores, desprendido, y que nada tenía que ver con cerraduras.
¡Y como avisó de que allá, en la madre patria, los canallas de siempre pensaban dar otra asonada, como la de aquel señor con bigote que se televisó y todo! Aunque luego dijo que se equivocó..., pero menuda pedrada que propinó de propina...
No se puede uno confiar, Sr. editor, ni de los chicos apuestos y formales. ¡Vas confiado y te distraes!. Sin darte cuenta de que andan por ahí trajinándote tus dólares directamente de tu cartera a la suya: que si un impuesto, que si una cuota; que si por “A”, tasa; que si por “B”, impuesto; que si por “C”, exacción; que si por “D”, contribución; que si por “E”, arbitrio; que si por “F”, recargo... y tu cartera que se queda como muy flaquita, sin pensar, en un santiamén ...
Y no es que nunca tienen bastante, es que siempre andan escasos. Y vuelta a apretar la corbata, que ya empiezan a verse las lenguas saliendo por las ventanas, que me cuenta un amigo que tengo allá en Madrid.
Por eso aquí damos amor a mucho pobre doliente, les aliviamos de tanto pesar y se nos vienen con escarola y todo; también los pobre ricos progres, Sr. editor, que los $, $ son. Y que ni las escarolas ni los $ pitan en el aeropuerto, gracias a Dios.
Así que, Sr. editor, mi Panamá es un país muy saludable pues que aquí, en nuestras clínicas de postín, les sanamos de esos males tan agudos de allí, de allá, o de adonde sea.
Si esos chicos de mibolsillo_esmio_sinfronteras.org se preocuparan de la epidemia, la vida volvería a ser plácida aquí en mi Panamá, desde donde le mando un caluroso abrazo ahora que acabo con mi plática y con el mojito que bien que me inspiró.
Muchas gracias, Sr. editor.
Suyo, afectísimo, Timoteo Mercader.»
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Interpretación de las palabras del amigo Timoteo. 
Espero no equivocarme si digo que la pretensión de Timoteo era dejar en claro, respecto de los "Papeles de Panamá", que:
a. No hay barreras de seguridad que no se puedan franquear, siempre que se pague el precio correspondiente;
b. Se desconoce quien lanza la pedrada, pero, como consecuencia de "a", podría llegar a saberse;
c. Los efectos pretendidos y los efectivos pueden parecerse como una rana y una cancha de basket;
d. Los impuestos, los sistemas fiscales, no están previstos para recaudar de quien más recursos tiene sino de quienes no pueden evitarlos;  
e. La voracidad fiscal y la codicia sin límite de gobernantes, explican conductas de los gobernados;
f. El órgano desempeña la función a resultas de la necesidad: los que más recursos tienen son los mismos que arbitran las soluciones ya que son los que gestionan el poder hacerlo;
g. Una cosa es predicar, Almodóvar, y otra muy diferente, dar trigo;
...
h. No hay nada nuevo bajo el Sol, añado de cosecha propia.

Pues ahí y así queda. 


2016/04/20

[26] USA, ENTRE EL POPULISMO Y EL DESASTRE


“Los estadounidenses están enfadados por muchas razones, y de ahí el éxito populista. ¿Cómo de enfadados? En dos palabras: Donald Trump. ¿Cómo de enfadados? En dos palabras: Bernie Sanders. Lo que no está claro es si los políticos se han enterado” [Steve Jarding]
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Sin elecciones presidenciales USA, o con ellas a la vista sobre todo, surgen los inevitables análisis que señalan bien a las claras la catástrofe hacia la que camina el Imperio. Análisis que siempre encuentran una tribuna en la que “la verdad” se expone a los cuatro vientos, con toda su crudeza, para guía de descarriados y regocijo de amantes de la pirotecnia, aquellos que se creen a salvo de quemaduras provocadas por pavesas y rescoldos que puedan venir como llovidos del cielo.
Una muestra la ofrece El populismo ha llegado a EE UU”.
Como algo conozco de las dificultades de traducir, establezco expresamente que la edición del artículo presupone el fiel reflejo de lo que Steve Jarding, autor y “profesor de Políticas Públicas en la Universidad de Harvard y profesor del Centro de Gestión Pública en IESE Business School, Universidad de Navarra.”, manifiesta originariamente.
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Son tantas las apreciaciones que a mi juicio resultan discutibles que me resisto a entrar de lleno en ello. Pero como otras opiniones me alientan, porque “alguien ha de hacerlo”, lo acometeré lo mejor posible.
El Sr. Jarding comienza refiriéndose a un “populismo estadounidense moderno, el considerado movimiento progresista...” Al menos para mi, y supongo que para bastantes lectores ordinarios españoles, de tal modo no hace sino referirse a un indeterminado, el “populismo...”; considerado, además, “movimiento progresista”: ¿en qué ámbito?; ¿por quién o quiénes? Considero el populismo caribeño, por ejemplo, algo totalmente reaccionario/totalitario; todo lo más contrario a progresista, pues que sume a los más en la postración de unas condiciones de vida de miseria generalizada en casi todos los órdenes de sus existencias; la “nomenklatura”, como siempre, se mantiene bien a salvo...
El Sr. Jarding establece un origen seminal, Vietnam, el Watergate y Nixon; y el esmero de un Reagan-jardinero que hizo fecunda la siembra.
“Las mentiras que contaron los gobernantes a los estadounidenses sobre la guerra en el sureste asiático costaron al país 58.000 vidas. El Watergate costó la dimisión del presidente e hizo añicos la imagen de buen Gobierno. Pero Vietnam y Nixon no hicieron más que plantar esas semillas. Fue el escepticismo de Ronald Reagan sobre la Administración lo que las alimentó y las permitió fructificar en el progresismo que hoy invade Estados Unidos.”
Diré que las mentiras, no; los hechos de guerra sí originaron muertes; no cuesta nada expresarse tal cual. Que tras Vietnam, en el escenario político internacional, prosiguió la representación del viejo drama de la existencia. Que Afganistán fue otro acto más del mismo. Que los USA tuvieron mucho que ver en la derrota del todopoderoso ejército soviético allá, acaso la factura pendiente de Vietnam, pero de las consecuencias de aquella intervención indirecta “a favor de la libertad” desconozco si se ha hecho balance riguroso. Que la representación prosigue, inacabada e inexplicada en sus más profundas razones. Bueno, quizás no; la razón última siempre es la misma: el imposible mantenimiento de un "statu quo estático...
Y que tras Reagan, el cuadragésimo presidente, se han sucedido nada menos que 7 mandatos presidenciales USA, 4 de ellos de carácter demócrata, incluidos los dos últimos de Barak Obama –el cuadragésimo cuarto– y los encabezados por Bill Clinton –el cuadragésimo segundo–. Curiosamente el Sr. Jarding no hace alusión alguna a ellos, lo cual no deja de resultar muy llamativo, 16 años casi de gobierno no son cosa baladí.
Mandatos a los que en buena lógica cabe imputarles su cuota de responsabilidad por su escaso éxito en un cambio de rumbo; en la corrección de los males que asolan al Imperio, enumerados por el Sr. Jarding, quien no hace alusión alguna a que de tales mandatos hayan derivado progresos tangibles en conseguir:
§ poner freno al “... progresismo”, voz cuyo correlato no parece ser positivo, "que hoy invade Estados Unidos”;
“Fue el escepticismo de Ronald Reagan sobre la Administración lo que las alimentó y las permitió fructificar en el progresismo que hoy invade Estados Unidos.”
§ alentar la participación de los votantes abstencionistas en la contienda electoral;
“Es decir, tres de cada cuatro posibles votantes no participan en las elecciones. Una auténtica falta de responsabilidad”
§ aumentar la afiliación sindical de los trabajadores estadounidenses;
“Reagan también es responsable de haberles convencido de que pertenecer a un sindicato era malo, y lo dejó claro cuando rompió la huelga de controladores aéreos; ese convencimiento se manifiesta hoy en el terrible descenso de la afiliación sindical... Hoy en día, esa cifra es inferior al 6% entre los trabajadores del sector privado”
§ paliar el desastre en el que está sumido el sistema de la educación estadounidense, desde la primera infancia hasta la enseñanza superior;
“Hoy, sin embargo, la educación estadounidense, desde la primera infancia hasta la enseñanza superior, es un desastre.”
§ cambiar el rumbo de los destinos de su nación ante semejante desbarajuste;
“Podría seguir, desde luego. El sistema de salud del país no funciona, la desigualdad de rentas se ha disparado, la tercera parte de las carreteras y los puentes necesitan reparaciones...”
§ establecer un sistema fiscal más equitativo y justo;
      “El sistema fiscal está tan lleno de agujeros favorables a los ricos.”
...
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Los estadounidenses están, cómo diría yo, ¿indignados...? Han caído mayoritariamente en lo que me es de sobras conocido: en la ebriedad de bienestar cuyos vahos les obnubila.
Al igual que sucede a este lado del océano con gran parte de los europeos, están más que saciados, andan ahítos de ignorancia acerca del esfuerzo hercúleo realizado por quienes nos precedieron para llegar a lo que ellos y nosotros dilapidamos con absoluta irresponsabilidad en el momento presente. Eludiendo el empeño que supone ser sujeto político responsable – auténtico ciudadano– e ignorando, a resultas, el enorme esfuerzo que requiere mantener el buen estado de la estructura del edificio de la convivencia en el que moramos. Ignorancia voluntariaUna auténtica falta de responsabilidad.
Por otra parte lo que sucede no es más que lo que viene sucediendo desde tiempo inmemorial, que en el escenario político internacional prosigue la representación del viejo drama de la existencia. Y a unos imperios, Persa, Alejandro, Roma, Azteca, España, Otomano, Británico..., suceden otros. No hay más; es así de sencillo.
Vestigios de lo que fuera un "imperio"
Las épocas de decadencia se viven de manera parecida vez tras otra, porque la esencia de sus protagonistas, la de la naturaleza humana, prosigue invariante. Y nada mejor que leer esta antológica 3ª de Jimenez Lozano  magnífica e imperecederapara tener noticia de ello: Los comedores de higos.
Lo que está más que claro es que hay mucha gente, políticos incluso, que no se ha enterado de nada de todo esto.
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Desconocía por completo quién era el Sr. Steve Jarding, cosa harto normal para este entrometido opinante. He leído el artículo siguiendo una recomendación. Bien, no está mal leer acerca de qué visiones se tienen de lo que se “cuece” en el seno del Imperio. 
Trato de averiguar algo más de su autor. E Internet me ofrece, de “Uno de los grandes estrategas de las campañas americanas y profesor en Harvard de los asesores de Rajoy[¿Arriola incluso, me pregunto?], esto que sigue: Habla el asesor político de Clinton, Kerry y Al Gore.
Pues nada. Acabemos. Aquí me quedo. Sólo llego donde me llevan.

2016/04/15

[25] PRESIDENTE DEL SUPREMO: LA CORRUPCIÓN ES UN MAL "... INCLUSO SISTÉMICO"


D. CARLOS LESMES NO TUVO REPARO EN PONER EL DEDO EN LA LLAGA, AUNQUE ÉL ESTÉ ABSOLUTAMENTE INMERSO EN LA CUESTIÓN QUE SUSCITA ...”
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Vuelvo a escuchar D. Antonio García Trevijano en su disección de la conducta –el personaje, en definitiva– de Mario Conde, Año 2012 "Mario Conde es un ladrón que no merece perdón pues no robó a otro ladrón"
Pura clase magistral –la evocación de Los Demonios, de Dostoyevski, es sencillamente maravillosa–, en la que llama mi atención lo que condensan 3m, 32s [a la altura del 36 de la emisión] que espero pueden oírse en “El juez Lesmes califica de sistémica la corrupción española ...”.
Ahí D. Antonio se hace eco de las manifestaciones hechas el pasado lunes 11 por D. Carlos Lesmes, presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), que pueden leerse en «Lesmes dice que la corrupción es un “mal endémico, incluso sistémico”»... «... acecha a la sociedad desde tiempos inmemoriales».
Entiendo que de lo que se habla es de la corrupción que impregna y corroe hasta la médula al estado, y por consecuencia al cuerpo social que constituye la Nación, estado conceptuado al modo que señalé en [19] ESPAÑA, UN CASO INSÓLITO
Por si alguien confundiera dos parónimos, sistemático/sistémico, D. Antonio lo aclara. Sistemático o habitual; sistémico o inherente, consustancial, intrínseco a... Y vuelve rápidamente al hilo conductor de su asunto del día dejándome ávido de mayor abundamiento en la cuestión que el juez Lesmes puso sobre el tapete.
 Porque la proclama de D. Carlos me aboca a volver de nuevo a LA pregunta: ¿qué causa, qué razón explica tal verdad?. Y no cabe dudar en modo alguno de que si el presidente del Tribunal Supremo y del CGPJ formula públicamente tal enunciado es por su abrumadora verdad. Lo apabullante de las pruebas que la avalan está fuera de discusión; aducir conducta arrojada, irresponsable, osada o temeraria a D. Carlos no parece ni remotamente acertado, por descontado.
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“... desde tiempos inmemoriales...”, dice el presidente del Tribunal Supremo y del CGPJ.
¿Cómo es eso? ¿Acaso ya está impreso en la huella genética, en el carácter, en la idiosincrasia de los españoles? No; rotundamente no, me atrevo a sostener. La prueba está implícita en la propia proclama. ¿Cómo?, veámoslo.
D. Carlos, como yo, como todos nosotros, incluidos mis antiguos alumnos adolescentes, disfruta –disfrutó el pasado lunes–, de un sacrosanto reducto de libertad: aquel que se nos ofrece en ese último instante en el que decidimos la conducta a seguir, cuando ya sólo nos enfrentamos al contrapeso de nuestra conciencia moral.
El juez Lesmes decidió “decir”, como yo decido escribir y difundir opinión o mis alumnos decidían si estudiar o no... En ese momento sucumbió a la pasión de libertad, que se impuso a la mucho más ordinaria “pasión de corromperse”, la alentada en la salvaguarda de la impunidad de facto que existe y deriva de la legalmente consagrada. A ella aludo de nuevo más adelante.
Dos pasiones, dos grandes motores de conductas y comportamientos. ¡Qué efectos tan contrapuestos!
No cabe hablar de sino, de algo ineluctable, inevitable, propio de nuestra esencia de españoles. Sólo queda el recurso a lo física/lógicamente más verosímil: que todo sea resultado de las voluntades de quienes, atacados por la pasión de corromperse, han venido decidiendo con su conducta que la corrupción anegue el cauce por el que discurren nuestras vidas.
 D. Carlos no tuvo reparo en poner el dedo en la llaga, aunque él esté absolutamente inmerso en la cuestión que suscita, pues que forma parte de una institución y una administración judiciales de importancia primordial en la estructura del estado –más precisamente: las encabeza en el momento presente–.
D. Carlos Lesmes [autor no identificado]
Si lo hizo fue por puro hecho de voluntad, hecho digno de elogio. Sí, porque evidencia que la pasión de libertad no está completamente extinguida en la sentina en la que transcurre la vida pública; porque abre una rendija a la esperanza a que mi anhelo vital, salir de mi condición de súbdito para acceder a la categoría de ciudadano, se materialice: está demorándose más de lo debido y desespero. No me importa elogiar su gesto y reconocer lo que debiera ser la pauta comúnmente establecida y aceptada en la gestión de la "res pública"; todo lo contrario, me complazco en ello. 
Y siendo así, que estoy convencido de que lo es, poco he avanzado porque la cuestión principal sigue sin respuesta. 
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D. Antonio declara tener 88 años [si no me equivoco]; 25-26 años, una generación, me separan de él; D. Carlos es 4 años más joven que yo.
D. Antonio vivió maduramente el episodio de la transición: no se cansa de dar cuenta de ello; yo no. Lo mismo me atrevo a asegurar de D. Carlos por pura lógica. El desenlace de aquel período ha frustrado una oportunidad de reconducir nuestra historia como jamás se nos volverá a presentar: la montaña parió un ratón.
Mi intuición únicamente me condujo a la evidencia de la contradicción entre el 14 y el 56.3 de nuestra “carta magna”. Y la búsqueda en el DRAE de la voz “irresponsabilidad”, prerrogativa que el 56.3 confiere con alcance universal al Jefe del Estado –porque no se refiere expresamente al mero ejercicio de sus funciones como tal–, me ofrece lo que sigue: 3. f. Der. Impunidad que resulta de no residenciar a quienes son responsables. DRAE.
He creído hasta hace poco que ahí radicaba el quid de la cuestión, que de la irresponsabilidad primordial establecida en el 56.3, del puro cálculo por aparentar que todo cambiaba para que todo siguiera igual aunque todo haya ido a peor en lo relativo a la salud de la moral pública, derivaba la impunidad de quienes han deambulado por escalones inferiores; ahora mismo ya no estoy tan seguro de ello.

Imagen parcial de un correo informativo recibido de los Archivos del
Congreso de los Diputados. Diciembre 2009
No lo estoy porque ese 56.3 y todo el articulado que lo acompaña se atribuye en principio al trabajo de la Comisión Constitucional, "que, significativamente, había pasado a llamarse de Asuntos Constitucionales y Libertades Públicas..."; a un elenco de personas carentes del hecho sustantivo de la representación de la soberanía del pueblo: no fueron votados, mucho menos elegidos, como “Constituyentes”Luego llegó el plebiscito de un texto que nos anclaba a plomo en pleno Antiguo Régimen. 
Sus efectos son bien perceptibles sobre la Nación: ¿acaso nadie –entre tanto protagonista ilustre– conocía exactamente el significado y trascendencia profunda de lo que quedó escrito como piedra maestra del edificio llamado a cobijar nuestra convivencia? ¡Quia!
Y, con eso y con todo, “tiraron por la calle de en medio”; justamente la que conduce directamente al despeñadero de la Historia.
Si en aquella etapa la pasión de libertad floreció en algún momento, pronto acabó marchita a pies de la pasión de corromperse devenida pandemia mucho más terrible que la famosa gripe española. Recuerdo a Bastiat: predomina en las conductas humanas –dice el anhelo de vivir lo mejor posible y, a poder ser, a costa del prójimo. Aunque este constituya un cuerpo de nación que acabe sucumbiendo, exangüe, exhausta.
La genética, sí, explica muchas cosas. La codicia, el egoísmo, la vanidad y la mayor o menor dosis de estupidez con la que la genética y el medio ambiente nos obsequia, también. 
Lo que sucede es que no sé si he conseguido explicar nada...
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No me pidáis analizar este aprecio sublime, [por la pasión de libertad] hay que experimentarlo. Entra por sí en los grandes espíritus que Dios ha preparado para recibirlo; los colma, los enardece.
Debemos renunciar a hacerlo comprender a las almas mediocres que nunca lo han sentido. [Tocqueville]

2016/04/12

[24] ABSTENCIONES GENERALES JUNIO 2016

“En absoluto apruebo tratar de engañarse colmándose con falsas ilusiones. Es por lo que viendo que conocer la verdad es una mayor perfección que ignorar, aunque nos suponga contrariedad, afirmo que es mejor ser menos feliz y tener más conocimientos”.
René Descartes. “Lettre à Elizabeth”, del 6 de octubre de 1645.

Ya es hora de deshacer la confusión entre votaciones y elecciones; entre votado y representante. O la existente entre ciudadano y súbdito/pasivo sujeto pasivo tributario; en fin, entre democracia y sistema de votaciones periódicas. O éso, o sometimiento, servidumbre voluntaria; no hay más.
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Pasa el tiempo y asisto a la ruina de mi patria con el sólo recurso de mi palabra como modo de hacer correr la voz de alarma; vano intento. Tan vano como la mayor parte del esfuerzo que llevé a cabo con los adolescentes que se me confiaron. Sí, se me confiaron: en eso consiste –mejor dicho, debiera consistir– la instrucción pública, en que los padres confíen a sus hijos  a una buena institución “escolar” para que en ella se instruyan y reciban lo esencial para una provechosa vida en sociedad.
Por eso se atacó con tanta saña como miseria moral el sistema de instrucción pública existente hace 40 años. 40 años ya de arruinamiento. Por la acción decidida de unos y otros: nada hay que les distinga; acaso la arrogante superioridad moral con la que “la izquierda” se autoperdona todos sus excesos, incluso el de poner en marcha el atroz terrorismo de estado con nombre propio: GAL.
Unos arruinaron el sistema de instrucción pública para adoctrinar en el sometimiento; los otros aprovecharon para hacer un buen negocio con su oferta “concertada”, a la que les bastaba dar apariencia de bondad, mera pátina ilusoria, ante el obsceno por obvio resquebrajamiento absoluto de la oferta “pública”. La decadencia de la una daba apariencia de calidad a la misma miseria de planteamiento que regía la oferta de la otra.
Que nadie me malinterprete, pues. Los autores del crimen de lesa patria que supone el empobrecimiento de mis compatriotas, proseguido y llevado a cabo por “la derecha” en estos últimos tiempos, me merecen exactamente el mismo desprecio y desconsideración hacia sus protagonistas, incluidos quienes se adornaron proponiendo “fiscales anticorrupción para el PP madrileño”, iniciativa vacua, inane, estéril.
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Escucho a D. Antonio García Trevijano en su emisión diaria de Radio Libertad Constituyente. El único discurso que merece ser oído. El “viejo luchador”, en la plena madurez que acredita su brío, comparable tan solo a su brillo intelectual, asombroso y envidiable a la vez y no caigo en exageración alguna , argumenta con método científico y coherencia fuera de discusión acerca de nuestra realidad y de nuestro reciente pasado. 
De cuando en cuando desmenuza las miserias de nuestra “carta magna”, por ejemplo en "Un nuevo programa de gobernantes arruina al nuevo programa de gobierno...", donde en su primera parte aborda la cuestión de la “independencia judicial” y su tratamiento en la piedra maestra del edificio legal en el que moramos.
D. Antonio García Trevijano da cuerpo de doctrina a mis apreciaciones, que necesariamente adolecen de falta de desarrollo argumentativo por mor de mi formación; él lo aporta más que de sobras: exhaustivamente. Dejo aquí constancia de mi gratitud por la muy valiosa enseñanza que ofrece .
De esas apreciaciones he dado cuenta varias veces aquí; por ejemplo en [06] 6D, ¿QUÉ CELEBRA LA CANALLA?, en [16] POLÍTICA INTERNACIONAL LO LLAMAN , o en [19] ESPAÑA, UN CASO INSÓLITO
La que ahora evoco es una iniciativa que data de 2009 y que tuvo nula repercusión. Siete años más tarde conserva gran parte de certeza.
Se trata de un “MANIFIESTO POR EL CAMBIO DE LA LEY ELECTORAL”. 
En un correo multidestinatario lo envié a unas cuantas personas, algunas bien conocidas porque algo decían y tenían que decir en la forja de opinión pública: protagonistas en muy diversas tribunas de expresión. Desconozco si se hicieron o no eco de aquello, es algo que cae bajo su única y exclusiva responsabilidad.


Pues bien, ante lo que a todas luces parece apuntar a nuevas votaciones generales el próximo mes de junio, que nada resolverán en su caso porque la ruina del edificio es más que palmaria, hay que volver a intentar deshacer la confusión entre votaciones y elecciones; entre votado y representante. O la existente entre ciudadano y súbdito/pasivo sujeto pasivo tributario; en fin, entre democracia y sistema de votaciones periódicas.
Porque Libertad es decir aquello que la gente no quiere oír [George Orwell]. Y persistir en tal confusión es abrazar la ignorancia y el sometimiento voluntario; no hay más.
«Sed fugit interea, fugit irreparabile tempus», me dice ese vademécum para necesitados como yo que es la wikipedia.
Acabo, reproduzco lo que dije allá por febrero de 2009...
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MANIFIESTO POR EL CAMBIO DE LA LEY ELECTORAL
           
La vigente Ley Electoral, basada en listas cerradas y bloqueadas y en circunscripciones provinciales para la elección de diputados y senadores, está causando efectos devastadores sobre nuestra realidad política. El sistema de elección de nuestros representantes ha generado y genera, entre otros, los efectos de
            - HUMILLAR a electores y candidatos. A los primeros porque nos despoja de la condición de ciudadanos para reducirnos a meros votantes imposibilitados de pedir la responsabilidad exigible a los representantes electos. A los candidatos elegidos porque, automáticamente, adquieren la condición de “siervos de su señor”, de aquel que los propone o designa como tales; a los no elegidos porque aceptarían, igualmente, adquirir tal condición.
            - DEGRADAR la calidad de nuestra representación y el significado profundo de lo que debe ser un sistema democrático propio de la UE y del S XXI hasta límites impensables no hace mucho. La actual crisis político-institucional que, entre otros graves defectos, vulnera la clásica división de poderes y consagra “de facto” la desigualdad de los españoles es tan solo una muestra de ello.
            - DAR LUGAR a que los partidos, organizaciones básicas de representación política, adquieran pautas de funcionamiento totalitarias contraviniendo de manera clara preceptos constitucionales. Así mismo propicia la proliferación de “déspotas” en sus diferentes niveles de organización, aquellos que ostentan el poder de designar a quienes compondrán la “oferta electoral” en cada ocasión y lugar.
           
Tras treinta años de vigencia del modelo constitucional ha llegado el momento de:
        - DECLARAR inaceptable el perjuicio causado a la Nación Española por el actual régimen electoral.
        - EXIGIR a todos los partidos con representación en el Parlamento de la Nación, SIN EXCEPCIÓN, el que aborden sin más dilaciones la elaboración de una nueva Ley Electoral.
        - ADOPTAR un modelo de circunscripciones unipersonales similar al establecido por los sistemas vigentes en Francia o en el Reino Unido.

ENTENDEMOS QUE ES LA ÚNICA VÍA QUE NOS PUEDE DEVOLVER LA CONDICIÓN DE CIUDADANOS A LOS COMPONENTES DEL CUERPO ELECTORAL, LA LIBERTAD DE VOTO A LOS CARGOS ELECTOS, LA DEMOCRACIA INTERNA A LOS PARTIDOS POLÍTICOS Y LA DIGNIDAD EXIGIBLE, Y SU VERDADERA ESENCIA, AL SISTEMA DEMOCRÁTICO.

ESTE MANIFIESTO NO SOLICITA FIRMAS NI OTRAS FORMAS EXPLÍCITAS DE ADHESIÓN Y, ACEPTANDO SIN NINGÚN TIPO DE DUDA EL SISTEMA DE ELECCIONES REPRESENTATIVAS COMO INSTRUMENTO DE PARTICIPACIÓN EN LA COSA PÚBLICA, PROPONE DEPOSITAR UN VOTO NULO EN LAS PRÓXIMAS ELECCIONES AL PARLAMENTO EUROPEO, EVITANDO CONFUSIONES CON LA ABSTENCIÓN DE MODO INEQUÍVOCO.
Y lo hacemos así entendiendo que es la mejor ocasión de manifestar nuestro rotundo y completo desacuerdo con la vigente Ley Electoral.
QUIZÁS SIGA LA FARSA, PERO
CON NUESTRO VOTO, ¡NO!

[195.1] EL "EMBROLLO CHAVES NOGALES". LAS 'COSAS' DE Y. MORATÓ

Suplantar el positivismo se llama ignorancia; evitarlo, ilusión. (JF Revel) Decir que Y. Morató dispuso de un 'original'  de  ¿Qué p...