[39 rev] D. FELIPE, A VER QUÉ HACE

D. Felipe, a ver qué hace.

No me dirijo a Ud. llamándole "majestad" porque eso no es propio de ciudadanos, sino de súbditos: lo seré de derecho, por el sometimiento que se me impone, pero no de ánimo por mi espíritu.

Intenté, allá por Diciembre de 2015, hacerle llegar lo que aquí apareció como http://2015/12/06-6d-que-celebra-la-canalla.html. No tuve acuse de recibo pero ahora puede leerlo si es que no lo hizo entonces, no le llevará más tiempo que leer estas cuantas líneas

¿Cuántos episodios desagradables/inaceptbles de gurteles, urdangarines,  eres de Andalucía con chaves, griñanes y susanas en danza; de zaplanas, puigdemontes y arnaldos varios; de blesas, gonzalez y granados, y canales de Isabel II varios también, etc., etc., etc. se han ofrecido a la contemplación de la mirada pasiva, indolente e irresponsable de la Nación española desde entonces a hoy?

Hoy, día en el que un indocto se encarama a la presidencia del gobierno del modo obsceno del que hemos sido testigos. Un tipo que no sabe hacer la "O" con un canuto, cuyas lecturas son de cero zapatero y cuyo pensamiento político ocupa un folio en blanco, pero que como sus predecesores de zapatiesta es un maestro tahúr en los meandros en los que se dirime la timba del reparto poder. 

Que con su codicia desmedida y patológica por acceder al poder se pone para más INRI de rehén de obligados acuerdos inconfesables con los cómplices de timba, a los que no podrá dar satisfacción porque el campo está yermo: lo han sembrado con la sal de la corrupción. 

Síndrome de Estocolmo preventivo con gudaris de Santoña, podemitas/estalinistas totalitarios pata negra, supremacistas/fascistas catalanistas de vuelo gallináceo y gentecilla tal periférica o mesetaria. Todo con la complicidad necesaria de los imPPopulares mayores que jamás hayamos conocido, una de las patas del trípode soporte de la corrupción exhibida por la jefatura emérita del estado: las otras dos son, evidentemente la Divergencia y Separació del molt detestable Jordi Pujol y sus secuaces, ahora con claro correlato peyorativo, que aportaron la experiencia de la corrupción en su banca nacional y la de los psocialistas de Filesa, Malesa Time-Export y el Gal..., que se sumaron entusiastas al tinglado. Ahí siguen tras 40 años en su feudo andaluz, que a su paso sigue siendo una de las regiones más corruptas del litoral sur mediterráneo-europeo. Y de la falta de decoro, decencia y honestidad intelectual de catedráticos, periodistas, comunicadores y charlatanes varios de tribunas públicas. De todos, incluso de aquellos que  alardean y exhiben un mayor conocimiento de la Hª, como el Sr. Jiménez Losantos y contertulios.
 

Darse la razón a uno mismo parece cosa de mal gusto: lo será para paniaguados y melifluos pero no para mí en la ocasión; si se tiene, se tiene. Sensu contrario, si se ha metido la pata, se ha metido. Lo que corresponde es sacarla. Está claro qué le toca hacer a Ud. y en qué tesitura estoy yo.

Así que a ver qué hace.

Desconozco sus atribuciones concretas al caso, me da igual. Hay iniciativas que pueden adoptarse, y deben ser adoptadas porque urgen, al margen de repertorios tasados: en ningún sitio leerá que pueda pedir a la partida del Congreso, ese elenco de la timba, que renuncie a su paraguas. Paraguas, resguardo y cobijo: el 56.3 que garantizó a su progenitor, como le garantiza a Ud., irresponsabilidad en sus conductas privadas. El DRAE dice que eso no es otra cosa que impunidad. Y diga lo que diga el DRAE, tal prerrogativa es propia del Antiguo Régimen, lo tengo más que demostrado.

Apenas transcurrida una semana tras las primeras votaciones generales de Junio de 1977, y aseguradas por los resultados las garantías prometidas [nada de elecciones a Cortes Constituyentes porque ni la convocatoria ni el mandato lo fue, está más que demostrado porque es puro hecho empírico], de la mano de su mano derecha D. Manuel Prado y Colón de Carvajal,  la Casa Real envía cartas como la que el 22 de junio enviara al Sha de Persia [la reprodujo  D. Jesús Cacho, por primera vez que yo sepa, en "El negocio de la libertad", ISBN 978-84-9304-819-8, en su versión al inglés pues dice que  el original estaba redactado en francés].

AHÍ ESTUVO UD., CONTEMPLANDO ATENTO UN IMPOSIBLE: LA METAMORFOSIS 
DE DICTADURA A DEMOCRACIA POR CONSENSO. 

El pasteleo del 77, un proceso total y absolutamente monitorizado como afirma el General Manuel Fernández Monzón en "Una vida revuelta" [ISBN 978-84-9942-108-7], parió una Carta Otorgada. Denominarla Constitución es una frivolidad, una impostura, una obscenidad y una indecencia intelectual, como poco. Ni la convocatoria ni el mandato tuvieron tal carácter constitucional; su elaboración subrepticia resulta patética y vergonzante a la vista de los ojos de la Historia y el 56.3 era elemento clave del negocio. Tengo derecho a pensarlo que lo era [y a proclamarlo al amparo de lo que dispone el Art. 10, al que me acojo, del "Convenio para la protección de los derechos humanos y de las libertades fundamentales", hecho en Roma el 4 de noviembre de 1950, y ratificado por el gobierno español, el día 24 de noviembre de 1977, en Estrasburgo] porque los hechos sobrevenidos lo avalan más que con creces. 

Ud. verá qué hace. Y sería otra canallada más buscarse alojamiento en Roma, como hiciera su bisabuelo.

D. Antonio Gª Trevijano [de quien me considero secuaz, en el sentido etimológico del término], persona cercana en un momento dado a su abuelo Juan, que conocía el percal... y a su padre, antes de que lo fuera y con todas sus debilidades, aseguró con total acierto que en el régimen del 77 la corrupción sería factor determinante de gobierno. Quien quiera alegar, que lo haga, pero el diagnostico nadie puede, en su sano juicio, poner en solfa.

La corrupción, el desvío de una parte de lo aportado entre todos en beneficio de unos pocos, los que conforman el insaciable y voraz enjambre que acompaña a quienes tienen responsabilidades de poder. ¡Vaya séquito! Corrupción que arraiga en el mencionado 56.3 de la Carta porque, si en una empresa, y la Nación lo es, -es la principal empresa de la nación-, el nº 1 es irresponsable, ¿por qué lo van a ser el 2 y los que ocupen los sucesivos peldaños? Más claro, agua.

Así que, repito, a ver qué hace con los recursos de que dispone para que el sepelio, en lugar de inhumar los restos de la Nación española, corresponda a corruptos de toda clase y jaez, a  supremacistas, racistas, fascistas, separatistas, y demás cretinos acomplejados ya sean periféricos o mesetarios, cuyo vuelo por la historia deja una estela inaprensible por inexistente.

La Nación que, precisamente, es aquello que perdura, lo que no puede inhumarse, máxime en una que lo ha sido siglos antes de que se acuñara  el moderno concepto político homónimo, inexistente hasta el 20 de septiembre de 1792, cuando el ejército prusiano es derrotado en Valmy a manos de las tropas de François C. Kellerman y al grito de "Viva la Nación", justamente el mismo día en el que cae la Monarquía francesa.

Son las formas de estado las que mudan; no hace falta que se lo cuente. Y como la vía genética tiene poca defensa como mecanismo de adquisición de grandes responsabilidades de poder, su monarquía está ahí, ahí.

Tiene dos alternativas: que su final sea digno, o que no lo sea. De usted depende en gran medida. En gran medida porque la falta de decoro, decencia y honestidad intelectual de catedráticos, periodistas, comunicadores y charlatanes varios de tribunas públicas que asolan el solar patrio, es patente. Incapaces de ser el niño del cuento de Andersen, el único que dijo en voz alta lo que todos contemplaban con estúpido embeleso: que el rey iba como Dios lo trajo al mundo; en pelotas.

Así que en ello andan, en que prosiga la representación en el retablo, confiando en que el elenco de efebos que se incorporan a la representación la metamorfoseen, como cuando la transición: ¡ay, qué risa! ¿Cómo van a aportar savia nueva si son mucho peores aún? Carecen de la mínima formación seria [ya se encargó de ello bien a fondo, el psoe de Míster X y un Maravall que deshonra su apellido con la Logse de infausto efecto que ahí sigue, inspirando el oneroso sistema nacional de guardería, que no de Instrucción Pública. A abiendas de que embrutecer a sus súbditos es astucia de tiranos -Étienne de la Boëtie, "El discurso de la servidumbre voluntaria",  ISBN 978-84-309-4533-7], carecen de cualquier convicción profunda y de atisbo de moralidad. Lo exhiben sin pudor, como se han corrompido sus predecesores a los que quieren desbordar con la insaciable voracidad con la que adentellar la tajada de los presupuestos generales del estado, que se sostienen gracias a una insostenible deuda pública. Es cosa tal que casi asusta: sólo casi, la Nación es irreductible y despertará, por la cuenta que le trae.

Lo demás es bien conocido y sus resultados ahí están que saltan a la vista. Los representantes de las oligarquías de los partidos frivolizan con sus mociones y sainetes; los muy necios no son conscientes de la gran enmienda a la totalidad que se les avecina: la de la Nación toda abrazando la Libertad Política Colectiva. ¡Cómo lo van a presentir si ni saben qué es la Nación ni que es la Libertad Política Colectiva! Y es que sucede que hay veces en las que los fosores trastabillan y ¡zás!, ataúd y porteadores acaban en el hoyo. Cuando eso suceda estén prestos para echar sobre ellos 40 palmos de tierra.

Ahí los tienen, gudaris de Santoña, socialistas y podemitas -los estalinistas totalitarios 

de siempre-, junto a supremacistas catalanistas de vuelo gallinacéo y gentecilla periférica o 

mesetaria del mismo jaez, tratando de sepultar lo inexpugnable: la Nación española.

PS – [4jun2018/ Lo dicho adolece de dos carencias muy significativas que evidencian el avasallamiento al que el Estado somete a la Nación [el resultado de un soporte físico, el grupo social asentado en él y el sistema de convivencia organizada establecido, separada de otras naciones por fronteras;  algo completamente diferente al Estado. 

El Estado no es sino el conjunto de instituciones que emanan de aquella -para garantizar su supervivencia en el concierto de las restantes naciones-, que  deben estar sometidas a permanente vigilancia y control por parte de la Nación, mediante sus representantes,  en aplicación de un obvio y cauto principio de desconfianza]

Omite la opacidad del proceso de conformación de la instituciones del gobierno de la Nación ahora derrocado. Y no considera que la lucha partidaria, arrogantemente impune por sus desmanes, se hace con los elementos y en el teatro de operaciones que aporta la Nación, la víctima de todo el sinsentido derivado del consenso del 77]