2024/12/27

[215] CRÓNICA DE LA PRENSA, POR H. BALZAC (1840) [2]

...verán ustedes cómo el pueblo que se considera el más espiritual del mundo es al que se le engaña con la mayor grosería.

Esto adquiere una importancia enorme si ustedes piensan que el último mes se han traspasado 30 millones de los bolsillos de este público lector de periódicos a los bolsillos de los amigos del Ministerio. 

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Chronique de la Presse

COMENTARIO INICIAL

De manera inopinada, la 1ª parte de esta Crónica me ha traído un par de mensajes que agradezco infinito. Infinito porque mis panfletillos no interesan ni al gato del vecino -que por cierto no tiene gato-. No por ello me voy a arrugar/arredrar/achantar...; quede claro.

Tenía ganas, además, de sacar esto a la luz porque recuerdo que Ignacio Ruiz Quintano (al que admiré por un tiempo) deslizó hace ya bastante -en su excelente Salmonetes ya nos nos quedan- un comentario en el que, más o menos, se expresaba así: Tocqueville no vio la Democracia

Creo que entendí perfectamente su sentido en el marco de la doctrina de D. Antonio Gª Trevijano al respecto, y por ello, y por mi filiación tocquevillana, le hice llegar mi apreciación en cuanto a la enormidad de lo que el joven Tocqueville vio, en su periplo americano de 1831, con solo 26 años: La Democracia en América -obra colosal- lo muestra/prueba.

Lo que no vio Tocqueville, no lo quiso ver, o contemporizó con ello, es la realidad del mundo de la prensa parisina de su época, hasta el punto de que entró en el tinglado -si bien con muy escasa fortuna-.

En efecto, durante el período de sesiones 1843-44, en la Cámara, Tocqueville pretende devolver a la izquierda "la honestidad de la que carecen el señor Thiers y sus amigos, la moderación y la guía de conducta que no encontramos (en ellos)"; en definitiva, "realizar una gran transformación en la izquierda" desde dentro, pero adoptando "tonos que ni son, ni serán nunca (los suyos)".

Para ello, el grupo encabezado por Tocqueville –Lanjunais, de Corcelles, J. de Lasteyrie, Combarel de Leyval, entre otros– necesitaba disponer de un periódico, "porque sin periódicos no sólo no podemos hacer lo que tenemos en mente, sino que tarde o temprano seremos devorados por nuestros propios amigos". De modo que la solución consistió en tomar el control de Le Commerce, en cuya línea editorial Tocqueville marcaba la pauta... La aventura periodística fracasó rotundamente.

En este asunto, la sagacidad/honestidad de Balzac aventaja sobremanera a la de Tocqueville, las cosas como son. O como a mí me lo parecen.

Por otro lado, me ha hecho gracia toparme de nuevo con (Charles de) Rémusat, quien fue el artífice del encuentro de Tocqueville con Gobineau [aspecto tratado en mi edición de Alexis de Tocqueville & Arthur de Gobineau. Correspondencia (1843-44, 1849)]. Rémusat, tras su experiencia como ministro del Interior en el gabinete Thiers, del 1 de marzo al 29 de octubre de 1840, halló una posición privilegiada en el centroizquierda dinástico, que él mismo explicó: "Sin ser del todo desagradable para el partido conservador, que me mostró «estima, mezclada con pesar y desconfianza», estaba bien considerado por la oposición a la que era necesario": en resumen, no se podría hacer ninguna nueva alianza sin él.

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CONNTINUACIÓN

... Además, el Sr. Havas les trata según la cuota de su abono. Si los Débats dan 100 escudos (moneda de plata de 5 francos) por mes, tienen tal o cual noticia antes que el resto. Si hay 20 periódicos, y su abono con el Sr. Havas es en promedio de 200 francos, el Sr. Havas recibe de ellos cuatro mil francos al mes. Recibe seis mil del Ministerio por un singular servicio que les vamos a explicar. ¿Comprenden Uds. ahora la pobre uniformidad de las noticias de internacional en todos los periódicos? Cada cual tinta de blanco, de verde, de rojo, o de azul, las noticias que le envía el Sr. Havas, el 'Maître-Jacques'* de la prensa. En ese apartado solo hay un periódico, hecho por él, de cuya fuente beben todos los periódicos.

*Personaje legendario, arquitecto en la edificación del primer Templo de Jerusalén; jefe de los maestros canteros encargados de tallar la piedra, llegado a Francia tras la muerte de Salomón (https://fr.wikipedia.org/wiki/Maître-Jacques). 

Existe, en el Ministerio del Interior, una oficina llamada de la conciencia pública, en la que se hallan tres escritores, los Srs. León Vidal, Edmond Texier y Deslauriers. Era imposible que no hubiera laureles (lauriers). El Sr. León Vidal es un chico que tiene exactamente lo que se necesita de conciencia para elaborar la conciencia pública. Las tartines políticas [tochos; escrito extenso carente de interés] son editadas por el Sr. Edmond Texier, joven doctrinario con manguitos, que ha hecho sus pinitos bajo el 6 de septiembre*, y que después ha servido con idéntico entusiasmo a todas las administraciones. El Sr. Deslauriers es tan modesto que jamás se ha dignado a darse a conocer. De tal modo que esa oficina cargada de dirigir la conciencia pública, de vigilar la prensa, en fin, el pivote de una inmensa máquina, a la que convendrían las mejores cabezas del país, sumando las edades de esos tres Srs., no alcanza un siglo.

*Balzac hace referencia al gabinete Molé, instituido en esa fecha de 1836, tras la caída de Thiers. Una primera aproximación al devenir de la monarquía de Louis-Phillipe la ofrece Monarquía de Julio (de la versión francesa de la wikipedia).

El Sr. Metternich, que tiene una oficina parecida, colocó a su amigo, el difunto Gentz, una de las mayores inteligencias de Alemania. ¿Es una persona vacua y charlatana, como el Sr. Rémusat (ministro del Interior), en exceso perezoso para gozar trabajando, demasiado feliz en el epigrama para entregarse a otras ocupaciones, mofándose de sus colegas y parodiándolos en sus momentos de ocio con habilidad singular, imitando incluso a los más altos personajes, tomando sus poses, su manera de hablar, diciendo con una comicidad perfecta: Recibo todos los días con renovado gozo, etc., es una persona tal, de tan alta capacidad, quien cambiará la estúpida burocracia del ministro del Interior? Desconoce en este momento quién tiene a favor, y quién en contra. El (espíritu del) Sr. Montalivet aún reina en el ministerio del Interior. Es lo que explica que el Sr. Maleville, uno de los fieles al Sr. Thiers, subsecretario de Estado, vigile al Sr. Rémusat y su personal. Ahora bien, esa oficina, carente de alma, intitulada oficina de la conciencia pública, está encargada de la correspondencia política con los departamentos. Antaño, el ministro del Interior dirigía el espíritu de los departamentos. ¡Los pobres departamentos no se dan cuenta de la manera en la que se les trata! Cada mañana se tomaba el orden del día que se ejecutaba escrupulosamente. El Sr. Rémusat se excusa de ese desvelo en un Sr. Leonard Guyot, que pomposamente se adorna con el nombre de Léonce de Lavergne, a imitación del Sr. Roger de Beauvoir que no se llama precisamente ni Roger ni de Beauvoir.
He aquí el perfil de este Sr. Leonardo Guyot. Nacido de padres de escasa fortuna, en los alrededores de Toulouse.
El Sr. Malaret, que conocía a su madre, se preocupó de su educación: él devino preceptor de los hijos del Sr. Malaret, le siguió a París donde se presentó para ser recibido doctor; la Academia le rechazó. Despechado, regresó a Toulouse, donde consiguió un accésit de la academia de los juegos florales; el Sr. Granier de Cassgnac –que estaba por entonces en Toulouse– preguntó por qué se alentaba a las calabazas a inmiscuirse en la escritura. Espoleado por un periodista, el Sr. Leonard Guyot compró una participación del periódico político de Toulouse y de la imprenta de esa hoja; a partir de entonces se creyó un personaje, y el hijo de Pierre Guyot, empleado del fielato, se transformó en Léonce de la Vergne. Legitimista hasta 1833, devino doctrinario, alabó en grado sumo al Sr. de Rémusat, apoyó su candidatura en Muret y se coló en casa del Sr. Guizot. Trató de que se aceptaran unos artículos en los Débats, pero los Débats imitaron a la Academia. El Sr. Duchatel le nombró Maître des requêtes (magistrado encargado de elevar los casos ante el Consejo de Estado), a partir de entonces le apeteció el puesto del Sr. Mallac, uno de esos jóvenes capaces, de los que tienen el coraje suficiente para irse con sus protectores allí donde los Guyot se quedan en tierra; de ese modo el Sr. Guyot es hoy jefe del Gabinete del Sr. de Rémusat. Así es como todo se repite. El Sr. Léonce de la Vergne, incapaz de escribir en un periódico, y al que ha rechazado la Academia de París, escribe la correspondencia política por medio del Sr. Havas. El Sr. Havas, esta providencia para los periódicos de París, lo es también para los periódicos de provincias. Casi todas las hojas de provincias pertenecen a impresores de la administración, y para conservar sus imprentas hace falta ser fieles al Sr. Prefecto.
El Sr. Prefecto pregunta al Sr. ministro del Interior qué se debe pensar en su dependencia. De ahí la expedición por vía administrativa de una correspondencia elaborada en la oficina de la conciencia pública del Ministerio del Interior, correspondencia redactada por esos tres señores y expedida a expensas de la caja de los fondos secretos. Todo esto sería de una irracionalidad que haría extremecer, en el caso en el que la Oposición tomara el toro por los cuernos. Ahora bien, he aquí el modo con el que son informadas las personas virtuosas para continuar inundando Francia de conciencia pública sin que parezca provenir del Ministerio.
El Sr. Havas es el administrador secreto de la correspondencia de los departamentos a razón de 6.000 francos al mes. El Sr. Havas tiene sobres franquiciados para cada Prefectura, y aparenta enviar, él -persona libre, empresario de noticias para los diarios de París-, los artículos que le paga cada Prefectura y que recibe de los Srs. Guyot, Léon, Vidal y otros. De ese modo, lo mismo que solo existe un periódico en París, solo existe un periódico en provincias. El Sr. Havas es el testaferro del Ministerio. Ese es el mecanismo de esta inmensa máquina llamada periodismo. Es simple como un espeto giratorio movido por un caniche.
Más adelante explicaremos quiénes son los cocineros encargados de aderezar los platos, y verán ustedes cómo el pueblo que se considera el más espiritual del mundo es al que se le engaña con la mayor grosería.
Esto adquiere una importancia enorme si ustedes piensan que el último mes se han traspasado 30 millones de los bolsillos de este público lector de periódicos a los bolsillos de los amigos del Ministerio.

COMENTARIO FINAL
El lector se hará cargo de que la entradilla levanta expectativas que no se colman: 'cosas de la prensa'. Voy a tratar de hacerme con esa explicación de la que se habla al final, para ver qué posibilidades de divulgación ofrece.
Si son favorables, veré si admiten el añadido de lo que en los años 20 y 30 del pasado siglo sucedía en esa misma prensa parisina. Una opinión bien fundada le atribuye -si no yerro- ser una de las principales causas del desmoronamiento de la IIIème République. ¡Casi nada!

2024/12/26

[214] CRÓNICA DE LA PRENSA, POR H. BALZAC (1840) [1]

LA PRENSA es en Francia un cuarto poder del Estado: ataca a todo, y nadie la ataca. Culpa sin ton ni son, vitupera de manera gratuita...

El público puede creer que hay varios periódicos pero, en última instancia, no hay sino un único periódico. 

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Hace unos días, un buen amigo y mecenas de Alexis de Tocqueville & Arthur de Gobineau. Correspondencia (1843-44, 1849), me envió el enlace a Periodismo y globalismo: una alianza contra la libertad, texto de Fernando del Pino Calvo-Sotelo.

Los años pesan, y de la colusión prensa-gobiernos-aparatos del estado, me malicio lo peor, aunque no hay nada que por mal que esté no sea susceptible de empeorar. Recordé de inmediato el análisis que Balzac hizo hace casi dos siglos de la prensa de la época, análisis que ya es hora de dar a conocer porque conserva no poca juventud, tersura y lozanía. 

Además, también me malicio que está ahí, en el limbo del saber al que mejor dejar libre de perturbación, porque, ¿qué ñoco se puede pensar de un país en el que proliferan los gimnasios y los establecimientos de 'esculpido' de uñas, en tanto las librerías artesanas se baten en retirada? Pues eso, que es une merde de país... 

Es más, que a punto de cumplirse el 4º mes de la edición de esa interesantísima  Correspondencia..., un único departamento universitario -de entre las decenas dedicados a la época y al país, existentes en toda España-, se haya hecho con un ejemplar, es más que elocuente del grado de postración en el que se halla la nación, en plena indigencia y estertor intelectual, guste o no guste.

De modo que ahí va su 1ª parte.

Chronique de la Presse

CRÓNICA DE LA PRENSA.

LA PRENSA es en Francia un cuarto poder del Estado: ataca a todo, y nadie la ataca. Culpa sin ton ni son, vitupera de manera gratuita, afirma que los políticos y literatos le pertenecen y no acepta reciprocidad; su gente debe ser sagrada. Hacen y dicen estupideces terribles, ¡están en su derecho! Ya es hora de examinar a estas personas desconocidas y mediocres que tanto destacan en su tiempo, y que hacen mover una Prensa* que iguala, en producción, a la impresión de libros. Esta rúbrica de la Revue contendrá pues la crítica a la prensa periódica. No pretendemos destacar todas las estupideces que sucederán durante el mes; las cien páginas de la Revue no bastarían. He aquí lo que los periódicos virtuosos y tolerantes siguen imprimiendo en 1840 como hacían en 1820:

« Hace dos o tres días, una joven que había asistido a un baile ofrecido por el alcalde de Creil (Oise), se suicidó al volver a casa. Nos perdemos en conjeturas sobre los motivos que inspiraron esta fatal resolución en una joven que gozaba de la estima pública y que no tenía ninguna razón conocida de abatimiento. El sacerdote local se negó a darle sepultura, a pesar de los ruegos de la familia y de los consejos de la autoridad municipal. Todo el municipio quiso protestar contra esta decisión del sacerdote, acudiendo al cortejo de despedida de esta desafortunada joven» 

* En la época, el negocio de la imprenta, en especial de periódicos.

¿Cuándo los escritores, que insisten en tener libertad ilimitada, querrán dejar a la religión católica la libertad de protestar contra el suicidio, que no puede admitir sin negarse a sí misma? En el pasado, los suicidios los marcaba a fuego la mano del verdugo; hoy la religión sólo los puede condenar mediante la excomunión tácita. ¿Será porque, en ninguna época y bajo ningún gobierno, no ha habido otros suicidios que el periodismo quiera exaltar? La Prensa ha hecho de los ámbitos de la inteligencia y de los del poder un campo de batalla: les debemos honores de guerra a los soldados que caen.

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El Sr. Thiers [entonces, a la cabeza del gobierno bajo Louis-Philippe], al distribuir los papeles entre sus periódicos, envió al Sr. Chambolle a la batalla; por eso la Prensa lo apodó en broma Chambolle-Bey [Bey, Señor, título que daban los turcos al gobernador de una provincia o de una ciudad]. Pero esta especie de mecánica que compone las Premiers-París* del Siècle, una vez aireada: ¡ay! ¡qué placer ser soldado!, ha mantenido ese tono en las cosas más irrelevantes, y he aquí lo que ha dicho el Sr. Chambolle: “Luis Bonaparte está custodiado en la Conciergerie por un piquete formidable». Si hubiera una guerra, el Sr. Chambolle debería enseñar a los militares el secreto para hacer que un piquete de cuatro hombres, o doce como máximo, sea formidable. Paseándose, yendo al ministerio, este escritor tenía un andar altivo y guerrero que parecía decir: ¡Ego sum Rocambole!** Su gallardía hizo temer por los utensilios de su casa, y el Sr. Thiers ha tenido que resarcirle. Cosa extraña, después de pedir que Francia se alzara como un solo hombre, el Sr. Chambolle, una vez saldadas las diferencias à la Bourse***, se volvió tan amable como antes. ¡Qué cosa tan rocambolesca!

*Especie de editorial -una larga y pesada disertación- sobre la política interior o exterior de Francia; una de las secciones del periódico más difíciles de producir (y de leer) en el siglo XIX, expuesta bien después, bien antes, de las “Noticias Exteriores”, según la época y la importancia dada a los temas tratados.

** Rocambole, personaje literario entre aventurero y ladrón gentilhombre, creado en el S. XIX por P. A. Ponson du Terrail, cuyas andanzas han alumbrado el calificativo rocambolesco

***Fig. Mediante la entrega de una suma.

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El Sr. Thiers hace creer por un momento que Francia podría verse en guerra con Europa, y esta es la conducta del periodismo durante los ocho primeros días. 

Le enseña a Europa que no tenemos caballería.

Revela con conmovedora ingenuidad el número de nuestros barcos, indicando el lado débil de nuestra marina: tiene pocos marineros.

Explica todo qué podemos hacer mal para iluminar al enemigo sobre nuestros flancos vulnerables.

Si un francés cometiera crímenes parecidos, los periódicos pedirían que lo fusilaran.

Esto es lo que sucede: un mariscal lleva a cabo un plan de campaña que incluye artimañas de guerra. Se puede huir para atraer al enemigo a una trampa. Personas que no saben nada -ni de la cuestión, ni de las dificultades-, acusan al general-jefe de estupidez. Durante un mes, en su país, este general es un cretino, hasta el momento en que la victoria refuta los disparates de la prensa. A esto se le denomina ser el centinela del país, instruir a la opinión pública.

El jefe de una de las divisiones más importantes de un ministerio importante me dijo: Sé por los periódicos lo que el ministro va a decidir sobre mí.

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El público puede creer que hay varios periódicos pero, en última instancia, no hay sino un único periódico

Existe en París, en la calle Jean-Jacques-Rousseau, una oficina dirigida por el Sr. Havas, exbanquero, ex copropietario de la Gazette de France*, ex socio de una sociedad de explotación de las licencias concedidas por Napoleón en la época del bloqueo continental. El Sr. Havas ha visto muchos gobiernos, venera el Hecho y profesa poca admiración por los Principios; asimismo ha servido a todas las administraciones con la misma fidelidad. Cambian las personas, pero él sabe que la esencia nunca cambia, y que el sentido que se le ha de dar a la conciencia pública es siempre el mismo.

* Fundada en 1631, bajo el reinado de Luis XIII, informaba a los lectores de las noticias del exterior y de la Corte, para ir a especializarse en asuntos políticos y diplomáticos… se imprimía en los entresuelos del Louvre, relata V. Hugo en Rhin, 1842.

El Sr. Havas tiene una agencia que nadie tiene interés en dar a conocer, ni los ministerios, ni los periódicos de la oposición. He aquí por qué. El Sr. Havas tiene corresponsales en todo el mundo; recibe todos los periódicos de todos los países del globo, él, el primero. Por eso está ubicado en la calle Jean-Jacques-Rousseau, frente al edificio de Correos, para no perder ni un minuto. Se le permite así ser el dueño de todos los secretos, excepto los diplomáticos, porque lo único que no sabe es lo que piensan el Sr. Palhen o el Sr. d'Appony; pero con una salvedad; cuando se levanta, el presidente del consejo recibe un pequeño boletín universal, perfectamente redactado, que se destila del análisis de todos sus corresponsales y de todos los periódicos.

Todos los periódicos de París han renunciado, por razones de ahorro, a correr por su cuenta en los gastos en que incurre el Sr. Havas, tanto más cuantiosos por cuanto que ahora dispone de un monopolio, y todos los periódicos, exentos de traducir periódicos extranjeros y de mantener personal, como antes, financian al Sr. Havas con una suma mensual para recibir de él, a una hora fija, las noticias del extranjero. Sin que lo sepan, o a sabiendas, los periódicos solo disponen de lo que el primer ministro les deja publicar…

(Fin de la 1ª parte)

2024/12/10

[213] PLA Y CHAVES NOGALES. MARIBEL CINTAS Y ANTONIO MUÑOZ MOLINA.

La única revolución posible en el individuo es la que el individuo haga consigo mismo; es decir, ser capaz de transformar sus condiciones personales y triunfar en su medio, en su vida. (Maribel Cintas Guillén).  

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Estimado lector, 

heme aquí de nuevo como opinante para comentar algo de lo que pude escuchar en los Imprescindibles, el dedicado a Chaves Nogales, que TV2 emitió el pasado domingo 8. 

Desfilaron personalidades como Maribel Cintas Guillén, que tiene el innegable mérito de ser la primera persona que puso en relieve el valor del reportero sevillano; Charo Ramos, periodista sevillana (creo) especializada en su obra; el conocido escritor Antonio Muñoz Molina; enfin, Abelardo Linares (de quien todavía estoy esperando que me aporte la prueba positiva de su apreciación hecha en 198, aunque me malicio que no está por la labor de respaldar sus palabras con pruebas), amén de otras personas de mérito.

Me llamaron la atención un par de pasajes. El 1º, con palabras de Muñoz Molina a la altura del minuto 15. 

Que yo sepa es de las pocas voces españolas que tienen una mirada internacional. Chaves sabe ver el contexto, sabe ver el contexto europeo, y eso también le limpia de algo terrible que es el esencialismo español (mutatis mutandi) 

Ocasión extraordinaria para mostrase a salvo de tal afección (que no sabría decir con precisión en qué consiste, o cuál es el sentido exacto que le atribuye ahí Antonio).

Nada le hubiera costado a Antonio referirse -siquiera de soslayo- a Pla, por ejemplo, como ejemplo de periodista con mirada internacional. En ese contexto, lo merecía.

 Pla es coetáneo de Chaves, ambos nacen en 1897. Lleva en París 4 meses, en 1921, cuando es llamado por su director para cubrir unas conferencias que Joan Crexells -corresponsal de su periódico en Berlín- va a dar sobre filosofía en Salamanca, cosas de Unamuno, le dice Romá Jori.

Descubre el paisaje castellano, Goya, Toledo..., la vida madrileña. Lo plasma en una deliciosa panorámica, Madrid, 1921. Un dietario*. 

*Asociación de Libreros de lance de Madrid. Madrid, 2007, edición a la que ya me he referido al señalar el infame prólogo de Trapiello, de tenor inadmisible, con alguna afirmación absolutamente inconsistente, como demuestro mediante pruebas en Andrés García Trapiello: un petardo (Abelardo, con pruebas...). 

En 1922, es corresponsal en Italia y cubre la marcha de Mussolini a Roma; los artículos de ese tránsito* están publicados en un volumen junto a los del paso por Alemania, en 1920, de Jose Mª de Sagarra**. 

*En 1928 regresa a Italia y también visita Yugoeslavia.  **Jose Mª de Sagarra. José Pla. Cartas europeas. Crónicas de El Sol. Destino. Barcelona, 2001. Colección Áncora y Delfín; nº 924.

En 1925 viaja a Moscú, conoce la revolución soviética y se entrevista con Andreu Nin, que alcanzó cotas de alta responsabilidad como dirigente en dicha revolución (de filiación trostkista, Nin sería desaparecido -de modo terrible- por los esbirros estalinistas en 1938, durante nuestra guerra fraticida. Orwell cuenta qué pasaba en Cataluña por aquel entonces en Homenaje a Cataluña). Del viaje surge Russia. Noticies de la URSS (Una enquesta periodística)... 

RUSSIA. Edicions Diana. Barcelona, 1925.

En fin, Cartes de lluny, publicado en 1928, da cuenta de un periplo que le lleva a Lyon, los Países Bajos, a (la península de) Jutlandia, Suecia y Noruega... Ese mismo año, entre el 6 de agosto y el 15 de noviembre, Chaves daría su vuelta a Europa en avión.

*La Nova Revista. Libreria Catalonia. Barcelona, 1928.

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He tratado de hacer una exposición que me permita no caer en esencialismo alguno, lo cual lo interpreto a mi guisa: Chaves es magnífico, no lo pongo en tela de juicio; Pla también lo es, que no quede atisbo de duda. Y en un programa dedicado al 1º se puede abrir una rendija por la que se cuele el 2º -siquiera con propósito instructivo/didáctico-, más si se enuncia lo que enunció Antonio Muñoz Molina, que  desperdició una ocasión de oro para ello -y no se presentan muchas- (y que incluso pudo incurrir en petición de principo a mi modo de ver*). 

*Cosa que hoy afirmo sin ambages. Al compendiar una parte de mis columnas en la entrega de ayer 15FEB2025, [220] SUMA CHAVES NOGALES (EN CON VOZ QUEDA). I, surgió la persona de Augusto Assia, que me llevó de inmediato a la de Julio Camba, el 'logos' según Ortega y Gasset. Que ambos eran periodistas de amplia mirada internacional, en la misma época, no admite réplica. Antonio tampoco les abrió una rendija de su memoria. Si excluir a 'los otros' no es muestra inequívoca de esencialismo, que me explique el Sr. Muñoz Molina en qué consiste eso exactamente. Mientras tanto me, mantendré en mis tesis. 

Lo que sucede es que, en el minuto 25 y medio, Maribel pronunció unas palabras que merecen estar en el frontispicio de todo centro escolar (a ver si de ese modo surten algún efecto): 

La única revolución posible en el individuo es la que el individuo haga consigo mismo; es decir, ser capaz de transformar sus condiciones personales y triunfar en su medio, en su vida. 

Lo pronuncia tras unas breves presencias previas: Chaves Nogales es de los primeros que pone en duda el valor de la revolución soviética (min. 22; si bien en ello Pla le antecede); ... en el año treinta y cinco, el más conflictivo de la República, Chaves sale a la calle con la historia de un torero: Juan Belmonte (min 24), retrato portentoso que al reportero le permite trazar la España de la época como telón de fondo, y enfocar a Juan Belmonte como ejemplo de superación personal. 

Y luego, ese pasaje, que para mí vale por todo el reportaje*.

Y es que hay gente pa tó.

PS. He tratado de reproducir exactamente lo dicho en el programa, pero ello no me exime de haber cometido alguna imprecisión menor.

* Porque bien se ve la diferencia que existe entre instruir -Cintas Guillén- y referir (si bien empleo esta voz en un una acepción en desuso: Aplicar hechos o cualidades a alguien o algo (DA) -Muñoz Molina-, añado aquí el 12/12/2024.  

2024/12/09

[212] DE LA MÁS PURA ACTUALIDAD (LA CONTROVERSIA TOCQUEVILLE<>GOBINEAU [2])

...no creo equivocarme al afirmar que el hecho religioso ha sido un eje esencial en la conformación/vertebración de las sociedades más primitivas, e incluso en las más recientes, hasta (pongamos por fecha) 1789 

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Estimado lector, 

héme aquí de nuevo como opinante para enunciar que la actualidad de esa  controversia [210], entre la mente lucida y lúcida de Alexis de Tocqueville y la nublada de Arthur de Gobineau, es innegable puesto que vivimos un momento en el que los rasgos gobinianos -irreligiosidad, so apariencia de laicidad- campan a sus anchas. 

No soy antropólogo, ni conocedor de la historia de las civilizaciones, pero no creo equivocarme al afirmar que el hecho religioso ha sido un eje esencial en la conformación/vertebración de las sociedades más primitivas, e incluso en las más recientes, hasta (pongamos por fecha) 1789. 

Alexis de Tocqueville

Una sociedad en la que el hecho religioso se margina, se soslaya, se menosprecia por desconocimiento de su valor esencial, pasa a ser de modo automático (a mi modo de ver) una sociedad desestructurada; puede ser amalgamada, tener apariencia cohesionada, pero estoy convencido de que carece de una auténtica estructura interna y de que, más tarde o más temprano, está abocada a su estertor.

Son los rasgos que percibo en la Europa occidental de nuestros días, gestados hace ya un tiempo, en la que lo que prevalece es el espíritu gobiniano, es decir relativista/escéptico/snob, de personas ahítas/saciadas/ebrias de bienestar, incapaces de adherirse a una causa que persiga una mejora del estado de los más.

Los denomino jardineros de 'poda inversa', ya que de este árbol conocido por Civilización Occidental -que hunde su más poderosas raíces en un pasado greco-latino y judeo-cristiano, y en cuyas ramas moramos-, lo que talan no son las ramas secas, estériles, sino sus raíces, cada vez más debilitadas.

En este sentido, Tocqueville, cuya potencia de pensamiento está por descubrir (en gran medida y salvo excepciones) entre nosotros, sirve de ejemplo: 'No tengo tradiciones, no tengo partido, no tengo ninguna causa que no sea la de la libertad y la de la dignidad humana. De esto estoy seguro', le escribe a Louis de Kergorlay el 15 Dic 1850 desde Sorrento . 

La cercanía  de esa proclama al cristiano 'amaros los unos a los otros' me parece fuera de discusión.

Feliz Navidad 2024 y Felices libros F Caro 2024.

2024/11/04

[211] LA CÓLERA POLITICA Y LA IGNORANCIA EN LA QUE ARRAIGA (PERROS ÁNCHEZ, ¡QUE TE PARTA UN RAYO!)

... quienes peroran indignados, en cólera, o con un cabreo supino, ¿designan las cosas con justedad?... 

August Landmesser, el 'hombre solo'.
Condenado por sus contemporaneos, encumbrado por la Historia

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Recibo cosas, no muchas, de personas de mi absoluta confianza y de cuya recta intención no albergo ninguna duda. Hablan de lo que es el asunto por excelencia: la indignación, la cólera, el encabronamiento que está a flor de piel entre una gran parte de mis compatriotas -que no conciudadanos, porque esa categoría política aquí no se da: nuestra calidad es la de súbditos devenidos pasivos sujetos pasivos tributarios porque se prefiere la dulce comodidad en la servidumbre al riesgo de ser un sujeto responsable en el ejercicio de la libertad.

Creo que resulta de la podredumbre política existente, que hace que cualquier cuestión que se salga del cauce previsto -como ha sido el reciente desbordamiento de la naturaleza en el Levante español- pueda generar efectos y resultados imprevisibles por lo devastadores (en todo caso mi mayor respeto a todas las personas afectadas; más si cabe con aquellos que acarrean con el gran dolor de haber padecido víctimas mortales entre sus allegados, dolor que solo ellos viven y conocen: con esto no se puede bromear, por favor)

 Pero ruego que se me permita que hable de mensajeros y mensajes. Porque la cuestión está en que estoy convencido de que quienes peroran no saben las causas de fondo -las raíces- por las cuales la situación política es la que es. Y cuando alguien se las trata de explicar, rechazan la explicación.

Explicación que no es complicada. Lo que sucede es que, si se es coherente con ella, la cosa tiene miga. Para exhibirla, vayamos al saber antiguo, saber que alguna vez ya se ha colado por estas páginas. Lo traigo de mano de Julio Camba, quién las esculpió en el dintel de su Haciendo de República que Espasa-Calpe publicó en 1934.

Si las designaciones son justas, el orden reina; si son equívocas reina el desorden. El que confunde las designaciones corrompe el lenguaje. Las cosas prohibidas sustituyen entonces a las permitidas. La inexactitud toma el lugar de la exactitud y lo falso ocupa el sitio de lo verdadero. Allí donde reina el desorden es que las designaciones de las leyes no están en su debido punto ... El príncipe de Tsi, espíritu confuso, podría servirse de la expresión shi, pero no sabía con certeza lo que esta expresión significaba. (Del Lu shi ch'un ts'in[1])

La persona noble escoge sus designaciones de tal modo que puedan ser empleadas sin equívoco en el discurso, y compone sus discursos de tal suerte que puedan, sin equívoco, transformarse en actos. (Del Lun-yu[2])

Ahora bien, quienes peroran indignados, en cólera, o con un cabreo supino, ¿designan las cosas con justedad? ¿Disciernen entre elegir y votar, entre representante político y sujeto aupado por una lista cerrada y bloqueada de partido, entre separación de poderes y separación de funciones, entre Constitucióncarta otorgada, en fin, entre Democracia y sistema de votaciones predeterminadas...?.

Porque, Srs., esas son las mimbres, esos son los elementos constructivos del infausto retablo de las maravillas en el que se nos instaló a resultas de la malhadada transacción, proceso en el que el estado, que era el 'poseedor' de los partidos políticos pasó a ser poseído por estos : más claro, agua.

Quien no lo haga es un indocto político, sea académico, sea catedrático, sea editor de La Secta. Porque con ese hilo argumental he acallado a todos con los que he tenido oportunidad de debatir al respecto, cosa que digo sin fatuidad alguna, porque es así (y si no, que le pregunten a la Sra. Paloma Biglino, por ejemplo).

Otra cosa es que yo no tenga voz en la plaza pública, y por ello sea una persona irrelevante. Pero me da igual, porque la verdad es la verdad, "la diga Agamenón, o la diga su porquero":  Amicus Plato, sed magis amica veritas. Y sé muy bien el papel que me toca en este doble otoño por el que deambulo, pero a diferencia de August Landmesser, lo mío carece de épica.

[1] Lu shi ch'un ts'in. Texto chino clásico, de carácter enciclopédico, compilado hacia el año 239 a.C. [en.wikipedia.org. Lüshi Chunqiu]

[2] Lun Yu. –El Lunyu es considerado por los estudiosos como la fuente más fiable de la doctrina del antiguo sabio Confucio (551-479 a.C.) y suele ser el primer texto confuciano que se estudia en las escuelas. Abarca casi todos los conceptos éticos básicos de Confucio: ren ("benevolencia"), junzi ("el hombre superior"), tian ("cielo"), zhongyong ("doctrina del medio"), li ("conducta correcta") y zhengming ("ajuste a los nombres"). Este último inculca la noción de que todas las fases de la conducta de una persona deben corresponder al verdadero significado de los "nombres"; por ejemplo, el matrimonio debe ser un matrimonio verdadero, no un concubinato–. [Lun Yu. Enciclopedia Británica]

PS. Una vieja entrada recibe vista de vez en cuando; hace al caso: [75

2024/10/26

[210] LA CONTROVERSIA TOCQUEVILLE<>GOBINEAU (CORRESPONDENCIA 1843-44)

 La controversia que de entrada se suscita entre Tocqueville y Gobineau se puede transponer perfectamente al presente, en el caso en el que alguien -al modo del normando- hiciera apología del valor sociológico que corresponde al cristianismo... 

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Como estaba previsto, el pasado 2 de septiembre vio la luz mi nuevo trabajo editorial, la 1ª parte de la Correspondencia... (1843-44, 1849) que mantuvieron Alexis  de Tocqueville y Arthur de Gobineau, 'uno de los hitos en el genero epistolar de la centuria (el S. XIX)', proclamó Luis Díez del Corral en su discurso de ingreso en la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas el 2Feb1965 ([204] ofrece una nota somera de la misma).

En la primavera de 1843 Tocqueville escoge a Gobineau (al que sobrepasaba en casi 11 años de edad) como ayudante para la realización de unos compendios con los que redactar un trabajo sobre la evolución de las ciencias morales en el pasado reciente, lo que desencadena una 'sabrosa' correspondencia que se mantendrá hasta la desaparición de Tocqueville.

A propósito de este trabajo tocquevillano hay una cierta confusión  -una confusión cierta, en mi opinión-,  pues se atribuye como destinatario del mismo la Academia de Ciencias Morales y Políticas, a la que por mandato real de 1840 se le había prescrito elaborar un Tableau général de l’état des progrès des sciences morales et politiques de 1789 à 1830, 'panorámica' que debería ser entregada a SM los primeros días de 1842. 

Mi tesis es que el trabajo que acometía Tocqueville cuando 'ficha' a Gobineau es independiente del de la Academia, si bien se dan unas circunstancias muy peculiares: Tocqueville era, precisamente, el ponente designado por la Sección Moral de la Academia para elaborar la parte que le correspondía a la misma, y la iniciativa Real surge a propuesta de su ministro de Instrucción Pública, y a su vez ilustre académico, Victor Cousin

A ciencia cierta no sé si la Academia expresó de modo formal y explícito su desistimiento a cumplir la tarea que se le encomendó (he rebuscado hasta 1845, creo recordar, sin hallar dato alguno al respecto), y si lo hizo, en qué momento fue, si bien las razones que se manejaron para justificar la dificultad de materializarlo en el plazo prescrito era la vastedad de las indagaciones a realizar (de hecho, solo la sección 'Jurídica' de la Academia, que designó tres ponentes para llevar a cabo la parte que le correspondía, uno por cada una de las ramas civil, penal e internacional, manifestó expresamente haberlo culminado). El hecho es que esa 'Moral de la Academia' no prosperó.

A mi modo de ver, Tocqueville -quizás deseoso, o políticamente necesitado, de publicar una 2ª gran obra tras La Democracia en América, 'se apropia' en 1843 de la tarea encomendada a la Academia, y que le correspondia realizar (sin noticia de que hiciera nada al respecto) como ponente designado por la sección Moral, y encarga a Gobineau acometer los trabajos preparatorios de recopilación de la información que consideraba adecuada*.

* No puedo descartar de modo definitivo que, al inicio, el propósito no fuera realizar el encargo académico. No obstante, si bien este tenía una fecha bien determinada para su entrega a SM -primeros días de 1842, como se ha señalado-, sorprende que  Tocqueville hable de acometer el trabajo -intensa y eficazmente-, el día que quiera, lo cual induce a pesar que -para entonces- la Academia ya se había exonerado (de hecho, al menos) de culminar el encargo Real. Lo hace en octubre de 1844, en la última de las cartas del bloque dedicado a 'la Moral' que dirige a Gobineau.

La 'Correspondencia...
Portada con inserción publicitaria

En las primeras cartas intercambiadas, cuando se trata de establecer el 'perímetro' del asunto a estudiar, surge la primera controversia entre dos personalidades claramente contrapuestas en sus concepciones 'morales', si bien coincidentes en algunos aspectos, como el apego inquebrantable a la independencia de criterio.

A propósito de la personalidad de Gobineau: creo que es un personaje bastante desconocido entre nostros. Si alguien se le ocurre acceder a la reseña que ofrece de él a Biblioteca Nacional de España, mejor vaya a tomar un café: se nutre de la Wikipedia en español, cuyo contenido es para echarse a llorar. Mi recomendación es que acudan a la versión en francés, o en inglés, de esa misma entrada, que ofrece una información fiable, sólida, y más ajustada a la realidad del personaje

Por otra parte, los escasos acercamientos a la figura de Gobineau en España son de un tenor mediocre en grado sumo. Sirva de ejemplo uno de los muy escasos artículos que se le han dedicado y que conozco, Seis páginas de ironía. La correspondencia de Tocqueville y Gobineau*, en el que el autor se parapeta en el sanbenito de que Gobineau es el padre intelectual de las doctrinas supremacistas que florecieron en Europa a comienzos del siglo pasado, y de cuyo devenir no hace falta que dé mayores detalles, para caricaturizarlo con desacierto cubista.

*Luis Gonzalo Díez; Revista de Occidente, nº 486, noviembre 2021 

 Sostengo, por el contrario, que para ser el padre intelectual de algo, lo primero que se precisa es ser un intelectual en algo. Gobineau no lo era: carecía de formación académica, por muy brillante que fuera su persona*, y no pasaba de ser un mero opinante nada dado al debate en un plano puramente científico

* De la cual he trazado en la Correspondencia... una semblanza honesta, y bastante cercana a la realidad de los hechos materiales, en base a publicaciones científicas referidas al personaje bien acreditadas. Las tesis -carentes de cualquier consistencia- sostenidas en su Ensayo sobre la desigualdad de las razas, y el hecho de que esta obra alcanzara repercusión en Francia tras su exaltación en Alemania, a resultas de la amistad que se anudó entre Gobineau y Wagner, y con Gobineau ya desaparecido, está en el origen del estereotipo escuálido que es moneda de curso común.

De vuelta al asunto que trato de abordar aquí, la controversia que se establece entre Tocqueville y Gobineau en esas primeras cartas surge -en mi opinión- por el hecho de que Tocqueville no solo valora la religión desde el punto de vista de la fe personal, y de lo que ello representa para los individuos, sino -y sobre todo- valora su efecto sociológico, es decir, el resultado decantado a lo largo de los siglos en las diferentes sociedades cuyas religiones predominantes han sido de raíz cristiana, hinduista e islámica, respectivamente

Las conclusiones de su comparación resultan apabullantes, hasta el punto de sostener que la democracia solo es compatible con el cristianismo, del cual es uno de sus frutos: fruta del huerto cristiano cultivado por mano protestante * es la Democracia que conoció en su viaje a América de 1831.

* Enunciado propio.

Gobineau, por contra, podría ser ejemplo de fruto de la laicité instaurada tras la Revolución de 1789 en el seno de la sociedad gala: reduce el hecho religioso a la mera esfera personal; deja al albur de la conciencia individual la profesión de fe y, en este contexto, equipara unas religiones con otras porque, en definitiva, la fe es algo sometido al libre albedrío de las personas. El 'ayudante' no capta en absoluto -y en consecuencia no le atribuye valor alguno- la dimensión sociológica del hecho religioso, esencial en la concepción de Tocqueville.

Gobineau está tocado de escepticismo, pero no al modo del de Rémusat -uno de sus mentores-, en quien era resultado de sus vastos conocimientos filosóficos, sino de carácter esnob -sine nobilitate-, propio del diletantismo de la época. 

"Al Sr. de Gobineau le ​p​rofeso una verdadera amistad y lamento ver que no consigue un mayor éxito..., pero carece de lo que se necesita para triunfar, la fe en algo y el apasionamiento que da la creencia..."*.

* Pasaje citado por R. Béziau, que lo atribuye a Marthe Kolb. Ary Scheffer et son temps, 1795-1858 . Boivin & Cie., París, 1937.

Creo que esta controversia se puede transponer perfectamente al presente, en el caso en el que alguien -al modo del normando- hiciera apología del valor sociológico que corresponde al cristianismo (que, como doctrina, no debe confundirse con la administración que hace de ella la iglesia Católica), que hace que seamos como somos, y moremos en las ramas de este ingente árbol de raíz greco-latina y judeo-cristiana que llamamos 'cultura occdidental'.

Árbol, por cierto, sometido a una persistente y tenaz 'poda inversa', porque lo que se vienen cortando desde hace tiempo con denodada fruición son las raíces, no las ramas secas. Acaso esa sea la esencia de la desdichada comprensión que se tiene de la laicité.

Por cierto, la 'Moral de Tocqueville', como bien sabemos, tampoco prosperó.

2024/10/12

[209] CHAVES NOGALES: CONTROVERSIA Y DESVERGÜENZA (2) [SRA. MORATÓ Y SR. GARMENDIA: NO SEAN RENUENTES, DÉNNOS UNA RESPUESTA]

 ... El Sr. Garmendía y la Sra. Y. Morató faltaron a la verdad por sostener, en 2020, que Yolanda tradujo del Excelsior parisino el artículo Que vise l'impérialisme espagnol? 

No digo que se equivocaron, digo que mintieron...

Y también digo que ¡vaya cuadrilla de caraduras compone la  δόξα (dóxa) que mece la memoria del gran reportero sevillano...! 

∞:∞∞:∞

... Porque pasa el tiempo y su explicación no llega; al menos no la conozco (si existiera, todo lo dicho -y lo que se dirá- queda vacío de valor, y pido disculpas con toda humildad). Como el dato falso aparece en una nota*, en buena lógica, y a juzgar por su redacción, es de suponer que sea aclaración del editor -el Sr. Garmendía. El dato, ¿quién se lo procuró? Una de dos, o es de cosecha propia o se lo hubo de procurar quien pudiera hacerlo -la Sra. Morató, sin duda, en primer lugar-. 

* Este artículo apareció publicado primero en inglés por el diario neoyorquino y después en francés por el  [Excelsior] de París. La traducción de Yolanda Morató ha sido volcada desde la segunda de esas dos versionesLa duplicidad da fe ...  [N. 34 al artículo ¿Qué pretende el imperialismo español? , p. 215; vol. V  'Ed. Garmendia' (OBRA COMPLETA” DE MANUEL CHAVES NOGALES, Barcelona, Asteroide; 2020)]  

[De haber sido un error de Garmendía, o de Morató -aunque en ella sea cosa harto dificil, pues que se reclama de meticulosidad en su hacer-, con reconocerlo, se zanja la cuetión y santas pascuas.  Como equivocarse al invocar una fuente que es sencillo contrastar, y que evidencia de inmediato sus carencias en el asunto, es cosa harto complicada (a no ser que se carezca de las mínimas destrezas, cosa que descarto por descabellada), se debe deducir que no hubo un error, sino otra cosa. Que Y. Morató es corresponsable de la falacia no cabe duda, pues ella debió dar su VºBº a la nota en cuestión (a no ser que aquel trabajo acabara como "el rosario de la aurora", cosa que descarto de entrada, aunque, ¡quién sabe...!)].

Con "He evidenciado en [195.1] (EL "EMBROLLO" CHAVES NOGALES. LAS 'COSAS' DE Y. MORATÓ) con pruebas incontestables, que el artículo Que vise l'impérialisme espagnol?  no fue publicado ni en el Excelsior mexicano (tesis de Mª Isabel Cintas, de 2013), ni en el Excelsior parisino (tesis de Y Morató, de 2020) el 25MAY1939", comenzaba la entrada [200] ("EL EXCELSIOR" NO PUBLICÓ AQUEL CHAVES NOGALES...).

La cosa es que, por lo que conozco hasta este momento, la fuente de Y. Morató sigue siendo una incógnita. Y yo, F. Caro, en nombre del rigor científico y de la honestidad intelectual, reclamo una respuesta que se está haciendo esperar demasiado.

Y, o bien la interfecta, o bien su editor en la ocasión, deberían darla...

L'Imperialisme Espagnol?, publicado el 07/06/1939 en una revista parisina.

Detalle de su comienzo.

El Excelsior parisino. Mancheta y portada del 2SEP1939.  

... a no ser que la explicación se decida a darla otro de los editores de la Morató: el Sr. Linares, editor de Maribel Cintas (en 2013); momento en el cual Maribel dispuso del 'original' cuyo soporte periodístico sigue siendo un misterio...
Así que, Sr. Linares, Ud. también queda invitado a darla.
Ahora bien, no me hago ilusiones porque el patrón de Renacimiento aquí solo ha hablado -de modo versallesco- en una ocasión [198]:
 
'No tiene interés alguno. Esto estaba ya publicado muchos años antes. A buenas horas mangas verdes y no por mucho madrugar amanece más temprano.', 
  dijo entonces, en tanto que ha callado para todo lo demás -y no será por falta de oportunidades-. 
No obstante, ¡que haga de su capa un sayo!, faltaría más, porque, en aplicación del mismo principio, sostengo también en tono versallesco que ¡vaya cuadrilla de caraduras compone la  δόξα (dóxa) que mece la memoria del gran reportero sevillano...!

[223] SUMA CHAVES NOGALES (EN CON VOZ QUEDA). III.

  Estimado lector. Prosigo la enumeración de las entradas en las que comento, o aporto detalles novedosos, en relación con la persona y con ...