2024/12/27

[215] CRÓNICA DE LA PRENSA, POR H. BALZAC (1840) [2]

...verán ustedes cómo el pueblo que se considera el más espiritual del mundo es al que se le engaña con la mayor grosería.

Esto adquiere una importancia enorme si ustedes piensan que el último mes se han traspasado 30 millones de los bolsillos de este público lector de periódicos a los bolsillos de los amigos del Ministerio. 

 ∞:∞∞:∞

Chronique de la Presse

COMENTARIO INICIAL

De manera inopinada, la 1ª parte de esta Crónica me ha traído un par de mensajes que agradezco infinito. Infinito porque mis panfletillos no interesan ni al gato del vecino -que por cierto no tiene gato-. No por ello me voy a arrugar/arredrar/achantar...; quede claro.

Tenía ganas, además, de sacar esto a la luz porque recuerdo que Ignacio Ruiz Quintano (al que admiré por un tiempo) deslizó hace ya bastante -en su excelente Salmonetes ya nos nos quedan- un comentario en el que, más o menos, se expresaba así: Tocqueville no vio la Democracia

Creo que entendí perfectamente su sentido en el marco de la doctrina de D. Antonio Gª Trevijano al respecto, y por ello, y por mi filiación tocquevillana, le hice llegar mi apreciación en cuanto a la enormidad de lo que el joven Tocqueville vio, en su periplo americano de 1831, con solo 26 años: La Democracia en América -obra colosal- lo muestra/prueba.

Lo que no vio Tocqueville, no lo quiso ver, o contemporizó con ello, es la realidad del mundo de la prensa parisina de su época, hasta el punto de que entró en el tinglado -si bien con muy escasa fortuna-.

En efecto, durante el período de sesiones 1843-44, en la Cámara, Tocqueville pretende devolver a la izquierda "la honestidad de la que carecen el señor Thiers y sus amigos, la moderación y la guía de conducta que no encontramos (en ellos)"; en definitiva, "realizar una gran transformación en la izquierda" desde dentro, pero adoptando "tonos que ni son, ni serán nunca (los suyos)".

Para ello, el grupo encabezado por Tocqueville –Lanjunais, de Corcelles, J. de Lasteyrie, Combarel de Leyval, entre otros– necesitaba disponer de un periódico, "porque sin periódicos no sólo no podemos hacer lo que tenemos en mente, sino que tarde o temprano seremos devorados por nuestros propios amigos". De modo que la solución consistió en tomar el control de Le Commerce, en cuya línea editorial Tocqueville marcaba la pauta... La aventura periodística fracasó rotundamente.

En este asunto, la sagacidad/honestidad de Balzac aventaja sobremanera a la de Tocqueville, las cosas como son. O como a mí me lo parecen.

Por otro lado, me ha hecho gracia toparme de nuevo con (Charles de) Rémusat, quien fue el artífice del encuentro de Tocqueville con Gobineau [aspecto tratado en mi edición de Alexis de Tocqueville & Arthur de Gobineau. Correspondencia (1843-44, 1849)]. Rémusat, tras su experiencia como ministro del Interior en el gabinete Thiers, del 1 de marzo al 29 de octubre de 1840, halló una posición privilegiada en el centroizquierda dinástico, que él mismo explicó: "Sin ser del todo desagradable para el partido conservador, que me mostró «estima, mezclada con pesar y desconfianza», estaba bien considerado por la oposición a la que era necesario": en resumen, no se podría hacer ninguna nueva alianza sin él.

∞:∞∞:∞

CONNTINUACIÓN

... Además, el Sr. Havas les trata según la cuota de su abono. Si los Débats dan 100 escudos (moneda de plata de 5 francos) por mes, tienen tal o cual noticia antes que el resto. Si hay 20 periódicos, y su abono con el Sr. Havas es en promedio de 200 francos, el Sr. Havas recibe de ellos cuatro mil francos al mes. Recibe seis mil del Ministerio por un singular servicio que les vamos a explicar. ¿Comprenden Uds. ahora la pobre uniformidad de las noticias de internacional en todos los periódicos? Cada cual tinta de blanco, de verde, de rojo, o de azul, las noticias que le envía el Sr. Havas, el 'Maître-Jacques'* de la prensa. En ese apartado solo hay un periódico, hecho por él, de cuya fuente beben todos los periódicos.

*Personaje legendario, arquitecto en la edificación del primer Templo de Jerusalén; jefe de los maestros canteros encargados de tallar la piedra, llegado a Francia tras la muerte de Salomón (https://fr.wikipedia.org/wiki/Maître-Jacques). 

Existe, en el Ministerio del Interior, una oficina llamada de la conciencia pública, en la que se hallan tres escritores, los Srs. León Vidal, Edmond Texier y Deslauriers. Era imposible que no hubiera laureles (lauriers). El Sr. León Vidal es un chico que tiene exactamente lo que se necesita de conciencia para elaborar la conciencia pública. Las tartines políticas [tochos; escrito extenso carente de interés] son editadas por el Sr. Edmond Texier, joven doctrinario con manguitos, que ha hecho sus pinitos bajo el 6 de septiembre*, y que después ha servido con idéntico entusiasmo a todas las administraciones. El Sr. Deslauriers es tan modesto que jamás se ha dignado a darse a conocer. De tal modo que esa oficina cargada de dirigir la conciencia pública, de vigilar la prensa, en fin, el pivote de una inmensa máquina, a la que convendrían las mejores cabezas del país, sumando las edades de esos tres Srs., no alcanza un siglo.

*Balzac hace referencia al gabinete Molé, instituido en esa fecha de 1836, tras la caída de Thiers. Una primera aproximación al devenir de la monarquía de Louis-Phillipe la ofrece Monarquía de Julio (de la versión francesa de la wikipedia).

El Sr. Metternich, que tiene una oficina parecida, colocó a su amigo, el difunto Gentz, una de las mayores inteligencias de Alemania. ¿Es una persona vacua y charlatana, como el Sr. Rémusat (ministro del Interior), en exceso perezoso para gozar trabajando, demasiado feliz en el epigrama para entregarse a otras ocupaciones, mofándose de sus colegas y parodiándolos en sus momentos de ocio con habilidad singular, imitando incluso a los más altos personajes, tomando sus poses, su manera de hablar, diciendo con una comicidad perfecta: Recibo todos los días con renovado gozo, etc., es una persona tal, de tan alta capacidad, quien cambiará la estúpida burocracia del ministro del Interior? Desconoce en este momento quién tiene a favor, y quién en contra. El (espíritu del) Sr. Montalivet aún reina en el ministerio del Interior. Es lo que explica que el Sr. Maleville, uno de los fieles al Sr. Thiers, subsecretario de Estado, vigile al Sr. Rémusat y su personal. Ahora bien, esa oficina, carente de alma, intitulada oficina de la conciencia pública, está encargada de la correspondencia política con los departamentos. Antaño, el ministro del Interior dirigía el espíritu de los departamentos. ¡Los pobres departamentos no se dan cuenta de la manera en la que se les trata! Cada mañana se tomaba el orden del día que se ejecutaba escrupulosamente. El Sr. Rémusat se excusa de ese desvelo en un Sr. Leonard Guyot, que pomposamente se adorna con el nombre de Léonce de Lavergne, a imitación del Sr. Roger de Beauvoir que no se llama precisamente ni Roger ni de Beauvoir.
He aquí el perfil de este Sr. Leonardo Guyot. Nacido de padres de escasa fortuna, en los alrededores de Toulouse.
El Sr. Malaret, que conocía a su madre, se preocupó de su educación: él devino preceptor de los hijos del Sr. Malaret, le siguió a París donde se presentó para ser recibido doctor; la Academia le rechazó. Despechado, regresó a Toulouse, donde consiguió un accésit de la academia de los juegos florales; el Sr. Granier de Cassgnac –que estaba por entonces en Toulouse– preguntó por qué se alentaba a las calabazas a inmiscuirse en la escritura. Espoleado por un periodista, el Sr. Leonard Guyot compró una participación del periódico político de Toulouse y de la imprenta de esa hoja; a partir de entonces se creyó un personaje, y el hijo de Pierre Guyot, empleado del fielato, se transformó en Léonce de la Vergne. Legitimista hasta 1833, devino doctrinario, alabó en grado sumo al Sr. de Rémusat, apoyó su candidatura en Muret y se coló en casa del Sr. Guizot. Trató de que se aceptaran unos artículos en los Débats, pero los Débats imitaron a la Academia. El Sr. Duchatel le nombró Maître des requêtes (magistrado encargado de elevar los casos ante el Consejo de Estado), a partir de entonces le apeteció el puesto del Sr. Mallac, uno de esos jóvenes capaces, de los que tienen el coraje suficiente para irse con sus protectores allí donde los Guyot se quedan en tierra; de ese modo el Sr. Guyot es hoy jefe del Gabinete del Sr. de Rémusat. Así es como todo se repite. El Sr. Léonce de la Vergne, incapaz de escribir en un periódico, y al que ha rechazado la Academia de París, escribe la correspondencia política por medio del Sr. Havas. El Sr. Havas, esta providencia para los periódicos de París, lo es también para los periódicos de provincias. Casi todas las hojas de provincias pertenecen a impresores de la administración, y para conservar sus imprentas hace falta ser fieles al Sr. Prefecto.
El Sr. Prefecto pregunta al Sr. ministro del Interior qué se debe pensar en su dependencia. De ahí la expedición por vía administrativa de una correspondencia elaborada en la oficina de la conciencia pública del Ministerio del Interior, correspondencia redactada por esos tres señores y expedida a expensas de la caja de los fondos secretos. Todo esto sería de una irracionalidad que haría extremecer, en el caso en el que la Oposición tomara el toro por los cuernos. Ahora bien, he aquí el modo con el que son informadas las personas virtuosas para continuar inundando Francia de conciencia pública sin que parezca provenir del Ministerio.
El Sr. Havas es el administrador secreto de la correspondencia de los departamentos a razón de 6.000 francos al mes. El Sr. Havas tiene sobres franquiciados para cada Prefectura, y aparenta enviar, él -persona libre, empresario de noticias para los diarios de París-, los artículos que le paga cada Prefectura y que recibe de los Srs. Guyot, Léon, Vidal y otros. De ese modo, lo mismo que solo existe un periódico en París, solo existe un periódico en provincias. El Sr. Havas es el testaferro del Ministerio. Ese es el mecanismo de esta inmensa máquina llamada periodismo. Es simple como un espeto giratorio movido por un caniche.
Más adelante explicaremos quiénes son los cocineros encargados de aderezar los platos, y verán ustedes cómo el pueblo que se considera el más espiritual del mundo es al que se le engaña con la mayor grosería.
Esto adquiere una importancia enorme si ustedes piensan que el último mes se han traspasado 30 millones de los bolsillos de este público lector de periódicos a los bolsillos de los amigos del Ministerio.

COMENTARIO FINAL
El lector se hará cargo de que la entradilla levanta expectativas que no se colman: 'cosas de la prensa'. Voy a tratar de hacerme con esa explicación de la que se habla al final, para ver qué posibilidades de divulgación ofrece.
Si son favorables, veré si admiten el añadido de lo que en los años 20 y 30 del pasado siglo sucedía en esa misma prensa parisina. Una opinión bien fundada le atribuye -si no yerro- ser una de las principales causas del desmoronamiento de la IIIème République. ¡Casi nada!

2024/12/26

[214] CRÓNICA DE LA PRENSA, POR H. BALZAC (1840) [1]

LA PRENSA es en Francia un cuarto poder del Estado: ataca a todo, y nadie la ataca. Culpa sin ton ni son, vitupera de manera gratuita...

El público puede creer que hay varios periódicos pero, en última instancia, no hay sino un único periódico. 

 ∞:∞∞:∞

Hace unos días, un buen amigo y mecenas de Alexis de Tocqueville & Arthur de Gobineau. Correspondencia (1843-44, 1849), me envió el enlace a Periodismo y globalismo: una alianza contra la libertad, texto de Fernando del Pino Calvo-Sotelo.

Los años pesan, y de la colusión prensa-gobiernos-aparatos del estado, me malicio lo peor, aunque no hay nada que por mal que esté no sea susceptible de empeorar. Recordé de inmediato el análisis que Balzac hizo hace casi dos siglos de la prensa de la época, análisis que ya es hora de dar a conocer porque conserva no poca juventud, tersura y lozanía. 

Además, también me malicio que está ahí, en el limbo del saber al que mejor dejar libre de perturbación, porque, ¿qué ñoco se puede pensar de un país en el que proliferan los gimnasios y los establecimientos de 'esculpido' de uñas, en tanto las librerías artesanas se baten en retirada? Pues eso, que es une merde de país... 

Es más, que a punto de cumplirse el 4º mes de la edición de esa interesantísima  Correspondencia..., un único departamento universitario -de entre las decenas dedicados a la época y al país, existentes en toda España-, se haya hecho con un ejemplar, es más que elocuente del grado de postración en el que se halla la nación, en plena indigencia y estertor intelectual, guste o no guste.

De modo que ahí va su 1ª parte.

Chronique de la Presse

CRÓNICA DE LA PRENSA.

LA PRENSA es en Francia un cuarto poder del Estado: ataca a todo, y nadie la ataca. Culpa sin ton ni son, vitupera de manera gratuita, afirma que los políticos y literatos le pertenecen y no acepta reciprocidad; su gente debe ser sagrada. Hacen y dicen estupideces terribles, ¡están en su derecho! Ya es hora de examinar a estas personas desconocidas y mediocres que tanto destacan en su tiempo, y que hacen mover una Prensa* que iguala, en producción, a la impresión de libros. Esta rúbrica de la Revue contendrá pues la crítica a la prensa periódica. No pretendemos destacar todas las estupideces que sucederán durante el mes; las cien páginas de la Revue no bastarían. He aquí lo que los periódicos virtuosos y tolerantes siguen imprimiendo en 1840 como hacían en 1820:

« Hace dos o tres días, una joven que había asistido a un baile ofrecido por el alcalde de Creil (Oise), se suicidó al volver a casa. Nos perdemos en conjeturas sobre los motivos que inspiraron esta fatal resolución en una joven que gozaba de la estima pública y que no tenía ninguna razón conocida de abatimiento. El sacerdote local se negó a darle sepultura, a pesar de los ruegos de la familia y de los consejos de la autoridad municipal. Todo el municipio quiso protestar contra esta decisión del sacerdote, acudiendo al cortejo de despedida de esta desafortunada joven» 

* En la época, el negocio de la imprenta, en especial de periódicos.

¿Cuándo los escritores, que insisten en tener libertad ilimitada, querrán dejar a la religión católica la libertad de protestar contra el suicidio, que no puede admitir sin negarse a sí misma? En el pasado, los suicidios los marcaba a fuego la mano del verdugo; hoy la religión sólo los puede condenar mediante la excomunión tácita. ¿Será porque, en ninguna época y bajo ningún gobierno, no ha habido otros suicidios que el periodismo quiera exaltar? La Prensa ha hecho de los ámbitos de la inteligencia y de los del poder un campo de batalla: les debemos honores de guerra a los soldados que caen.

∞:∞∞:∞

El Sr. Thiers [entonces, a la cabeza del gobierno bajo Louis-Philippe], al distribuir los papeles entre sus periódicos, envió al Sr. Chambolle a la batalla; por eso la Prensa lo apodó en broma Chambolle-Bey [Bey, Señor, título que daban los turcos al gobernador de una provincia o de una ciudad]. Pero esta especie de mecánica que compone las Premiers-París* del Siècle, una vez aireada: ¡ay! ¡qué placer ser soldado!, ha mantenido ese tono en las cosas más irrelevantes, y he aquí lo que ha dicho el Sr. Chambolle: “Luis Bonaparte está custodiado en la Conciergerie por un piquete formidable». Si hubiera una guerra, el Sr. Chambolle debería enseñar a los militares el secreto para hacer que un piquete de cuatro hombres, o doce como máximo, sea formidable. Paseándose, yendo al ministerio, este escritor tenía un andar altivo y guerrero que parecía decir: ¡Ego sum Rocambole!** Su gallardía hizo temer por los utensilios de su casa, y el Sr. Thiers ha tenido que resarcirle. Cosa extraña, después de pedir que Francia se alzara como un solo hombre, el Sr. Chambolle, una vez saldadas las diferencias à la Bourse***, se volvió tan amable como antes. ¡Qué cosa tan rocambolesca!

*Especie de editorial -una larga y pesada disertación- sobre la política interior o exterior de Francia; una de las secciones del periódico más difíciles de producir (y de leer) en el siglo XIX, expuesta bien después, bien antes, de las “Noticias Exteriores”, según la época y la importancia dada a los temas tratados.

** Rocambole, personaje literario entre aventurero y ladrón gentilhombre, creado en el S. XIX por P. A. Ponson du Terrail, cuyas andanzas han alumbrado el calificativo rocambolesco

***Fig. Mediante la entrega de una suma.

∞:∞∞:∞ 

El Sr. Thiers hace creer por un momento que Francia podría verse en guerra con Europa, y esta es la conducta del periodismo durante los ocho primeros días. 

Le enseña a Europa que no tenemos caballería.

Revela con conmovedora ingenuidad el número de nuestros barcos, indicando el lado débil de nuestra marina: tiene pocos marineros.

Explica todo qué podemos hacer mal para iluminar al enemigo sobre nuestros flancos vulnerables.

Si un francés cometiera crímenes parecidos, los periódicos pedirían que lo fusilaran.

Esto es lo que sucede: un mariscal lleva a cabo un plan de campaña que incluye artimañas de guerra. Se puede huir para atraer al enemigo a una trampa. Personas que no saben nada -ni de la cuestión, ni de las dificultades-, acusan al general-jefe de estupidez. Durante un mes, en su país, este general es un cretino, hasta el momento en que la victoria refuta los disparates de la prensa. A esto se le denomina ser el centinela del país, instruir a la opinión pública.

El jefe de una de las divisiones más importantes de un ministerio importante me dijo: Sé por los periódicos lo que el ministro va a decidir sobre mí.

∞:∞∞:∞

El público puede creer que hay varios periódicos pero, en última instancia, no hay sino un único periódico

Existe en París, en la calle Jean-Jacques-Rousseau, una oficina dirigida por el Sr. Havas, exbanquero, ex copropietario de la Gazette de France*, ex socio de una sociedad de explotación de las licencias concedidas por Napoleón en la época del bloqueo continental. El Sr. Havas ha visto muchos gobiernos, venera el Hecho y profesa poca admiración por los Principios; asimismo ha servido a todas las administraciones con la misma fidelidad. Cambian las personas, pero él sabe que la esencia nunca cambia, y que el sentido que se le ha de dar a la conciencia pública es siempre el mismo.

* Fundada en 1631, bajo el reinado de Luis XIII, informaba a los lectores de las noticias del exterior y de la Corte, para ir a especializarse en asuntos políticos y diplomáticos… se imprimía en los entresuelos del Louvre, relata V. Hugo en Rhin, 1842.

El Sr. Havas tiene una agencia que nadie tiene interés en dar a conocer, ni los ministerios, ni los periódicos de la oposición. He aquí por qué. El Sr. Havas tiene corresponsales en todo el mundo; recibe todos los periódicos de todos los países del globo, él, el primero. Por eso está ubicado en la calle Jean-Jacques-Rousseau, frente al edificio de Correos, para no perder ni un minuto. Se le permite así ser el dueño de todos los secretos, excepto los diplomáticos, porque lo único que no sabe es lo que piensan el Sr. Palhen o el Sr. d'Appony; pero con una salvedad; cuando se levanta, el presidente del consejo recibe un pequeño boletín universal, perfectamente redactado, que se destila del análisis de todos sus corresponsales y de todos los periódicos.

Todos los periódicos de París han renunciado, por razones de ahorro, a correr por su cuenta en los gastos en que incurre el Sr. Havas, tanto más cuantiosos por cuanto que ahora dispone de un monopolio, y todos los periódicos, exentos de traducir periódicos extranjeros y de mantener personal, como antes, financian al Sr. Havas con una suma mensual para recibir de él, a una hora fija, las noticias del extranjero. Sin que lo sepan, o a sabiendas, los periódicos solo disponen de lo que el primer ministro les deja publicar…

(Fin de la 1ª parte)

2024/12/10

[213] PLA Y CHAVES NOGALES. MARIBEL CINTAS Y ANTONIO MUÑOZ MOLINA.

La única revolución posible en el individuo es la que el individuo haga consigo mismo; es decir, ser capaz de transformar sus condiciones personales y triunfar en su medio, en su vida. (Maribel Cintas Guillén).  

 ∞:∞∞:∞

Estimado lector, 

heme aquí de nuevo como opinante para comentar algo de lo que pude escuchar en los Imprescindibles, el dedicado a Chaves Nogales, que TV2 emitió el pasado domingo 8. 

Desfilaron personalidades como Maribel Cintas Guillén, que tiene el innegable mérito de ser la primera persona que puso en relieve el valor del reportero sevillano; Charo Ramos, periodista sevillana (creo) especializada en su obra; el conocido escritor Antonio Muñoz Molina; enfin, Abelardo Linares (de quien todavía estoy esperando que me aporte la prueba positiva de su apreciación hecha en 198, aunque me malicio que no está por la labor de respaldar sus palabras con pruebas), amén de otras personas de mérito.

Me llamaron la atención un par de pasajes. El 1º, con palabras de Muñoz Molina a la altura del minuto 15. 

Que yo sepa es de las pocas voces españolas que tienen una mirada internacional. Chaves sabe ver el contexto, sabe ver el contexto europeo, y eso también le limpia de algo terrible que es el esencialismo español (mutatis mutandi) 

Ocasión extraordinaria para mostrase a salvo de tal afección (que no sabría decir con precisión en qué consiste, o cuál es el sentido exacto que le atribuye ahí Antonio).

Nada le hubiera costado a Antonio referirse -siquiera de soslayo- a Pla, por ejemplo, como ejemplo de periodista con mirada internacional. En ese contexto, lo merecía.

 Pla es coetáneo de Chaves, ambos nacen en 1897. Lleva en París 4 meses, en 1921, cuando es llamado por su director para cubrir unas conferencias que Joan Crexells -corresponsal de su periódico en Berlín- va a dar sobre filosofía en Salamanca, cosas de Unamuno, le dice Romá Jori.

Descubre el paisaje castellano, Goya, Toledo..., la vida madrileña. Lo plasma en una deliciosa panorámica, Madrid, 1921. Un dietario*. 

*Asociación de Libreros de lance de Madrid. Madrid, 2007, edición a la que ya me he referido al señalar el infame prólogo de Trapiello, de tenor inadmisible, con alguna afirmación absolutamente inconsistente, como demuestro mediante pruebas en Andrés García Trapiello: un petardo (Abelardo, con pruebas...). 

En 1922, es corresponsal en Italia y cubre la marcha de Mussolini a Roma; los artículos de ese tránsito* están publicados en un volumen junto a los del paso por Alemania, en 1920, de Jose Mª de Sagarra**. 

*En 1928 regresa a Italia y también visita Yugoeslavia.  **Jose Mª de Sagarra. José Pla. Cartas europeas. Crónicas de El Sol. Destino. Barcelona, 2001. Colección Áncora y Delfín; nº 924.

En 1925 viaja a Moscú, conoce la revolución soviética y se entrevista con Andreu Nin, que alcanzó cotas de alta responsabilidad como dirigente en dicha revolución (de filiación trostkista, Nin sería desaparecido -de modo terrible- por los esbirros estalinistas en 1938, durante nuestra guerra fraticida. Orwell cuenta qué pasaba en Cataluña por aquel entonces en Homenaje a Cataluña). Del viaje surge Russia. Noticies de la URSS (Una enquesta periodística)... 

RUSSIA. Edicions Diana. Barcelona, 1925.

En fin, Cartes de lluny, publicado en 1928, da cuenta de un periplo que le lleva a Lyon, los Países Bajos, a (la península de) Jutlandia, Suecia y Noruega... Ese mismo año, entre el 6 de agosto y el 15 de noviembre, Chaves daría su vuelta a Europa en avión.

*La Nova Revista. Libreria Catalonia. Barcelona, 1928.

∞:∞∞:∞

He tratado de hacer una exposición que me permita no caer en esencialismo alguno, lo cual lo interpreto a mi guisa: Chaves es magnífico, no lo pongo en tela de juicio; Pla también lo es, que no quede atisbo de duda. Y en un programa dedicado al 1º se puede abrir una rendija por la que se cuele el 2º -siquiera con propósito instructivo/didáctico-, más si se enuncia lo que enunció Antonio Muñoz Molina, que  desperdició una ocasión de oro para ello -y no se presentan muchas- (y que incluso pudo incurrir en petición de principo a mi modo de ver*). 

*Cosa que hoy afirmo sin ambages. Al compendiar una parte de mis columnas en la entrega de ayer 15FEB2025, [220] SUMA CHAVES NOGALES (EN CON VOZ QUEDA). I, surgió la persona de Augusto Assia, que me llevó de inmediato a la de Julio Camba, el 'logos' según Ortega y Gasset. Que ambos eran periodistas de amplia mirada internacional, en la misma época, no admite réplica. Antonio tampoco les abrió una rendija de su memoria. Si excluir a 'los otros' no es muestra inequívoca de esencialismo, que me explique el Sr. Muñoz Molina en qué consiste eso exactamente. Mientras tanto me, mantendré en mis tesis. 

Lo que sucede es que, en el minuto 25 y medio, Maribel pronunció unas palabras que merecen estar en el frontispicio de todo centro escolar (a ver si de ese modo surten algún efecto): 

La única revolución posible en el individuo es la que el individuo haga consigo mismo; es decir, ser capaz de transformar sus condiciones personales y triunfar en su medio, en su vida. 

Lo pronuncia tras unas breves presencias previas: Chaves Nogales es de los primeros que pone en duda el valor de la revolución soviética (min. 22; si bien en ello Pla le antecede); ... en el año treinta y cinco, el más conflictivo de la República, Chaves sale a la calle con la historia de un torero: Juan Belmonte (min 24), retrato portentoso que al reportero le permite trazar la España de la época como telón de fondo, y enfocar a Juan Belmonte como ejemplo de superación personal. 

Y luego, ese pasaje, que para mí vale por todo el reportaje*.

Y es que hay gente pa tó.

PS. He tratado de reproducir exactamente lo dicho en el programa, pero ello no me exime de haber cometido alguna imprecisión menor.

* Porque bien se ve la diferencia que existe entre instruir -Cintas Guillén- y referir (si bien empleo esta voz en un una acepción en desuso: Aplicar hechos o cualidades a alguien o algo (DA) -Muñoz Molina-, añado aquí el 12/12/2024.  

2024/10/12

[209] CHAVES NOGALES: CONTROVERSIA Y DESVERGÜENZA (2) [SRA. MORATÓ Y SR. GARMENDIA: NO SEAN RENUENTES, DÉNNOS UNA RESPUESTA]

 ... El Sr. Garmendía y la Sra. Y. Morató faltaron a la verdad por sostener, en 2020, que Yolanda tradujo del Excelsior parisino el artículo Que vise l'impérialisme espagnol? 

No digo que se equivocaron, digo que mintieron...

Y también digo que ¡vaya cuadrilla de caraduras compone la  δόξα (dóxa) que mece la memoria del gran reportero sevillano...! 

∞:∞∞:∞

... Porque pasa el tiempo y su explicación no llega; al menos no la conozco (si existiera, todo lo dicho -y lo que se dirá- queda vacío de valor, y pido disculpas con toda humildad). Como el dato falso aparece en una nota*, en buena lógica, y a juzgar por su redacción, es de suponer que sea aclaración del editor -el Sr. Garmendía. El dato, ¿quién se lo procuró? Una de dos, o es de cosecha propia o se lo hubo de procurar quien pudiera hacerlo -la Sra. Morató, sin duda, en primer lugar-. 

* Este artículo apareció publicado primero en inglés por el diario neoyorquino y después en francés por el  [Excelsior] de París. La traducción de Yolanda Morató ha sido volcada desde la segunda de esas dos versionesLa duplicidad da fe ...  [N. 34 al artículo ¿Qué pretende el imperialismo español? , p. 215; vol. V  'Ed. Garmendia' (OBRA COMPLETA” DE MANUEL CHAVES NOGALES, Barcelona, Asteroide; 2020)]  

[De haber sido un error de Garmendía, o de Morató -aunque en ella sea cosa harto dificil, pues que se reclama de meticulosidad en su hacer-, con reconocerlo, se zanja la cuetión y santas pascuas.  Como equivocarse al invocar una fuente que es sencillo contrastar, y que evidencia de inmediato sus carencias en el asunto, es cosa harto complicada (a no ser que se carezca de las mínimas destrezas, cosa que descarto por descabellada), se debe deducir que no hubo un error, sino otra cosa. Que Y. Morató es corresponsable de la falacia no cabe duda, pues ella debió dar su VºBº a la nota en cuestión (a no ser que aquel trabajo acabara como "el rosario de la aurora", cosa que descarto de entrada, aunque, ¡quién sabe...!)].

Con "He evidenciado en [195.1] (EL "EMBROLLO" CHAVES NOGALES. LAS 'COSAS' DE Y. MORATÓ) con pruebas incontestables, que el artículo Que vise l'impérialisme espagnol?  no fue publicado ni en el Excelsior mexicano (tesis de Mª Isabel Cintas, de 2013), ni en el Excelsior parisino (tesis de Y Morató, de 2020) el 25MAY1939", comenzaba la entrada [200] ("EL EXCELSIOR" NO PUBLICÓ AQUEL CHAVES NOGALES...).

La cosa es que, por lo que conozco hasta este momento, la fuente de Y. Morató sigue siendo una incógnita. Y yo, F. Caro, en nombre del rigor científico y de la honestidad intelectual, reclamo una respuesta que se está haciendo esperar demasiado.

Y, o bien la interfecta, o bien su editor en la ocasión, deberían darla...

L'Imperialisme Espagnol?, publicado el 07/06/1939 en una revista parisina.

Detalle de su comienzo.

El Excelsior parisino. Mancheta y portada del 2SEP1939.  

... a no ser que la explicación se decida a darla otro de los editores de la Morató: el Sr. Linares, editor de Maribel Cintas (en 2013); momento en el cual Maribel dispuso del 'original' cuyo soporte periodístico sigue siendo un misterio...
Así que, Sr. Linares, Ud. también queda invitado a darla.
Ahora bien, no me hago ilusiones porque el patrón de Renacimiento aquí solo ha hablado -de modo versallesco- en una ocasión [198]:
 
'No tiene interés alguno. Esto estaba ya publicado muchos años antes. A buenas horas mangas verdes y no por mucho madrugar amanece más temprano.', 
  dijo entonces, en tanto que ha callado para todo lo demás -y no será por falta de oportunidades-. 
No obstante, ¡que haga de su capa un sayo!, faltaría más, porque, en aplicación del mismo principio, sostengo también en tono versallesco que ¡vaya cuadrilla de caraduras compone la  δόξα (dóxa) que mece la memoria del gran reportero sevillano...!

2024/09/27

[206] LA PROPENSIÓN MELANCÓLICA DE ALEXIS DE TOCQUEVILLE (I)

 He tratado, en vano, de que este texto tuviera hueco en alguna otra tribuna en la que -a priori- su difusión fuera mayor. Tras un par de meses de intento sin éxito alguno, vuelvo a este puerto franco para mis cabotajes de vuelo alicorto ... porque tildarlo de gallináceo es un exceso. Por su extensión, unas 3500 palabras, lo presento fragmentado.

∞:∞∞:∞

La familia Tocqueville—Le Peletier de Rosanbo, con el joven Alexis al dictado.
(Anónimo; colección privada) [1]

I. De entre las lecturas preparatorias de la ya editada Correspondencia de Alexis de Tocqueville con Arthur de Gobineau... [2] con la que prosigo la andadura comenzada con El Antiguo Régimen y la Revolución [3], destaco la de Tocqueville y el lado oscuro del liberalismo, de la Profesora Mª José Villaverde [4], y Les débuts litteraires de Gobineau à Paris, première époque, 1835-1846, tesis defendida por R. Béziau ante la Universidad París IV, Sorbona, el 3 de junio de 1978 [5].

 De la primera, y de acuerdo con el rótulo de este artículo, me centro en la temprana referencia que se hace a la aceptada propensión –o pulsión, acaso– melancólica de Tocqueville. Temprana, porque ya en la 6ª página de la Introducción, la 16 del texto, se aborda el asunto.

Así, leo que Luis Díez del Corral lo caracterizó como un alma supersensible, desasosegada por el sentimiento de la responsabilidad, de la perfección inasequible y la desesperanza; que el propio Tocqueville le dice a Royer—Collard que no le debe reprochar demasiado esta tristeza improductiva porque Ud. ha contribuido más que nadie a generarla. Sus sombrías perspectivas acerca de este país me han causado una impresión profunda; y, que en la carta que un Tocqueville en plena madurez (fallecerá apenas dos años más tarde, el 16ABR1859) envía a Sophie Swetchine –el 26FEB1857– , también poco antes de que ella falleciera (10SEP1857), le habla del poso de melancolía y descontento que anidaba en su alma, del malestar interior del que no se había podido curar…[6].

Prosigue Mª J. Villaverde, en la siguiente, con la atribución de Una propensión melancólica con matices románticos, al decir de Carl Schmitt, acrecentada por todo tipo de derrotas –como aristócrata, como liberal, como francés, e incluso como europeo–, derrotas no solo provocadas por un desgraciado azar sino por su propio destino, por su propia naturaleza y existencia (con lo que -a mi modo de entender-  se trataría de una pulsión, algo inherente a la persona y no sobrevenido a lo largo de su existencia). O de vencido persuadido de la verdad del vencedor, como lo caracterizó Guizot, a cuyos cursos en la Sorbona había asistido en 1829—1830 [7], apreciaciones que abren un buen campo de posibilidades al análisis y el comentario que, en este caso, queda como mera posibilidad.

∞:∞∞:∞

II. Así que, de todas ellas, a la que me aferro por más familiar –sin duda– es la de la carta a Sophie Swetchine.

Más familiar porque un pasaje de esa carta obra en Alexis de Tocqueville. Sobre las religiones. Cristianismo, hinduismo e islam [8], antología comentada de textos tocquevillanos, recopilados por Jean-Lois Benoît, en los que el hecho religioso es el leitmotiv y de cuya traducción fui responsable.

La Sra. de Swetchine (1782-1857), emigrante rusa y mujer de letras, hubo de abandonar San-Petersburgo por haberse convertido al catolicismo. Tocqueville la conoció sin duda en 1853, estableciéndose entre ambos una relación de confianza que le impulsó a confidencias que no hallamos en ningún otro lugar [9].

Mme. Swetchine tiene su hueco en la obra de Béziau por el influjo que brotaba de las tertulias celebradas en sus salones, frecuentados por destacados personajes de la sociedad parisina del momento, por lo que me merece dedicarle una breve digresión.

Sus invitados procedían la alta sociedad literaria, política y eclesiástica francesa, a veces del exilio ruso, y durante más de tres décadas -de 1826 a 1857- dieron vida a unas reuniones de alto nivel intelectual. El especial interés que suscitaban las cuestiones de la religión y la Iglesia propiciaba la presencia de destacados católicos, como el arzobispo de París, Hyacinthe-Louis de Quélen, el abad Félix Dupanloup, más tarde obispo de Orleans, y Prosper Guéranger, fundador de la abadía de Solesmes. Parece ser que el llamado catolicismo liberal marcaba la tónica dominante y, de entre todos, Béziau señala a Armand de Melun, Alfred de Falloux y Henri Lacordaire, que refundaría la Orden Dominicana en Francia, como los más destacados. Merecen ser mencionados otros personajes, como Charles de Montalembert y Augustin Cochin, o Victor Cousin y Alexis de Tocqueville que también hallaron una cálida acogida en ese círculo de debate ciertamente influyente [10] [11].

Del padre Lacordaire añadiré que Tocqueville destacó su elocuencia en la época en la que la práctica religiosa halló un nuevo impulso, justo cuando más patente era la separación Iglesia-Estado:

Desde que la religión está al margen de la política, un sentimiento religioso, vago en su propósito pero ya muy potente en sus efectos, se constata entre los jóvenes. La necesidad de una religión es una expresión común de sus conversaciones. Muchos son creyentes, todos querrían creer. Este sentimiento los lleva a las iglesias cuando un predicador célebre debe pronunciar el sermón. Cuando me fui de París un joven sacerdote, dotado de una extraordinaria elocuencia, exponía todos los domingos en la catedral las justificaciones de la religión. Casi cinco mil jóvenes asistían regularmente a sus sermones. En medio de ellos se sentaba, con sus hábitos religiosos, el mismo arzobispo de París, cuyo palacio había sido saqueado y destruido hace cuatro años, y que por más de un año se había visto obligado a mantenerse escondido como un proscrito. Nunca se había visto un espectáculo parecido bajo la Restauración, cuando los obispos tenían un sitio en la Cámara de los pares y en el Consejo del rey, y cuando la influencia política de los sacerdotes pasaba por ser todopoderosa.

Fue él –precisamente– quien ocupó en la Academia la vacante que produjo la muerte de Tocqueville, y por ello el encargado de protagonizar su panegírico, en cuyos primeros pasajes proclamó:

Caballeros, 

Debo agradecer a la Academia dos cosas: la primera, por haberme llamado a su seno; la segunda, por haberme hecho sucesor del señor de Tocqueville.  

El señor de Tocqueville murió joven. No tuvo el tiempo como cómplice de su gloria, y ya sea que lo miremos como escritor, orador o estadista, cuando miramos sólo la edad y el trabajo, aparece como un edificio inacabado. Y, sin embargo, si nos levantamos para escuchar los ecos de nuestra memoria, de ella se eleva hacia el alma una voz a la que nada le falta en brillo, en plenitud, en profundidad, una voz que ya tiene el aliento de la posteridad, y que convierte al señor de Tocqueville en uno de esos nombres soberanos cuyo reinado no debe perecer. Un hombre singular entre todos los que hemos visto, no debía su fama a ningún partido, ni sirvió a ninguno.

∞:∞∞:∞

... (sigue)


[1] Imagen capturada en www.archives-manche.fr/informations-pratiques-1/publications/beaux-livres/les-memoires-dherve-de-tocqueville

[2] CORRESPONDENCIA DE ALEXIS DE TOCQUEVILLE CON ARTHUR DE GOBINEAU. 1843-1849. (1ª Ed. absoluta en español). Libros F. Caro; Zaragoza, Septiembre 2024. ISBN 9788412911222-7 (221 pp; 410 gr. aprox; 16,5 cm. x 23 cm.) 

[3] Alexis de TOCQUEVILLE. El Antiguo Régimen y la Revolución. Libros F. Caro; Zaragoza, Octubre 2023; ISBN 9788409368433 (310 pp; 580 gr. aprox; 16,5 cm. x 23,5 cm.) .

[4] Mª José VILLAVERDE. Tocqueville y el lado oscuro del liberalismo. Guillermo Escolar, Madrid, 2022, ISBN9788418981784.

[5] Roger BÉZIAU. Les débuts littéraires de Gobineau à Paris: première époque, 18351846, (3 t.). Atelier National de Reproduction des Thèses. Université de Lille III, 1982. ISBN 2-307-56246-X; EAN 9782307562467.

[6] Villaverde, 2022: 16. 

[7] Villaverde, 2022:17.

[8] Jean-Louis BENOÎT. Alexis de Tocqueville. Sobre las religiones. Cristianismo, hinduismo e islam. Encuentro. Madrid, 2013,

ISBN 9788499201689 (la 1ª edición francesa, en Bayard, está fechada en 2007).

[10] El apunte se basa en el artículo dedicado a Sophie Swetchine en www.en.wikipedia.org/wiki/Sophie_Swetchine.

[11] Según R. Béziau, la influencia de Mme. Swetchine y del padre Lacordaire hizo bascular el poso protestante de Hercule de Serre –amigo íntimo de Arthur de Gobineau por entonces–, que acabó abrazando el catolicismo (1838). Sin embargo, el efecto sobre un Gobineau, impregnado de escepticismo en casi todos los órdenes de la vida (Gobineau manifiesta sus sentimientos religiosos su hermana Carolina, monja en la Abadía de Solesmes, en una carta de marzo de 1839), no tuvo ese alcance: el sentimiento de la fe parecía incompatible con su racionalidad.

[12] L'Académie Française y l'Académie des sciences morales et politiques son entidades diferentes; ambas forman parte del Institut de France, entidad que agrupa a las cinco academias francesas. Las otras tres son l’Académie des inscriptions et belles-lettres, l’Académie des sciences, y l'Académie des beaux-arts. L’Académie des sciences morales et politiques, fundada en 1795, fue suprimida en 1803 y restablecida en 1832.

[223] SUMA CHAVES NOGALES (EN CON VOZ QUEDA). III.

  Estimado lector. Prosigo la enumeración de las entradas en las que comento, o aporto detalles novedosos, en relación con la persona y con ...