2016/01/09

[17] CHARLIE HEBDO: UN AÑO DESPUÉS.


NO HAY PEOR NECEDAD QUE LA DE QUIEN NO ES CAPAZ DE RECONOCERLA
 
Transcurrido ya un año tras los atentados de París, en los que unos periodistas de Charlie Hebdo, unas personas presentes en un supermercado kosher, y un policía, fueron víctimas mortales del terrorismo islamista, es preciso volver al asunto.
No me extenderá en comentar la deplorable –por falaz– portada con la que el periódico “conmemora” el funesto episodio: el recuerdo de las víctimas se engrandece en la misma medida que mengua la consideración a la que fue su casa. [En la simbología de mis raíces no cabe un Dios cristiano ensangrentado y armado –que yo sepa el triángulo trinitario no permite ninguna otra adscripción a la imagen–: eso no se sostiene con ninguna experiencia empírica que yo conozca; ni reciente ni de los dos últimos siglos como poco. Es más, la experiencia empírica es nítida e inequívoca, no es preciso insistir en ello y bien lo padecieron en Ch_Hb y más recientemente, de nuevo en París]
 Si su redacción trata de obviarlo, si desconoce hechos como los que Raymond Ibrahim, especialista norteamericano en islam y Medio Oriente, ya comentaba antes del 07/01/2015, allá ellos.
... que hace un siglo, casi el 25% de Medio Oriente era todavía cristiano. Hoy, solamente algo como el 2% lo es. La razón detrás de esto es la extendida discriminación a lo que hay que sumarle, en años recientes, la persecución de lleno, un subproducto de la radicalización islámica. Hay que tener en cuenta que en el siglo VII, cuando el islam llegó al escenario, la abrumadora mayoría de África del norte y el sudoeste de Asia –el Medio Oriente– era cristiano. Durante el curso de los siglos el número de cristianos fue disminuyendo y, a menos que se produzca un milagro inesperado, el número continuará disminuyendo. En naciones como Marruecos, Argelia y Libia virtualmente ya no quedan cristianos.[Frenar el avance de ISIS]

Lo que sucede me ha recordado una obra inédita en español, creo, The New Vichy Syndrome, de Theodore Dalrymple, [Encounter Books, USA, 2011], cuya traducción francesa ofrece la sinopsis que sigue:
Un mal profundo asola a Europa. Por un lado, todo el mundo es consciente de que el continente ya no está en la vanguardia de ningún dominio; que a diario pierde terreno en beneficio de otras regiones del mundo y que su influencia y poder menguan. Por otra parte, Europa está afligida por la inmovilidad, en gran medida porque los que viven en el bienestar temen perder sus ventajas y privilegios. La Unión Europea es a la vez la causa de este profundo malestar existencial y la reacción que provoca. Su objetivo es satisfacer el deseo de Francia de seguir siendo un gran poder, el de Alemania a ser algo más que lo alemán y para satisfacer los deseos de políticos derrotados en las elecciones o retirados de los negocios, de todos los países, de conservar poder e influencia ad infinitum. De hecho no es otra cosa que un gigantesco fondo de pensiones para políticos jubilados, así como la gamella donde come una vasta burocracia.

En Le Nouveau Syndrome de Vichy, Theodore Dalrymple analiza los orígenes de esta inquietud remontándose a los dos grandes conflictos del siglo pasado y los efectos desastrosos, pero explicables, que han tenido sobre la confianza de los europeos en sí mismos. A causa de este pasado reciente, estos no creen en otra cosa que no sea su seguridad económica personal, la mejora de su nivel de vida, el reducir sus horas de trabajo y en largas vacaciones en lugares exóticos. En consecuencia, no tienen la disposición de ánimo que les permita hacer frente a los desafíos a los que enfrentan, ya sea una presencia creciente del Islam o la competencia económica del resto de mundo.

El mal excede el ámbito de nuestros vecinos franceses, por descontado, por lo que si alguien deseara tener noticia de una reflexión más amplia de las preocupaciones que afligen a gobiernos y habitantes de Europa, lo puede hacer en "Crise systémique globale...", texto reciente de MarieHélène Caillol. Es lo que hay.



2016/01/05

[16] POLÍTICA INTERNACIONAL, LO LLAMAN...

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Sigo preguntándome en qué corriente de la historia prosigue el naufragio de los españoles tras aquella vuelta de esquina que supuso 1975. Y releo con toda suerte de cautelas El posfranquismo y la guerra fría, uno de los capítulos de “Soberanos e Intervenidos...” del profesor Joan Garcés.
Con toda suerte de cautelas: si siempre es lo más oportuno, aquí por mayores razones.  

En mi opinión la obra del Profesor Garcés, pese al sesgo que rezuma*, es una lectura imprescindible para todo aquel que reflexione acerca de nuestra agonía. Aporta explicaciones consistentes, sólidas y documentadas, acerca de cómo se pergeñó la circunstancia que rodeó aquel esquinazo, ocurrido en un contexto bien definido, de lo que convenimos en llamar "política internacional", que poco tiene que ver con el escenario de nuestro presente. Y los 40 años en los que proseguimos deslizándonos por la pendiente trazada añaden más dificultades, si cupieran, a un imposible cambio de derrota: mi convicción es que nuestro rumbo es de todo punto inderezable; nuestra época de brillo ya pasó. Vale.
El texto ofrece inquietantes argumentos acerca todo aquel episodio, tanto en lo concerniente a las organizaciones políticas instituidas para la ocasión, y sus dirigentes, atados por compromisos personales y “... cooptados que vivieron de gobiernos y entidades extranjeras –hasta acceder a los Presupuestos públicos...”, como a ciertos aspectos de nuestra carta magna que suponen la “... eutanasia del estado nación”. Es aquello que incumbe a una cierta "soberanía nacional", a lo cual se refiere en las pp.181 y sgtes. A los españoles se les redactó en 1977-78 el texto constitucional mejor preparado para la integración–disolución del Estado en el sistema de la Europa de la guerra fría....
Por otra parte aún perviven protagonistas del momento que bien pueden aportar no solo su parecer, sino algunos entresijos de la cuestión, si es que no lo han hecho ya –lo desconozco–, y apostillar lo que J. Garcés anota ahí. Más que nada porque las secuelas del estropicio cada vez son más palmarias, como puede apreciar cualquiera que asome su mirada al asolado solar patrio.

*[Me remito tan sólo al capítulo indicado de esa 3ª edición ilustrada por la imagen. Los alineamientos y simpatías del Profesor Garcés quedan más que claros y algunos de sus supuestos políticos pueden ser puestos en solfa con toda legitimidad. Así, un asunto crucial como el del terrorismo que sacudió y sobrecogió a la sociedad española, en particular con los gobiernos Suárez, lo elude de su campo de análisis para ser tratado de manera incidental. Veamos. Según el “Indice de Alfabético” [sic.] pág. 549 y sgtes., el autor, en un texto de casi 500 páginas, hace una única alusión a la mafia etarra en una cita de 4 líneas, pág 333. Sostiene, p. 205, en coherencia con el fondo de sus planteamientos, que “El precipitante de la caída de Suárez no fueron, pues, las actividades terroristas..., de las que hace una referencia sumaria. No obstante recoge, p. 207, una confidencia del entorno de F. González, publicada en El País del 06/11/1980, según la cual existe la sensación de que el estamento militar... no soportará por mucho tiempo la actual escalada terrorista...]

“Política exterior o internacional” es lo que subyace, según entiendo. Denominación versallesca, es decir, cínica, de una guerra despiadada o equilibrio precario de relaciones de poder entre “naciones” –reales o presuntas– que se encarnan formalmente en estados.
Formalmente, si hacemos caso a lo que se cita de Sean McBride, p.175, ex ministro de AA EE de Irlanda: “El Presidente de los EE UU no es el amo, es el criado. A veces se piensa que el amo es el Pentágono. No, es el criado. Pero entonces, ¿quién es el amo? El amo es un consorcio de empresas transnacionales y de bancos... Representa el sistema que más se aproxima hoy a un gobierno mundial.[Sean McBride, The Reagan Administration’s Foreign Policy, Londres, International Progress Organization, 1985].

De ahí lo patético de esos personajes, tan gerundios como inanes, a los que corresponde que “nos representen” en la “diplomacia internacional”. ¡Qué sentimiento tan confuso, entre la profunda consternación y la supina vergüenza ajena, me causa la falta de decoro de los Margallos o los Moratinos de turno!
Al final la Península Ibérica sigue ocupando el mismo lugar geográfico de siempre. Marco N de la puerta que abre el Mediterráneo desde occidente: marco inmerso en pleno antiguo régimen, en tanto que el del S prosigue anclado en el medievo; quien no se consuela...
Y si bien las circunstancias de 2015/16 son bastante diferentes a las de 1975, los intereses en juego no creo que hayan cambiado gran cosa.
Política exterior o internacional, lo llaman; no tiene más misterio. Y que cada palo aguante su vela.

2016/01/02

[15] APRECIADOS LECTORES...

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Tras 14 entregas creo que la presentación ya está formalmente hecha. Y que puedo animar a quienes se asoman a estas líneas a que este soliloquio, al que se reduce el "columnismo de opinión" que aquí practico, se torne diálogo y debate, fluido intercambio de pareceres enriquecido por los matices de la discrepancia y no mera clase magistral impresa a modo de “blog”.
Otra voz más "en la charla incesante de nuestra locuaz sociedad". No hago con ello sino proseguir con el que ha sido mi principal menester y empeño: forjar auténticos ciudadanos en los adolescentes que fueron confiados a mi magisterio. Eso sí, tratando de nuevo de ampliar el campo de la audiencia y el aprovechamiento del discurso: las aulas en las que se circunscribió mi decir, mientras estuve en ello, se tornaron sede de una "enseñanza" que, so pretexto de obligatoria, ofrece más prestaciones propias de un servicio nacional de guardería que de un sistema de instrucción pública.
[Lo que he vivido se presenta como rotunda paradoja: mientras que en "dictadura" se instruía hacia la libertad –sin instrucción, sin formación no hay libertad posible, o es una libertad incompleta, huera, sandia–, en "democracia" se adoctrina para el sometimiento.
Instruirse requiere del concurso del esfuerzo, el trabajo y la dedicación: son los recursos inherentes a la especie gracias a los cuales hemos llegado desde la brújula al GPS; desde el papiro escrito a las "bibliotecas virtuales"; desde la caverna a la “polis”. Son los principios que se han esquivado desde 1982, haciendo creer a quienes deberían responsabilizarse del futuro que la jauja pródiga en la que se desenvolvían era porque sí, como algo derivado de la naturaleza de las cosas. ¡Así nos va! Por pura voluntad política de los González, Maravall, Solana, Rubalcaba... y la dejación de la mayoría].
Por formación, y por convicciones derivadas de mi experiencia vital, me impregnó por completo el propósito primigenio de la ciencia: liberar al hombre, a la persona, de las supersticiones que le atenazan gracias al conocimiento de la realidad que le rodea. Y ahí anduve, tratando de forjar criterio recto sobre la base de la máxima spinoziana: «Con seguridad sólo sabemos que es bueno aquello que nos ayuda a conocer».

Empeño que me llevó a llamar a varias puertas, ser recibido en pocas, y resultar, finalmente, visita non grata en alguna que parecía mostrarse acogedor puerto en el que recalar.
Proclamar las verdades del barquero o, como el niño, señalar que "el rey va desnudo y no hay manto de blanco armiño que le cubra" parecen cosas de mal gusto, propias de gente un tanto esquinada, antipática e impertinente, dispuesta a quebrar la apacible quietud de la dehesa boyal..., así que mejor no oírlos.

No hay sorpresa en ello: es bien sabido que la manida "libertad de expresión" consiste en la libertad de lo editores de publicar lo que les venga en gana. Y las reglas son las reglas. Y una cosa es enardecerse con su apología y otra bien diferente aplicarla en los respectivos cotarros. Así que, ante evidencia tal, ante lo imposible de ofrecer opinión discordante –por contravenir los "idearios" o señalar las majaderías del “jefe”– y aceptar la condena de facto al silencio, me he procurado este estrado.

Me parece oportuno mostrar mi gratitud a quienes han tenido la amabilidad de atenderme y ejercer su magisterio conmigo. Horacio Vázquez Rial me aportó ánimo escritor; de Diego Armario, uno de los primeros en alentarme a “bloguear”, he recibido indicaciones del más puro estilo periodístico, que trato de seguir con el propósito de ampliar el campo de lectores, aunque con evidentes dificultades.
José María Marco me dio el último empujón, cuando toda otra posibilidad parecía agotada, con su aprobado a “Cataluña en la historia”: “... te has metido en el núcleo mismo de un problema complicado,... Y la cuestión de la “hispanidad” es una buena manera de enfocarlo”, me dijo; así que ¡adelante!, me dije.
Por supuesto, es del todo oportuno hacer agradecimiento explícito a todos los lectores, anónimos o próximos, que generosamente entregan unos minutos de su tiempo en asomarse a estas páginas desde los rincones más desconocidos por mí: espero que este intercambio pueda sostenerse por cierto tiempo. 
Hasta siempre

[196] "LA DERROTA DEL CONOCIMIENTO" (O, MEJOR, AL SOMETIMIENTO POR EL EMBRUTECIMIENTO)

    “…mi profesión nada confusa, sin comprender cuál es su cometido, transformada en mero servicio de guardería la más de las veces...”   ∞:...