“En absoluto apruebo
tratar de engañarse colmándose con falsas ilusiones. Es por lo que viendo que
conocer la verdad es una mayor perfección que ignorar, aunque nos suponga
contrariedad, afirmo que es mejor ser menos feliz y tener más conocimientos”.
René Descartes. “Lettre à Elizabeth”, del 6 de octubre de 1645.
Ya es hora de deshacer la confusión entre votaciones y elecciones; entre votado y representante. O la existente entre ciudadano y súbdito/pasivo sujeto pasivo tributario; en fin, entre democracia y sistema de votaciones periódicas. O éso, o sometimiento, servidumbre voluntaria; no hay más.
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Pasa
el tiempo y asisto a la ruina de mi patria con el sólo recurso de mi palabra como
modo de hacer correr la voz de alarma; vano intento. Tan vano como la mayor
parte del esfuerzo que llevé a cabo con los adolescentes que se me confiaron.
Sí, se me confiaron: en eso consiste –mejor dicho, debiera consistir– la
instrucción pública, en que los padres confíen a sus hijos a una buena institución “escolar” para que en
ella se instruyan y reciban lo esencial para una provechosa vida en sociedad.
Por
eso se atacó con tanta saña como miseria moral el sistema de instrucción
pública existente hace 40 años. 40 años ya de arruinamiento. Por la
acción decidida de unos y otros: nada hay que les distinga; acaso la arrogante
superioridad moral con la que “la izquierda” se autoperdona todos sus excesos,
incluso el de poner en marcha el atroz terrorismo de estado con nombre propio:
GAL.
Unos arruinaron
el sistema de instrucción pública para adoctrinar en el sometimiento; los otros
aprovecharon para hacer un buen negocio con su oferta “concertada”, a la que
les bastaba dar apariencia de bondad, mera pátina ilusoria, ante el obsceno por
obvio resquebrajamiento absoluto de la oferta “pública”. La decadencia de la
una daba apariencia de calidad a la misma miseria de planteamiento que regía la
oferta de la otra.
Que
nadie me malinterprete, pues. Los autores del crimen de lesa patria que supone
el empobrecimiento de mis compatriotas, proseguido y llevado a cabo por “la
derecha” en estos últimos tiempos, me merecen exactamente el mismo desprecio y desconsideración
hacia sus protagonistas, incluidos quienes se adornaron proponiendo “fiscales anticorrupción
para el PP madrileño”, iniciativa vacua, inane, estéril.
Escucho
a D. Antonio García Trevijano en su emisión diaria de Radio Libertad Constituyente. El único
discurso que merece ser oído. El “viejo luchador”, en la plena madurez que acredita su brío, comparable tan solo a su brillo intelectual, asombroso y envidiable a la vez —y no caigo en exageración alguna —, argumenta
con método científico y coherencia fuera de discusión acerca de nuestra
realidad y de nuestro reciente pasado.
D. Antonio
García Trevijano da cuerpo de doctrina a mis
apreciaciones, que necesariamente adolecen de falta de desarrollo argumentativo
por mor de mi formación; él lo aporta más que de sobras: exhaustivamente. Dejo
aquí constancia de mi gratitud por la muy valiosa enseñanza que ofrece .
La que ahora evoco es una iniciativa que data de 2009 y que tuvo nula repercusión. Siete años más tarde conserva gran parte de certeza.
Se
trata de un “MANIFIESTO POR EL CAMBIO DE LA LEY ELECTORAL”.
En un correo multidestinatario lo envié a unas cuantas personas, algunas bien conocidas porque
algo decían y tenían que decir en la forja de opinión pública: protagonistas en
muy diversas tribunas de expresión. Desconozco si se hicieron o no eco de
aquello, es algo que cae bajo su única y exclusiva responsabilidad.
Pues
bien, ante lo que a todas luces parece apuntar a nuevas votaciones generales el próximo mes de junio, que nada resolverán en su caso porque la ruina del edificio es más que palmaria, hay que volver a
intentar deshacer la confusión entre votaciones y elecciones; entre votado y representante.
O la existente entre ciudadano y súbdito/pasivo sujeto pasivo tributario; en fin, entre democracia y sistema
de votaciones periódicas.
Porque Libertad es decir aquello que la gente no quiere oír [George Orwell]. Y persistir en tal confusión es abrazar la ignorancia y el sometimiento voluntario;
no hay más.
«Sed fugit interea, fugit irreparabile tempus», me dice ese vademécum para necesitados como yo que es la wikipedia.
Acabo,
reproduzco lo que dije allá por febrero de 2009...
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MANIFIESTO POR EL CAMBIO
DE LA LEY ELECTORAL
La
vigente Ley Electoral, basada en listas cerradas y bloqueadas y en
circunscripciones provinciales para la elección de diputados y senadores, está
causando efectos devastadores sobre nuestra realidad política. El sistema de
elección de nuestros representantes ha generado y genera, entre otros, los
efectos de
- HUMILLAR a electores y candidatos. A los primeros porque nos
despoja de la condición de ciudadanos para reducirnos a meros votantes
imposibilitados de pedir la responsabilidad exigible a los representantes
electos. A los candidatos elegidos porque, automáticamente, adquieren la
condición de “siervos de su señor”, de aquel que los propone o designa como
tales; a los no elegidos porque aceptarían, igualmente, adquirir tal condición.
- DEGRADAR la calidad de nuestra representación y el significado
profundo de lo que debe ser un sistema democrático propio de la UE y del S XXI hasta
límites impensables no hace mucho. La actual crisis político-institucional que,
entre otros graves defectos, vulnera la clásica división de poderes y consagra
“de facto” la desigualdad de los españoles es tan solo una muestra de ello.
- DAR LUGAR a que los partidos, organizaciones básicas de
representación política, adquieran pautas de funcionamiento totalitarias
contraviniendo de manera clara preceptos constitucionales. Así mismo propicia
la proliferación de “déspotas” en sus diferentes niveles de organización,
aquellos que ostentan el poder de designar a quienes compondrán la “oferta
electoral” en cada ocasión y lugar.
Tras
treinta años de vigencia del modelo constitucional ha llegado el momento de:
- DECLARAR inaceptable el perjuicio causado a la Nación Española por
el actual régimen electoral.
- EXIGIR a todos los partidos con representación en el Parlamento de
la Nación, SIN EXCEPCIÓN, el que aborden sin más dilaciones la elaboración de
una nueva Ley Electoral.
- ADOPTAR un modelo de circunscripciones unipersonales similar al
establecido por los sistemas vigentes en Francia o en el Reino Unido.
ENTENDEMOS
QUE ES LA ÚNICA VÍA QUE NOS PUEDE DEVOLVER LA CONDICIÓN DE CIUDADANOS A LOS COMPONENTES
DEL CUERPO ELECTORAL, LA LIBERTAD DE VOTO A LOS CARGOS ELECTOS, LA DEMOCRACIA INTERNA
A LOS PARTIDOS POLÍTICOS Y LA DIGNIDAD EXIGIBLE, Y SU VERDADERA ESENCIA, AL SISTEMA
DEMOCRÁTICO.
ESTE MANIFIESTO NO SOLICITA FIRMAS NI OTRAS FORMAS
EXPLÍCITAS DE ADHESIÓN Y, ACEPTANDO SIN NINGÚN TIPO DE DUDA EL SISTEMA DE
ELECCIONES REPRESENTATIVAS COMO INSTRUMENTO DE PARTICIPACIÓN EN LA COSA
PÚBLICA, PROPONE DEPOSITAR UN VOTO NULO
EN LAS PRÓXIMAS ELECCIONES AL PARLAMENTO EUROPEO, EVITANDO CONFUSIONES CON
LA ABSTENCIÓN DE MODO INEQUÍVOCO.
Y lo hacemos así entendiendo que es la mejor ocasión de
manifestar nuestro rotundo y completo desacuerdo con la vigente Ley Electoral.
QUIZÁS
SIGA LA FARSA, PERO
CON
NUESTRO VOTO, ¡NO!
Excelente articulo.
ResponderEliminarPienso que es difícil proponer un cambio en el régimen electoral actual, ya que la mayoría del electorado que lo debe votar no es consciente de los defectos que este sistema actual tiene.
Apreciado lector, le agradezco su aportación. No por lo que tiene de elogio, sino por lo que tiene de contraste de puntos de vista.
ResponderEliminarSin embargo creo que la dificultad no estriba en proponer sino en propagar, en deshacer la confusión tan palmaria que existe, fruto de voluntades políticas de quienes rigen los destinos patrios.
Cordialmente suyo,
F Caro.
Le doy la enhorabuena por aclarar la diferencia entre elegido y votado. No podemos elegir libremente a nuestros representantes porque nos imponen unas listas cerradas y bloqueadas donde nos vuelven a imponer unas personas que: ¡sorpresa! ¿quién ha elegido? Pues el jefe del partido de turno que ha colocado a quien le ha interesado, por lo tanto la elección de ese señor no puede equivaler a la soberanía nacional de todo un pueblo, y por tanto es un fraude y un engaño a todos los ciudadanos, que por este motivo nos convierte en siervos, súbditos de un señor feudal. A eso no se le puede llamar democracia de ninguna de las maneras. Dicho lo cual, ¿cree que puede haber alguna opción política que defienda una reforma de la ley electoral en el sentido que usted indica?
ResponderEliminarMuchas gracias.
Y disculpe, que no he contestado a su pregunta: la transición es el vivo ejemplo de que nada puede cambiarse en su esencia desde dentro... Ningún partido va a renunciar de buen grado a ese poder que recibe de una Ley Electoral propia del sistema político oligárquico que pergeñaron los que hicieron que todo pareciera que cambiaba para que todo siguiera "igual".
EliminarLo que sucede es que nada es estático... todo fluye hacia lo inexorable.
Estimado lector. Le voy a recomendar que siga las emisiones de Radio Libertad Constituyente por internet. Lo puede hacer a través de http://www.diariorc.com/. Es la emisora de D. Antonio García Trevijano a quien hago mención aquí arriba. Cuando comparte programa con el Profesor D. Dalmacio Negro Pavón se alcanzan las más altas cotas de saber y la argumentación se vuelve 100% docta. Las crónicas de sus corresponsales en UK, Alemania, Bélgica o Rusia son información auténtica... enfin, todo un lujo.
EliminarMuy cordialmente, F Caro.