“Los estadounidenses están enfadados por muchas razones, y de ahí el éxito populista. ¿Cómo de enfadados? En dos palabras: Donald Trump. ¿Cómo de enfadados? En dos palabras: Bernie Sanders. Lo que no está claro es si los políticos se han enterado” [Steve Jarding]
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Sin elecciones
presidenciales USA, o con ellas a la vista sobre todo, surgen los inevitables
análisis que señalan bien a las claras la catástrofe hacia la que camina el Imperio. Análisis
que siempre encuentran una tribuna en la que “la verdad” se expone a los cuatro
vientos, con toda su crudeza, para guía de descarriados y regocijo de amantes de
la pirotecnia, aquellos que se creen a salvo de quemaduras provocadas por
pavesas y rescoldos que puedan venir como llovidos del cielo.
Como algo conozco
de las dificultades de traducir, establezco expresamente que la edición del
artículo presupone el fiel reflejo de lo que Steve Jarding, autor y “profesor
de Políticas Públicas en la Universidad de Harvard y profesor del Centro de
Gestión Pública en IESE Business School, Universidad de Navarra.”, manifiesta originariamente.
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Son tantas las
apreciaciones que a mi juicio resultan discutibles que me resisto a entrar de
lleno en ello. Pero como otras opiniones me alientan, porque “alguien ha de
hacerlo”, lo acometeré lo mejor posible.
El Sr. Jarding
comienza refiriéndose a un “populismo estadounidense
moderno, el considerado movimiento progresista...” Al menos para mi, y
supongo que para bastantes lectores ordinarios españoles, de tal modo no hace sino
referirse a un indeterminado, el “populismo...”;
considerado, además, “movimiento progresista”: ¿en
qué ámbito?; ¿por quién o quiénes? Considero el populismo caribeño, por
ejemplo, algo totalmente reaccionario/totalitario; todo lo más contrario a
progresista, pues que sume a los más en la postración de unas condiciones de
vida de miseria generalizada en casi todos los órdenes de sus existencias; la
“nomenklatura”, como siempre, se mantiene bien a salvo...
El Sr. Jarding
establece un origen seminal, Vietnam, el Watergate y
Nixon; y el esmero de un Reagan-jardinero
que hizo fecunda la siembra.
“Las
mentiras que contaron los gobernantes a los estadounidenses sobre la guerra en
el sureste asiático costaron al país 58.000 vidas. El Watergate costó la
dimisión del presidente e hizo añicos la imagen de buen Gobierno. Pero Vietnam
y Nixon no hicieron más que plantar esas semillas. Fue el escepticismo de
Ronald Reagan sobre la Administración lo que las alimentó y las permitió
fructificar en el progresismo que hoy invade Estados Unidos.”
Diré que las mentiras, no; los hechos de guerra sí originaron muertes; no cuesta nada expresarse tal cual. Que tras
Vietnam, en el escenario político internacional, prosiguió la representación del
viejo drama de la existencia. Que Afganistán fue otro acto más del mismo. Que los USA
tuvieron mucho que ver en la derrota del todopoderoso ejército soviético allá,
acaso la factura pendiente de Vietnam, pero de las consecuencias de aquella
intervención indirecta “a favor de la libertad” desconozco si se ha hecho
balance riguroso. Que la representación prosigue, inacabada e
inexplicada en sus más profundas razones. Bueno, quizás no; la razón última siempre es la misma: el imposible mantenimiento de un "statu quo” estático...
Y que tras Reagan, el
cuadragésimo presidente, se han sucedido nada menos que 7 mandatos
presidenciales USA, 4 de ellos de carácter demócrata, incluidos los dos últimos
de Barak Obama –el cuadragésimo cuarto– y los encabezados por Bill Clinton –el
cuadragésimo segundo–. Curiosamente el Sr. Jarding no hace alusión alguna a
ellos, lo cual no deja de resultar muy llamativo, 16 años casi de gobierno no son cosa baladí.
Mandatos a los que
en buena lógica cabe imputarles su cuota de responsabilidad por su escaso éxito en un cambio de rumbo; en la corrección de los males que asolan
al Imperio, enumerados por el Sr. Jarding, quien no hace alusión alguna a que de tales mandatos hayan derivado progresos tangibles en conseguir:
§ poner freno al “... progresismo”, voz cuyo correlato no parece ser positivo, "que hoy invade Estados Unidos”;
“Fue el
escepticismo de Ronald Reagan sobre la Administración lo que las alimentó y las
permitió fructificar en el progresismo que hoy invade Estados Unidos.”
§ alentar la
participación de los votantes abstencionistas en la contienda electoral;
“Es
decir, tres de cada cuatro posibles votantes no participan en las elecciones.
Una auténtica falta de responsabilidad”
§ aumentar la
afiliación sindical de los trabajadores estadounidenses;
“Reagan
también es responsable de haberles convencido de que pertenecer a un sindicato
era malo, y lo dejó claro cuando rompió la huelga de controladores aéreos; ese
convencimiento se manifiesta hoy en el terrible descenso de la afiliación
sindical... Hoy en día, esa cifra es inferior al 6% entre los trabajadores del
sector privado”
§ paliar el desastre
en el que está sumido el sistema de la educación estadounidense, desde la
primera infancia hasta la enseñanza superior;
“Hoy,
sin embargo, la educación estadounidense, desde la primera infancia hasta la
enseñanza superior, es un desastre.”
§ cambiar el rumbo
de los destinos de su nación ante semejante desbarajuste;
“Podría
seguir, desde luego. El sistema de salud del país no funciona, la desigualdad
de rentas se ha disparado, la tercera parte de las carreteras y los puentes
necesitan reparaciones...”
§ establecer un
sistema fiscal más equitativo y justo;
“El
sistema fiscal está tan lleno de agujeros favorables a los ricos.”
...
*~*~*~*~*
Los
estadounidenses están, cómo diría yo, ¿indignados...? Han caído
mayoritariamente en lo que me es de sobras conocido: en la ebriedad de
bienestar cuyos vahos les obnubila.
Al igual que
sucede a este lado del océano con gran parte de los europeos, están más que
saciados, andan ahítos de ignorancia acerca del esfuerzo hercúleo realizado por
quienes nos precedieron para llegar a lo que ellos y nosotros dilapidamos con
absoluta irresponsabilidad en el momento presente. Eludiendo el empeño que
supone ser sujeto político responsable – auténtico ciudadano– e ignorando, a
resultas, el enorme esfuerzo que requiere mantener el buen estado de la
estructura del edificio de la convivencia en el que moramos. Ignorancia
voluntaria: “Una auténtica falta de responsabilidad”.
Por otra parte lo
que sucede no es más que lo que viene sucediendo desde tiempo inmemorial, que en
el escenario político internacional prosigue la representación del viejo drama
de la existencia. Y a unos imperios, Persa, Alejandro, Roma, Azteca, España, Otomano, Británico...,
suceden otros. No hay más; es así de sencillo.
Vestigios de lo que fuera un "imperio"
|
Las épocas de decadencia se viven de manera parecida vez tras otra, porque la esencia de sus protagonistas, la de la naturaleza humana, prosigue invariante. Y nada mejor que leer esta antológica 3ª de Jimenez Lozano – magnífica e imperecedera–, para tener noticia de ello: “Los comedores de higos”.
Lo que está más
que claro es que hay mucha gente, políticos incluso, que no se ha enterado de
nada de todo esto.
*~*~*~*~*
Desconocía por
completo quién era el Sr. Steve Jarding, cosa harto normal para este
entrometido opinante. He leído el artículo siguiendo una recomendación. Bien,
no está mal leer acerca de qué visiones se tienen de lo que se “cuece” en el
seno del Imperio.
Trato de averiguar
algo más de su autor. E Internet me ofrece, de “Uno de los grandes estrategas
de las campañas americanas y profesor en Harvard de los asesores de Rajoy” [¿Arriola
incluso, me pregunto?], esto que sigue: “Habla el asesor político de
Clinton, Kerry y Al Gore”.
Pues nada. Acabemos. Aquí me quedo. Sólo llego donde me llevan.
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