Mr.Trump es reo de cometer un pecado de lesa servidumbre: nunca ha sido criado ni está dispuesto a serlo, por descontado. ¡Destrúyanlo!
“... El 4 de noviembre de 1976 Jimmy Carter (partido demócrata) fue elegido presidente USA derrotando al sucesor de Richard Nixon, Gerald Ford (partido republicano). Con Carter llegaba al poder un equipo formado en torno a la Comisión Trilateral, creada en octubre de 1973 e impulsada desde el grupo económico Rockefeller. Para quién aquel nombre no diga gran cosa, recogeremos su descripción por Sean McBride, Premio Nobel de la Paz y ex ministro de Asuntos Exteriores de Irlanda:
El presidente de Estados Unidos no es el amo, es el criado. A veces se piensa que el amo es el Pentágono. No, es el criado. Pero entonces, ¿quién es el amo? El amo es un consorcio de empresas transnacionales y de bancos. Primero tuvo éxito dirigiendo el mundo de manera informal, pero luego, curiosamente, ha creado una organización formal. David Rockefeller, a la sazón presidente del Chase Manhattan Bank, y como todos los Rockefeller profundamente introducido en los negocios petrolíferos, fundó la Trilateral Commission en 1973. Se llama Trilateral porque corresponde a tres partes del mundo: Estados Unidos y Canadá en América del Norte, las naciones de Europa Occidental, y Japón. Tiene oficinas (principales) en Nueva York, París y Tokio Representa la mayor riqueza concentración de riqueza y de poder económico que se haya reunido jamás en la historia del mundo. Representa el sistema que más se aproxima hoy a un gobierno mundial.
McBride. The Reagan administration's foreign policy. Londres Internacional Progrés Organization, 1985, p. 13.” [Joan E. GARCÉS. Soberanos e intervenidos. S. XXI; 3ª ed. Madrid, 2008; p. 175]
UNA LECTURA MÁS QUE RECOMENDABLE |
El párrafo ayuda a centrar el problema Trump, como trato de mostrar.
Las circunstancias de 2016, año de su 1ª victoria electoral, y más las de 2020, nada tienen que ver con la época McBride. No obstante hay elementos que permanecen, rasgos de carácter perenne, como, por ejemplo, estos:
– el compendio de codicia, egoísmo y vanidad que actúa como motor de las conductas de las personas;
– la tendencia inamovible de estas a gozar del mayor grado de bienestar posible (hasta llegar incluso al paroxismo de una opulencia estúpida, antiestética por obscena: germen de toda suerte de enconos)
– la subsecuente, de que ello, a ser posible, sea a cuenta del prójimo, es decir engendrando sometimiento; es decir, sometiéndolo (nueva fuente de enconos).
Pero el ejercicio del sometimiento, en 2020, necesita de instrumentos. Instrumentos cuya apariencia no ofrezca la horrible faz de la pura violencia bruta, aunque llegado el caso..., sino la propia del providencialismo paternalista, o del paternalismo providencialista, que exhiben, de manera impúdica, obscena y arrogante también, quienes se encaraman, como sea, al menester de guía y gobierno de la grey humana. So sublime pretexto de proveer por su bienestar, por descontado.
Los recursos para ello son los que son.
1. El adoctrinamiento sistemático, vía instituciones escolares para las edades tempranas, 1º, y mass med.../mie..., para las edades adultas, después. Comenzaré por lo último, porque algunas de sus víctimas adultas tendrán el posterior cometido de aplicar el adoctrinamiento escolar, para así cerrar el círculo.
Del control de las conductas y opiniones al que se aplican los mass med.../mie... no puede caber duda. Valga el ejemplo de Mika Brzezinski, la hija de Zbigniew, quien algo fuera durante la presidencia de Lyndon B. Johnson: «Media’s Job Is to ‘Control Exactly What People Think’s» (aprox.: La función de los medios es precisamente controlar el pensamiento de las personas). Mika Brzezinski y los mass media.
Ya se aplicaban a ello los magnates de Fleet Street, Lord Beaverbrook y Lord Rothermere, antes, después, y durante 1931, cuando su PM, Mr. Baldwin, les espetó, en el ya famoso meeting del 17 de marzo en el Queen's Hall, que no eran sino un “Power without responsibility – the prerogative of the harlot throughout the ages” (poder exento de responsabilidad –la prerrogativa de siempre de las rameras).
Por si cupiera atisbo de duda, ahí está la conducta de ese sindicato liberticida que encarnan las grandes tv–USA, hoy 15 de noviembre de 2020. No tienen el menor recato, pudor, o atisbo de decencia moral, en censurar la alocución del Sr. Trump, presidente en funciones, poniendo una emisión en directo en negro; silenciándolo.
Ha sucedido en la persona de Trump y en otra de su entorno presidencial, cuando trataban de hacer mención a lo que es un secreto a voces: el pestilente, indecente y liberticida fraude cometido por el “partido demócrata” y sus "cerebros" y secuaces. Los genuinos depositarios de una evidente superioridad moral respecto de los restantes americanos, a los que quieren salvar de la "manifiesta pulsión totalitaria" de Mr. Trump.
Es de sobras conocido: la libertad de expresión solo existe para los editores de los medios de expresión, en cuyas manos está la facultad de silenciar cualquier voz que les desagrade: condena sin derecho a defensa y sin causa instruida. Pero ello no evita al condenado toda suerte de cargos bien aireados en la plaza de la opinión difundida, en la que será debidamente ajusticiado a manos de la maledicencia, el descrédito y la infamia.
El hecho es que las sospechas de fraude –que cada día toman más carácter de evidencias–, no afectan al “partido republicano”, mucho más demócrata que su oponente, en el caso.
Que bajo su presidencia (la 1ª, por ahora), el Sr. Trump no haya promovido ninguna guerra exterior, no le supondrá premio Nóbel/innoble alguno, seguro. Que no haya desencadenado pandemia alguna no quita para que sea etiquetado como peligro público nº1... ¡Y luego hablan de realidad virtual!
2. La aplicación de medidas coercitivas, coactivas y punitivas, como último recurso.
No basta con demonizar al discrepante, es preciso reducir al silencio algunas de sus proclamas, de momento algunas, so pretexto de defensa de la libertad, de la democracia y del bienestar general...
(Tengo un correspondiente en Francia, persona bienpensada, para quien Mr. Trump es el compendio de todos los defectos y hogar de todas las pulsiones liberticidas. Lo propio de todo aquel que esté bien empapado de la mercancía “informativa” que se le dosifica, cuando, a la vez, se renuncia a disponer de un mejor criterio por pura pereza intelectual y una nada desdeñable cobardía moral. Diríase, según interpreto de sus palabras, que el Diluvio Universal, las 7 plagas de Egipto, la Terreur, y el regalo navideño que China nos endosó pronto hará un año, son prodigios de benevolencia frente a la evidente, la obvia e indiscutible perversidad del trumpazo...)
Así que, Mr. Trump, no viaje a Dallas, es algo que me parece eBidente*, sin por ello desdeñar lo que sabemos acerca de usos torcidos de isótopos radiactivos...
Recuerde que la ensoñación por someter a los más es tan antigua como el hombre. Y que es capaz de arrastrarlo a las más abyectas locuras, como la de la Alemania, y los alemanes nazis, hace algo más de 80 años. O la de esa ideología devenida enorme maquinaria asesina, más de 100 millones de muertos solo en la Europa del S XX cuyo Nuremberg es materia pendiente a la Historia... (una excelente referencia se ofrece en este texto breve: EL_IMPERIO (R. KAPUSCINSKY),
ALGO PARECE NO MARCHAR BIEN EN USA (Imagen inspirada en otra de la película "En el valle de Elah", de Paul Haggis, 2007) |
Afortunadamente aún nos queda un último recurso: confiar en la justicia USA; el mismo que, hace más de 250 años, parece que existía en pleno S XVIII francés, en el cual:
“Nos habíamos convertido en un país de gobierno absoluto por nuestras instituciones políticas y administrativas, pero seguíamos siendo un pueblo libre por nuestras instituciones judiciales. La justicia del Antiguo Régimen era complicada, incómoda, lenta y cara; grandes defectos, sin duda, pero nunca se daba en ella servilismo ante el poder, que sólo es una forma de venalidad, y la peor. Este vicio capital, que no sólo corrompe al juez, sino que pronto infecta a todo el pueblo, le era completamente ajeno. El magistrado era inamovible y no pretendía ascender, dos cosas tan necesarias la una como la otra para su independencia; porque ¿qué importa que no se le pueda forzar si se dispone de mil maneras de ganárselo?” Alexis de Tocqueville, El Antiguo Régimen y la Revolución; Kindle Books, 2020; pp. 152-153.
Mr.Trump ha cometido un pecado de lesa servidumbre: nunca ha sido criado, ni, por descontado, está dispuesto a serlo. Al menos de según quienes.
Hoy, la Trilateral, evocación del trío de potencias en contienda en el que Orwell enmarca su 1984, ha adquirido otra fisonomía, no obstante su ánimo y propósito sigue siendo idénticamente perverso, someter a los más. Y dispone de un arma letal para la libertad, arma en gestación en la época Mc Bride, la informática.
Es, la informática, cuando saca provecho de su potencial más perverso y se aplica de manera torcida, el recurso por excelencia para el sometimiento.
La informática evidencia una virtualidad: establece una sima infranqueable entre una casta de connaisseurs y todos los demás, perfectos ignorantes del enjambre de los sapiens... Aquellos se convierten, de manera mecánica, en un nuevo poder sin control, exactamente idéntico al que detentan los editores de los medios: lo que se nos ofrece no es sino la evidencia del efecto sinérgico de su necesaria confluencia.
Su aplicación al control del pensamiento de las personas, de sus desplazamientos, de sus compras, es más que rotundo: es absoluto.
En una vuelta de tuerca, su aplicación en forma de terror fiscal, es palmaria [uno de los sumandos de mi Ecuación Siniestra: Embrutecimiento (vía sistema escolar e influjo de los mass mie...) + Empobrecimiento (vía terror fiscal) = Sometimiento].
Por si no bastara, cuando esas personas tienen la dicha, privilegio, de poder expresar su voluntad en un proceso de elección, la guillotina informática se aplica a torcer la voluntad mayoritaria, instrumentando un descarado fraude electoral.
No me apeo, a mi modo de ver, el Sr. Biden ha tenido la virtualidad de que todo esto adquiera un rasgo propio: es e-Bidente, por mucho que se empecinen los del ministerio de la verdad.
Pero, para quienes somos bien conscientes de que la política no es sino lucha por el poder, que el poder sólo es una relación mando–obediencia, y que siempre habrá quien mande, una vida política digna solo es aquella que pretende hacer menos indigna la obediencia: esa es la función de la democracia**; esa es la tarea que muchos esperan lleve a cabo Mr. Trump.
Veremos en qué queda la cosa. Confiemos en el imperio de la justicia, que, de existir, lo hace sin duda al otro lado del océano: Europa no está para exquisiteces. De España, mejor no hablar.
F Caro; alegre, malgré tout, en días aciagos para la causa de la libertad: ¡lo de siempre!
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