2024/04/27

[196.2] "LA DERROTA DEL CONOCIMIENTO" (II) (O, MEJOR, AL SOMETIMIENTO POR EL EMBRUTECIMIENTO)

Una tropa, igual que una institución hospitalaria, resultan inconcebibles sin una estructura firmemente jerarquizada/organizada que las gobiernen. Es el requisito indispensable para lograr sus respectivos y genuinos propósitos. Sensu contrario, si en una entidad no se da esa estructura vertical es porque su propósito esencial se ha relegado a un papel accesorio, secundario o circunstancial. Es lo que sucede en el tramo de la enseñanza media/secundaria -esencial pese a la internet y ese tipo de mandangas-, porque en él se determina el curso intelectual de nuestros adolescentes, y sus profesores siguen influyendo en él de modo cuasi decisivo en no pocos casos”
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... (Sigue de [196.1])

Supongamos acuerdo sobre lo que debe ser la verdadera naturaleza y esencia de un Sistema de Instrucción Pública, en el tramo de “secundaria” y en nuestro modelo social, establecidos en la 1ª parte de esta reflexión.

El hecho es que, en sus primeras etapas de vida, no hay distinción entre la instrucción y educación que el individuo recibe. Y su propósito, su finalidad, es claramente la de propiciar su inserción “natural” en el ámbito de convivencia más amplio que le permite el pleno desarrollo y maduración de sus potencialidades: la sociedad. Y así prosigue la “preparación” de los individuos tras la familia, habitual referencia de fondo, que la sociedad encomienda al Sistema de Instrucción Pública. En el tramo de enseñanzas secundarias instrucción y educación siguen yendo de la mano, aunque el peso relativo de una y otra sea claramente diferente y lo sean los problemas asociados al tratamiento de tales facetas. 

Es en ese tramo, clave en la conformación del cuerpo social, donde sigo poniendo el acento. Y a la hora de establecer cómo llevar a cabo tal propósito básico ni hay ni puede haber un atisbo de discrepancia con lo que Alicia Delibes señala en su artículo: es imprescindible la recuperación de los valores tradicionales que allí se plasman. 

Sin embargo permítaseme un enunciado alternativo. Para alcanzar el propósito, para alcanzar el éxito en los procesos de enseñanza-aprendizaje se han de concitar tres ingredientes, profesores preparados, estudiantes implicados y un ambiente, una atmósfera académica adecuados. 

Composición de la publicación de Izquierda Reaccionaria 

Comenzaré atacando el último de ellos, la atmósfera educativa, porque resulta -a todas luces- esencial. 

Somos conscientes de que tal atmósfera hoy en día, y con excesiva frecuencia, se presenta cargada de graves problemas. Tanto los legos como los profesionales lo sabemos muy bien. Y que así sea es, simplemente, escandaloso. 

Porque si se acepta sin discusión que en un partido de fútbol-7, por ejemplo, el terreno de juego tiene límites, rayas que no se pueden sobrepasar, que el propio transcurso del juego –un ámbito específico de “convivencia forzada” de dos grupos, de dos equipos- ha de someterse a una normas previamente aceptadas y que el árbitro –al que se le reconoce la autoridad por delegación- es imprescindible para dirimir los conflictos que puedan surgir, ¿cómo no aceptar un enfoque análogo en otro ámbito de convivencia forzada en el que se dirime algo de mucha mayor transcendencia como es la forja de nuestros futuro? 

E insistiré en lo que denomino “ámbito de convivencia forzada” –la propia sociedad en la que nos insertamos lo es-. Un instituto de secundaria es sin duda un ámbito de “convivencias forzadas” entro los que allí participan en unas u otras tareas puesto que nadie elige o es elegido como componente del colectivo por los demás componentes.

Quienes hemos alcanzado una cierta edad sabemos que una convivencia grata, un “buen ambiente” (entre los adultos siquiera hipócrita pero sin brusquedades o violencias estériles) es un bien “per se”, bien a conseguir decididamente. Y ese buen ambiente, esa atmósfera propicia derivada de la comprensión y aceptación de que lo que allí se hace no es sino un trabajo cooperativo de la sociedad para con los individuos, sus familias y, en definitiva, para con ella misma, no puede ser objeto de discusión. Y lejos de poderse alcanzar, “ni está, ni se le espera” en demasiados casos, en demasiados institutos. 

Para conseguirlo, como para alcanzar el completo desarrollo de la condición ciudadana, resulta imprescindible la presencia efectiva de la “auctoritas” y de la “potestas”, la presencia efectiva de aquellos en los que se ha delegado la facultad de resolver, dirimir y arbitrar los conflictos que surgen entre individuos (que en la vida de la “polis” han renunciado a cancelar sus diferencias a su buen saber y entender, o malo, en cada caso), y que se les reconoce su ejercicio. 

Es forzoso decir que “auctoritas” y “potestas” cobran su genuino valor, y se ven idealmente sustanciadas, en la medida en que garantizan la libertad y los derechos de los más débiles. Porque esa es su esencia, ni más ni menos. O la libertad la disfrutan los más débiles, que pueden hacer ejercicio pleno de sus derechos, o no hay tal. Y en la instrucción, en la enseñanza, más aún, ¡pues claro! 

Quienes confunden, o tratan de hacerlo, “ab initio” la autoridad académica y la científica o moral, con autoritarismo o arbitrariedad, confundiendo la categoría con una de sus varias formas de manifestarse o, simplemente, al establecer una especie de “cautela preventiva” respecto de auctoritas y potestas y su genuino significado en la enseñanza, no hacen sino socavar las bases esenciales de la naturaleza misma de los procesos de enseñanza-aprendizaje, en las que discusión e imposición han de armonizarse por inseparables. 

Como tal enfoque brilla por su ausencia a causa de unas referencias que, so pretexto y apariencia de tolerancia, comprensión y permisividad con la transgresión, banalizan los conflictos vaciando de significado el cometido esencial que nos corresponde puedo afirmar que, “sensu contrario”, se inducen o fomentan conductas irresponsables. Así de claro. 

Porque la configuración del campo de cometidos y competencias de los equipos directivos de los centros debe abordarse y enfocarse del mismo modo que se aborda y se enfoca en cualquier otra actividad organizada para el logro de un propósito, de cualquier empresa, atribuyéndoles las herramientas adecuadas a su función y cometidos. 

En consecuencia debemos aspirar a una clara “excelencia en la gestión”, excelencia que para que no resulte estéril deberá estar acompañada de unas referencias del discurrir de los procesos de enseñanza-aprendizaje tan nítidas en su formulación y mecanismos de aplicación como lo pueda ser el reglamento del F-7, al que nos volvemos a referir como ejemplo, sin que quepan en ellas ínsulas de irresponsabilidad de ningún tipo. 

Pero aun siendo lo anterior necesario no resulta suficiente. Entre otras razones porque el ambiente educativo-instructivo interior se complementa con su componente exterior, determinada tanto por factores sociales como familiares y personales de cada uno de los sujetos intervinientes. Y de ellos únicamente se espera, pese a la complejidad acumulada, que aporten el sosiego y la serenidad suficientes para afrontar en las mejores condiciones posibles los procesos que los profesionales tratamos de llevar a cabo. 

A los padres de mis alumnos yo les aseguro que han establecido conmigo –con la institución que me arropa- una relación tácita de confianza desde el momento en que me “han confiado” a sus hijos. Y que de ella deriva un derecho inalienable para ellos, el de conocer en qué circunstancias transcurre el trabajo que realizo y en qué medida, en lo que concierne a la faceta educativa, soy un complemento de lo que es su primera responsabilidad; en qué medida hay coincidencia de propósitos y mensajes o, por el contario, ofrezco una discrepancia radical al respecto. 

Nada de ello tiene que ver con ciertas cuestiones y ciertos aspectos técnico-profesionales. Por supuesto. (Exactamente igual que a nadie, postrado en la mesa de operaciones, se le ocurre dirigir el corte del cirujano que trata de atajar una apendicitis). 

Así que a los padres les corresponde una muy gran responsabilidad pero en un esquema de reparto de papeles claramente determinado en el que ciertas cuestiones técnicas no son de su incumbencia. 

En lo concerniente al primer ingrediente, profesores preparados, bien se puede afirmar que el colectivo no es diferente a otros colectivos, heterogéneo y, en términos de “calidad profesional”, estadísticamente “normal”, “gaussiano”. 

Es decir compuesto por profesionales excelentes, buenos, normales, mediocres y malos. Exactamente igual que lo que sucede con otros colectivos profesionales, los de la administración de justicia, de la sanidad o del periodismo, por ejemplo. 

Evidentemente resulta más que deseable el que abunden los excelentes y que existan medios para evitar la presencia de los últimos, los malos, actuando al respecto con el mismo pulso firme con el que el cirujano ataja la apendicitis. Y esas responsabilidades, las de asegurar la “fiabilidad de los mecanismos de selección” y las de aplicar las medidas correctivas necesarias en el caso de evidenciarse situaciones profesionales poco aceptables, corresponden –de nuevo por delegación de la sociedad- a los “empleadores, promotores o empresarios”, a los gestores, en definitiva. Y ahí se nos ofrece un campo en el que mucho debiera de hacerse. Pero hay cambios que “ni están ni se les espera”. 

Lo que acabo de decir, que no deja de ser algo de propósito general, básico por obvio, choca con la realidad a la que no me referiré en detalle al pretender limitar esta reflexión a un “discurso de principios” 

En lo que concierne al segundo requerimiento, el de los estudiantes implicados, es preciso afirmar categóricamente que los hay, los ha habido y los habrá. Porque el colectivo discente es exactamente análogo al docente: heterogéneo y estadísticamente “normal”, “gaussiano”. 

Y siquiera sea por un mero ánimo de “egoísmo social” hemos de tratar por todos los medios que los estudiantes implicados exploten al 100% sus potencialidades y obtengan el máximo provecho posible. Nos corresponde hacer todos los esfuerzos necesarios para ello, “protegiéndolos” adecuadamente y aportando ambientes educativos propicios y profesionales bien preparados: nos lo devolverán con creces en un futuro inmediato. 

Todo ello sin menoscabo, por supuesto, de que el Sistema de Instrucción Pública tenga vocación “universal” a la hora de acoger, preparar y, en definitiva, forjar a un colectivo tan amplio y heterogéneo como la propia sociedad. No hay “contradictio” sino complementariedad. El como hacerlo excede, de nuevo, del propósito de esta reflexión pero es preciso que nuestro Sistema de Instrucción Pública asuma como principio básico de funcionamiento el mismo que, por ejemplo, opera en la fiscalidad de las rentas del trabajo: lo justo es tratar de manera desigual lo que es desigual; “sensu contrario”, es injusto tratar de manera homogénea lo heterogéneo. Homogeneizar, uniformar resulta, pues, esencialmente injusto, se mire como se mire. No cabe hacer apelación a una solidaridad forzada entre individuos que resulta, siempre, en perjuicio de los más desfavorecidos, aquellos a los que se les cercenan sus expectativas de progreso autónomo. 

En este pasado reciente hemos vivido una época francamente muy dura que, felizmente para nuestro propósito, espero haya tocado a su fin. Hemos dejado atrás una época en la que, a consecuencia de unas circunstancias económicas singularmente favorables y que muy difícilmente se nos volverán a presentar (por la disposición de abundantes recursos derivados de nuestra incorporación a la UE y de una coyuntura económica internacional muy propicia), el saber, el conocer y el aprender eran juzgados poco menos que actividades estúpidas frente al mero hacer, que reportaba exitosos resultados económicos inmediatos. 

La ignorancia, la carencia de formación seria, la falta de buen criterio en definitiva, unida a la seguridad económica han conformado y conforman un cóctel socialmente exitoso y bien conocido en nuestra realidad cotidiana pero tan dramáticamente peligroso como el resultado de una droga administrada irresponsablemente a un organismo tierno. 

Afortunadamente, bien que en silencio, todavía somos muchos los que confiamos en el potencial transformador asociado al saber, saber al que solo puede accederse con esfuerzo, trabajo denodado y dedicación –responsabilidad, en suma- y al que la sociedad acude y se confía a la hora de dar pasos de progreso. 

Nuestro Sistema de Instrucción Pública ha de cambiar drásticamente porque el cuadro que ofrece es tan pavoroso que difícilmente puede resultar más desalentador. 

Por supuesto que debiera adaptarse a los principios operativos aquí esbozados e invocados en su configuración, propósitos y materialización. Aferrarse a pre-juicios es un simple recurso de elusión de unos principios básicos de actuación que, para una actividad tan antigua como el hombre, tan vieja como nosotros, es inconcebible mantener perpetuamente en discusión. 

Y la mirada limpia a nuestra realidad profesional, en la que jamás se ha dispuesto de tantos medios materiales y personales asignados a los menesteres de los que venimos hablando y en la que los resultados, se disfracen como se disfracen, son profunda, terriblemente magros, diríase un campo esquilmado por exceso de abono y malas prácticas agronómicas, me lleva a denunciar, por inadmisible, el enorme despilfarro de recursos personales, materiales y de expectativas de futuro al que hemos de poner fin de una vez por todas. 

A no ser que estemos inmersos y decididos a consumar un claro proceso de “suicidio social”.

2024/04/24

[196.1] "LA DERROTA DEL CONOCIMIENTO" (O, MEJOR, AL SOMETIMIENTO POR EL EMBRUTECIMIENTO)

   “…mi profesión nada confusa, sin comprender cuál es su cometido, transformada en mero servicio de guardería la más de las veces...”

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Hace cosa de un mes 'mi editor', Ediciones Encuentro, me dio noticia de la publicación de La derrota del conocimiento, el reciente libro de Alicia Delibes Liniers. Hace tres o cuatro días, Antonio Rubio Pló, correspondiente amigo, ex compañero de menesteres profesionales -ambos antiguos profesores de adolescentes, y reconocido articulista, compartía conmigo su reseña de, la obra de A. Delibes. 

En la época en la que A. Delibes fue viceconsejera de Educación en uno de los gobiernos regionales de Esperanza Aguirre, yo ya intercambiaba algunos correos con Horacio Vázquez Rial, a quien tanto adeudo y con quien contacté por vez 1ª en 2008. 

Horacio, con su columna en Libertad Digital dedicada a La agonía de Francia, propició que me acercara a él, pues su reseña me permitió aprender algo más acerca de mi vida. El libro de Chaves Nogales que reseñó ya forma parte de mí, le dije en mayo de 2010. 

Más o menos por esa misma época, Agapito Maestre respondía a mi pregunta -de si conocía alguna buena antología de La Democracia en América, de Alexis de Tocqueville-, de este modo: 

A esa obra no la sustituye ninguna antología, pero puedes leer del mismo autor El antiguo régimen y la revolución. Es grandiosa. 

Horacio y Agapito; El Antiguo Régimen... y La agonía de Francia, son las dos personas y las dos obras que han determinado mi rumbo intelectual, rumbo que me deparado -lo sigue haciendo-, tal cúmulo de satisfacciones que mi gratitud hacia ellos no puede tener límite porque lo que recibí de ellos es inconmensurable. Ni más ni menos. 

Horacio,a quien me refiero de aquí en adelante, me obsequió en persona (julio 2012, cuando ya andaba muy malito) con un ejemplar de Santiago De Liniers, su magnífica obra/semblanza del último Virrey del Virreinato de la Plata. Supe más tarde que, en parte, esa obra que le publicó Encuentro (ISBN 9788499201283), y que dedica a... Alicia Delibes Liniers y Regino García Badell, Horacio se la debe a la generosidad de la familia Liniers en Francia y en España

Mi extraña destreza en hollar jardines de modo insospechado, dio lugar a que, poco antes, hubiera compartido con Horacio mis apostillas a un artículo que Libertad Digital (la 'casa' de Horacio) publicó a Alicia allá por febrero de 2011. 

Ahora mismo no sé si ese artículo de LD se reprodujo en la tribuna de Horacio tal cual (cuyo enlace lo ofrezco unas líneas más abajo), o el que se publicó en esta fue algo diferente: supongo que son el mismo.   

Por supuesto que yo desconocía la estrecha relación de Horacio con Alicia, pero Horacio, un caballero,, y un demócrata pata negra, por encima de todo, publicó en su web las apreciaciones que le hice llegar en 3 entregas.

Captura reciente de lo que Izquierda Reaccionaria publicó en su día 

Llegado a este punto, simplemente voy a a evocar aquello en esta, y otra entrega posterior: que los más de 13 años transcurridos dictaminen su sentencia, y que este palo aguante su vela con lo que aquí sigue, que no añade un punto ni sustrae una coma: por entonces mi prosa -que sigue en tono menor, balbucía su primeras páginas.

Pero antes de ir a ello evocaré un apotegma, mi Ecuación Siniestra: Empobrecimiento (vía expolio fiscal) + Embrutecimiento (vía sistema nacional de guardería) = SOMETIMIENTO.

2024/04/20

[195.2] EL "EMBROLLO CHAVES NOGALES". ÚLTIMOS FLECOS

 ... el Sr. Linares, ha dado muestra más que sobrada de su talante, que supongo puede aplicar a "Los años perdidos..." editado por él; ¡capaz le creo de coger ese toro por los cuernos! 

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RUTH ROGERS

Mis andanzas me llevaron a conocer que Mark Derby, escritor neozelandés, publicó un artículo sobre Chaves Nogales en el Journal of New Zealand Studies (en línea), 2011; n.11:p.69-79 "Analyses a particular example of Spanish Civil War writing that appeared in the 'Weekly News' in 1938 in NZ by the Spanish journalist Manuel Chaves Nogales". 

La consulta inmediata al editor de Massey Press me permitió, el 23.01.2024, establecer a continuación contacto con él; así fue como en los primeros intercambios saltó a la palestra el nombre de Ruth Rogres, persona a la que no estoy seguro de haberme referido, pues al buscar el pasaje en cuestión en las entradas precedentes, no lo he hallado: entre borradores y textos firmes a veces surge mi propio embrollo. Veamos de que trata este fleco.

Mark me dio aviso del que propongo esta traslación al español:

"Me puse en contacto con el profesor Hilliard y le dije: En 1938, el "Weekly News" (hasta 1934 el "Auckland Weekly News") publicó una serie de artículos, traducidos del español, sobre la Guerra Civil Española. He estado tratando de trazar el camino desde París, donde vivía el periodista español expatriado Manuel Chaves Nogales cuando escribió estas historias a finales de 1936, hasta Auckland. Mientras tanto, también aparecieron en inglés en el periódico londinense "Evening Standard", en un periódico australiano aún no identificado y quizás en otros lugares.  

Cada entrega del "Weekly News" tenía el siguiente crédito: Copyright mundial, Ruth Rogers, 1938. ¿Recuerda ese nombre de su investigación sobre los acuerdos de sindicación de Tillotson? Alternativamente, puede referirse a un agente o editor en los EE. UU.  

Él respondió diciendo: No sé el nombre, lo siento. La única pista que se me ocurre serían los directorios de agentes, sindicatos, etc., en el Writers' and Artists' Year Book británico o sus equivalentes americanos. La frase 'en todos los países' no me suena tan familiar; tal vez sea un uso estadounidense.  

En ese momento desistí de intentar trazar el camino por el cual se publicó en este país la maravillosa obra de Chaves. Es muy posible que Co-operative Press Services fuera la agencia que negoció el acuerdo de distribución, pero no he encontrado el nombre de esa empresa antes y no he visto ningún registro de ello en mi investigación sobre Chaves. ¿La empresa empleó a alguien llamado Ruth Rogers? Si es así, entonces ciertamente fue esa compañía la que proporcionó las historias al Auckland Weekly News".

Creo que, más que septuagenario, Mark hablaba de algo que dejó atrás hace tiempo, razón por la cual he tratado de no distraerle y de verificar por mi cuenta la realidad de ese Copyright mundial, a favor de Ruth Rogers. 

La Biblioteca Nacional de Nueva Zelanda me ofreció una verificación de visu, dado que la publicación en cuestión no está digitalizada, y su resultado -recibido el 17 de abril, confirma el hecho por completo.

Elementos de 'ANVIL', publicado en The Weekly News (Nueva Zelanda) en 1938
 

Son preguntas inmediatas, pero de respuesta muy complicada -por no decir que imposible para mi,  ¿quién era Ruth Rogers ?; ¿para quién trabajaba?; ¿por dónde esparció los artículos de los que poseía esa sorprendente exclusiva mundial?; en ocasiones, ¿comercializaba de modo directo Chaves Nogales sus artículos?. Y en tal caso, ¿qué artículos se canalizaron de ese modo?; ¿a qué clientes? 

He dado algunos pasos para tratar de conocer la identidad de esa persona, pero todos han arrojado más penumbras que luces, por lo que -como mi correspondiente Mark Derby, me he visto en la tesitura de tener que desistir de intentar trazar el camino por el que transitó Ruth Rogers. Con las iniciativas 'autónomas' del reportero sevillano, ni lo he intentado.

JOTDOWN. 

En esa revista literaria, bien conocida por reputada según me dicen, se han publicado hace nada (números de enero y marzo de 2024, respectivamente, si no me equivoco) sendas entradas que protagonizan Abelardo Linares y Yolanda Morató. Como ambas están 'en abierto', los propios nombres anteriores atesoran el enlace que procura el acceso. 

Agradezco a JotDown su hospitalidad: mis comentarios a esas entradas han sido, hasta ahora, bien recibidos, lo que ha permitido que algunos lectores de allí se hayan acercado también hasta aquí, cosa que merece mi gratitud.

 A. Linares firma un artículo, Nueva visita a Chaves Nogales, del cual poco o nada he dicho, lo que puede ser causa de perplejidad -tan patente como mayúscula, para el lector no versado en la cuestión de fondo que abordo.  

Pero como no trato de escrutar ese largo artículo, o mini-ensayo de más de 11 mil palabras, tomo un par de pasajes como muestra que hallo suficientemente elocuente de su textura/factura/finura.

Francisco Cánovas: Investigación y Wikipedia.
El problema de fondo estriba tal vez en que Francisco Cánovas parece no conocer demasiado bien ni la historia menuda de la literatura ni la pequeña historia del periodismo de la primera mitad del siglo XX español, pero se puso, con cierta atropellada y atropelladora imprudencia, a la tarea de escribir una biografía-ensayo sobre la figura de Manuel Chaves Nogales manejando en especial dos fuentes, una reconocida: María Isabel Cintas y otra oculta (ya que no figura en las diez bien nutridas páginas de bibliografía que incluye el volumen) y con mucho peligro: internet, es decir, Google y Wikipedia. Como prueba de esto último y como meros botones de muestra (hay bastantes como para casi llenar una caja) señalaré dos casos.
Andar y contar. Chaves Nogales un periodista a pie.
Más tarde abordaré otros errores (¿horrores?) de Francisco Cánovas, pero quisiera ahora hablar de María Isabel Cintas y de la segunda edición de su biografía sobre Chaves que casi triplica el número de páginas respecto a su primera salida, pero que en puridad no ha crecido sino apenas engordado, puesto que sigue aquejada de las mismas faltas de información y criterio que afectaban ya a la versión de 2011. 

2024/04/18

[195.1] EL "EMBROLLO CHAVES NOGALES". LAS 'COSAS' DE Y. MORATÓ

Suplantar el positivismo se llama ignorancia; evitarlo, ilusión. (JF Revel)

Decir que Y. Morató dispuso de un 'original' de ¿Qué pretende el imperialismo español?  es una perogrullada como la copa de un pino. La cuestión estriba en saber qué 'original' y cómo logró disponer de él (o quién se lo procuró). Desde luego que no fue el que presenté en [191de modo parcial porque, de serlo, hubiera citado su procedencia comme il faut 

 Son cuestiones, ambas, a las que Y. Morató (y/o sus editores) debe(n) dar respuesta con meridiana claridad, ya que darla no parece entrañar especial dificultad.  

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Así que, para acabar, todo este desaguisado, que salpica a lo más vivo y brillante del 'conglomerado nebuloso ChNg', a ver quién y cómo lo arregla...

Con ese enunciado, colofón y entradilla de [191], resumía el cúmulo de inexactitudes, errores, inconsistencias, es posible que incluso alguna falsedad a sabiendas, con las que me he encontrado al hacer una lectura con cierto detenimiento de las obras más recientes que toman al sevillano por 'protagonista'.

No obstante, no todo estaba atado y bien atado. Quedaban flecos pendientes; cuestiones no resueltas, inconclusas, o que adolecían de ser cripticas en exceso. Crípticas para quienes -con todo respeto- denomino lectores 'comunes', aquellos que imagino no especialmente familiarizados con la realidad editorial que toma por foco y bandera la figura de Manuel Chaves Nogales.

Ahora bien, antes de ir al grano, voy a hacer un alto en algunas evidencias que, no por serlo, merecen que las deje de lado.

Un propósito de cualquier realidad editorial, de toda realidad editorial es, sin discusión posible, el 'éxito editorial'; el del autor, el del editor y el difuso del '& Co.' que rodea a ambos. En estos tiempos, la maquinaria mediática (juez y parte) juega un papel esencial, al ser el indispensable catalizador, y le toca 'hacer el resto'. 

Anotaré -siquiera de modo breve, algo de ese engranaje, dado que uno acarrea el peso del que ha sido su principal menester, el de "estrella estelar de estrado y pizarrón", y le resulta imposible el evitar la vena divulgativo-instructiva propia de lo que fue e hizo.

No haré con ello sino proseguir en el empeño de dejar todo lo más claro posible, y evocar de paso a aquel alumno (del que lamento no recordar su nombre para elogiarlo como es debido) que cantó las verdades del barquero a viva voz: "Profe, me encanta cuando no nos hablas de Física, porque  entonces te entiendo todo..."

Por suerte aquí no se habla de Física, así que no espero sino lo mejor, que se me entienda todo. 

2024/04/17

[194] EL SILENCIO ADMINISTRATIVO ES UNA CONDUCTA FASCISTA

El silencio administrativo es el trato más vejatorio, despectivo, denigrante, humillante, ultrajante..., etc., que pueda recibir quien paga de aquellos a los que paga por los servicios que deben prestar.

 A las claras, ¡ñoco!, es una conducta inequívocamente fascista, pues que el fascismo, entre otras aristas, se ampara en la impunidad absoluta de que goza el administrador por muy arbitrarias que sean las conductas en las que se aplica.  

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El pasado 14 de febrero abordé la BNE, con una PREGUNTA/PROPUESTA A LA BNE, en estos términos:

Buenos días.
Soy Fernando Caro, traductor/editor/publicista y distribuidor de la reciente versión de "El Antiguo Régimen..." (ISBN 9788409368433), obra editada siguiendo los preceptos vigentes, disponible en la BNE 
En mi propósito de favorecer en lo posible la difusión del pensamiento y obra de Alexis de Tocqueville -alguien lo tiene que hacer-, he optado por una vía editorial al margen de la distribución al uso, que si bien me ha permitido establecer un PVP imposible en el sistema habitual, limita sobremanera el canal comercial; ello sin menoscabo de una presentación final de una calidad más que aceptable.
Así que lo que el PVP podría favorecer, se ve 'arruinado' -precisamente- por la escasa difusión de la que adolece la venta directa. 

Deseo saber si existe una web respaldada por una entidad de peso, como la BNE, que dé a conocer la publicación de obras editadas de manera similar a la mía, con la mira puesta en aumentar en lo posible su difusión y evitar lo que, a priori, se presenta como un fracaso editorial anunciado.
Y si no existiera, proponer su alumbramiento, petición del todo sensata.

Muy cordialmente,
F Caro
--
Libros F Caro. 
librosefecaro@gmail.com // (34) 654 226 231

De inmediato, apenas 3h más después, obtuve respuesta

Estimado Sr. Caro.
Gracias por ponerse en contacto con la BNE. Lamentablemente debemos informarle de que de momento no existe ninguna plataforma oficial que ayude a difundir obras como la suya. En el siguiente enlace encontrará algunos consejos para ayudar a dar a conocer su obra que esperamos le sean de utilidad:
https://mercedespinto.wordpress.com/2017/03/15/los-18-pasos-para-promocionar-un-libro-autoeditado/
Atentamente, Servicio de Información Bibliográfica. Biblioteca Nacional de España.


En fecha indeterminada, ya que no guardo prueba que lo corrobore, decidí presentar la misma cuestión a la Subdirección General de Promoción del Libro, la Lectura y las Letras Españolas (¡échale guindas!), a través de su web.

Así me figuro la Subdirección General de Promoción del Libro, y blá, blá, blá...

Al no obtener la certeza de que mi consulta hubiera tenido la debida entrada, ningún mensaje de confirmación a pesar de la firma digital y todas las mandangas, acudí a una oficina de registro para presentar de puño y letra un documento formal.

Pues bien, el 12/03/2024, a las 11:40:22 h., con Nº2024044695, el Ayuntamiento de Zaragoza acusa recibo de entrada en registro.

Ha transcurrido más de un mes, lapso que me parece más que prudente, pues la pregunta tiene menos miga que el mecanismo de un termómetro de mercurio, sin que la gloriosa Subdirección General responda a un administrado: 'silencio administrativo'. Es el trato más vejatorio, despectivo, denigrante, humillante, ultrajante..., etc., que pueda recibir quien paga de aquellos a los que paga por los servicios que deben prestar. 

A las claras, ¡ñoco!, es una conducta inequívocamente fascista, pues que el fascismo, entre otras aristas, se ampara en la impunidad/irresponsabilidad absoluta de que goza el administrador, por muy arbitrarias que sean las conductas en las que se aplica. 

Son cosas de la ganadería que pasta en los presupuestos del ministerio de Cultura, en términos taurinos, entiéndase la figura literaria. O, en términos hípicos, de la cuadra que hace eso mismo que he dicho.

Luego vendrán a darnos clase de no sé qué, ¡anda y que os den...! (... mucho cariño, ojo)



2024/04/11

[193] ORTEGA Y GASSET & CHAVES NOGALES. UN APUNTE

 No cometeré la osadía de concluir que con La gran mentira Chaves pretende también patentizar su distanciamiento de Ortega, que llegó a Paris a comienzos de diciembre del 36, como él. O, incluso, que contrapone su tesis a la reconvención que el filósofo endosó a Einstein, cuyo efecto hubo ser notable dado el gran prestigio del que gozaban ambas personalidades. Pero tampoco desecho tal posibilidad.

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 En 1937, entre el 4 y el 17 de julio y en plena guerra civil, en tres ciudades de la España republicana (Valencia, Madrid y Barcelona) y en París, con el apoyo de la Alianza de Intelectuales Antifascistas, se celebró el II Congreso Internacional de Escritores para la Defensa de la Cultura. La iniciativa gubernamental republicana partió del Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes de España, del que por entonces era responsable el comunista Jesús Hernández Tomás* , que nombró secretarios a los poetas Emilio Prados, Arturo Serrano Plaja y Juan Gil-Albert.

El I Congreso Internacional de Escritores para la Defensa de la Cultura celebrado en París del 21 al 25 de junio de 1935,​ con la asistencia de 230 delegados pertenecientes a 38 países, fue el antecedente formal​de esa segunda reunión.

 El presidente del gobierno republicano Juan Negrín inauguró ese Segundo Congreso  el 4 de julio de 1937 en la Sala de Sesiones del Ayuntamiento de Valencia. También se celebraron sesiones en Madrid (los días 5, 6, 7 y 8 de julio) y en Barcelona (el día 11). Fue clausurado en París el 16 y 17 de julio de aquel año 1937. Se ha considerado «el acto de propaganda intelectual más espectacular realizado por el Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes durante la guerra civil española». (De Wikipedia)

*No se olvide que la mentira es un arma revolucionaria; aforismo político proclamado no mucho antes por el 'camarada' Vladimiro Lenin. Y que la publicidad política tiene una innegable componente de mentira...

En 1923Albert Einstein visitó España*. Entre otras destacadas personalidades de la época, Einstein  tuvo en Ortega y Gasset -que hablaba alemán, un excelente interlocutor, presentador/traductor, y cicerone. Así, a las seis de la tarde del viernes 9 de abril, tras una excursión por El Escorial y Manzanares del Real, Einstein impartió una conferencia en la Residencia de Estudiantes, que no había sido prevista con anterioridad, en la que fue presentado y traducido por el eminente filósofo. De esta cercanía circunstancial queda como fleco el lance que sigue, 

Einstein le preguntó a Ortega y Gasset por qué las masas se interesaban por ideas tan abstractas y el filósofo le contestó que con la fe religiosa declinando él era el nuevo mago capaz de someter los fenómenos astronómicos, que siempre habían tenido algo de fenómenos religiosos.

EL INSIGNE PROFESOR EINSTEIN, VISTO POR SIRIO, DURANTE  
SU VISITA A ESPAÑA. REVISTA 'NUEVO MUNDO'
 
*Estas líneas, algunas posteriores, y la imagen anterior, proceden de enlaces que remiten a la BNE; a un artículo del profesor Francisco González de Posada, catedrático de Fundamentos Físicos de la Universidad Politécnica de Madrid y la rememoración de aquella visita un siglo después; a una Cronología de su paso por España; a otro artículo del profesor J. Carlos Criado Cambón; y, en fin, a Ortega, exilio y enfermedad.

Pero hete aquí que, en 1937, Einstein envió al dicho Congreso un mensaje de apoyo a la República que causó la fulminante respuesta de Ortega, que lo tildó, sin contemplaciones, de insolente intervención:

Hace unos días, Alberto Einstein se ha creído con "derecho" a opinar sobre la guerra civil española y tomar posición ante ella. Ahora bien, Alberto Einstein usufructúa una ignorancia radical sobre lo que ha pasado en España ahora, hace siglos y siempre. El espíritu que le lleva a esa insolente intervención es el mismo que desde hace mucho tiempo viene causando el desprestigio del hombre intelectual, el cual, a su vez, hace que el mundo vaya hoy a la deriva, falto de «pouvoir spirituel».

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Más o menos a mitad de ese lapso, a finales de la década de los años 20, Chaves es uno de los firmantes de una carta–manifiesto en la que varios intelectuales transmiten a Ortega y Gasset su propósito de formar un grupo "de genérico y resuelto liberalismo" (documento que no he rebuscado y acción que no he verificado, pero que tomo de alguna literatura, que ahora mismo no soy capaz de evocar en sus detalles, dándolos por buenos). Desde luego que esos principios políticos orteguianos son patentes en La agonía de Francia, la última obra del sevillano que Claudio García & Cía. publican por primera vez en Montevideo en 1941; al menos a mí me lo parece.

Ahora bien, entre finales de los 20 y 1941 ha transcurrido más de una década preñada de sucesos más que notables, como la propia proclamación e instauración de la malhadada 2ª República, en cuya paternidad intelectual Ortega jugó un papel principal -otro aserto bien asentado que no creo precise prueba de cargo. 

Y en el contexto de lo que aquí trato de abordar, la fulminante defección de Ortega de esa república, de la que proclamó, en Un aldabonazo -portada de Crisol del 9 de Septiembre de 1931su famoso ¡No es esto, no es esto! La República es una cosa. El radicalismo es otra. Si no, al tiempo. 

Por contra, la filiación de Chaves al ideal 'azañista' y 'republicano', hasta que opta por dejar España atrás -a finales de 1936, desde su puesto de Director del Ahora, parece persistir incólume, si bien no sin arrojar dudas e incertidumbres, a la vista de lo que se me aparecen como ondulaciones en su esquema de pensamiento

Chaves, a comienzos de 1938, el 17 de enero, y ya perfectamente asentado en París, publica un artículo de rótulo más que elocuente: La gran mentira de las adhesiones al franquismo, cuya entradilla no lo es menos: No hay en toda Europa un solo hombre honrado capaz de suscribir la conducta de Franco y sus secuaces, texto que no ofrece duda acerca del color de las simpatías que profesaba. Su primer párrafo, que transcribo de la referencia obligada, Chaves Nogales, Manuel, 1897-1944. Crónicas de la Guerra Civil : agosto de 1936 - septiembre de 1939 ; Mª. Isabel Cintas Guillén (con prólogo de Santos Juliá. Sevilla. Espuela de Plata Ediciones, 2011), dice:

Una artera campaña de propaganda franquista, que utiliza como soporte las convicciones contrarrevolucionarias de los núcleos de intelectuales conservadores y liberales de Francia e Inglaterra, viene, desde algún tiempo, manteniendo el equívoco infame de la adhesión a Franco de prestigiosas personalidades francesas e inglesas.

Para entonces, Ercilla ya ha editado en Santiago de Chile su A sangre y fuego. Héroes, bestias y mártires de España, cuyos capítulos, desgranados, habían sido esparcidos por Reves /Cooperation Press por muy variados rincones del orbe. 

En esa obra, Chaves parece decantarse por una prudente equidistancia, 

Me fui cuando tuve la íntima convicción de que todo estaba perdido y ya no había nada que salvar, cuando el terror no me dejaba vivir y la sangre me ahogaba. ¡Cuidado! En mi deserción pesaba tanto la sangre derramada por las cuadrillas de asesinos que ejercían el terror rojo en Madrid como la que vertían los aviones de Franco, asesinando mujeres y niños inocentes. Y tanto o más miedo tenía a la barbarie de los moros, los bandidos del Tercio y los asesinos de la Falange, que a la de los analfabetos anarquistas o comunistas.

Pero no está de más recordar algunas de las mimbres con las que se urdió aquella república porque, como bien sabemos -o deberíamos saber, la Historia no consiste en una secuencia de hechos fruto del azar, sino que es el resultado de la concatenación lógica de unos antecedentes/causas y sus consecuencias/efectos, por muy soterradas que estén las corrientes que mueven ese caudal.

Varas como la establecida como clave de bóveda de la Constitución republicana -su art. 1- cuya proclama España es una República democrática de trabajadores de toda clase, que se organiza en régimen de Libertad y de Justicia excluía de entrada a quien no fuera "trabajador", y que por cierto movía a mofa en el exterior; lo relata J. Plá en sus crónicas madrileñas de la época. República que conoció las primeras quemas de conventos en menos de 4 semanas, días 10-11 de mayo, y la suspensión de 2 diarios, el ABC y El Debate..., apenas transcurridas 6, el 31. Todo un comienzo modélico, apostillo. 

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No cometeré la osadía de concluir que con La gran mentira..., Chaves pretende también patentizar su distanciamiento de Ortega, que llegó a Paris a comienzos de diciembre del 36, como él. O, incluso, que 'le devuelve' contrapone su tesis a (texto modificado) la reconvención que el filósofo endosó a Einstein, cuyo efecto hubo ser notable dado el gran prestigio del que gozaban ambas personalidades. Pero tampoco desecho tal posibilidad. 

Porque no se puede olvidar que la eterna batalla entre barbarie y civilización, entre sometimiento y libertad, que es el común -quizás el único, móvil de fondo que subyace en toda contienda, no se dirime solo en los campos de batalla. O bien, que el terreno de la opinión pública es el campo de batalla por excelencia.

CONCLUSIÓN. El itinerario político de Chaves Nogales, con especial referencia a Ortega y Gasset, y a la vista de los posicionamientos de ambos durante el periodo republicano, es un sugerente asunto a estudiar. Aunque me echo a temblar de qué puede salir de ese estudio si lo aborda un necio, un desaprensivo, un secuaz del aforismo leninista o, simplemente, alguien que proclame que ha traducido un artículo publicado en una cabecera que nunca llegó a plasmarlo negro sobre blanco... 

Es el tono de la época, mes amis, en la que hace tiempo que está instituido llegar al más espantoso sometimiento a resultas del empobrecimiento y del embrutecimiento implacable, metódico, brutal, al que están sometidos mis compatriotas y del que se encarga el Servicio nacional de Guardería -gestionado por el MEC y los mecs de las taifas 'autonómicas' -patético y suicida-, de la mano de sus colaboradores necesarios en el crimen de lesa patria al que vengo asistiendo en este espantoso 'másquecuarentañismo', los alguacilillos del  Power without responsibility – the prerogative of the harlot throughout the ages. 

(Y al que no le guste..., pues eso)


[196.2] "LA DERROTA DEL CONOCIMIENTO" (II) (O, MEJOR, AL SOMETIMIENTO POR EL EMBRUTECIMIENTO)

“ Una tropa,   igual que una institución hospitalaria,  r esultan inconcebibles  sin una estructura firmemente jerarquizada/organizada que l...