2015/12/29

[14] ¿SOLIDARIDAD...?

¿SOLIDARIDAD? ¿QUÉ MAYOR SOLIDARIDAD QUE NO SOMETER A
EXPOLIO FISCAL A NUESTROS CONVECINOS PARA QUE NO  PRECISEN LIMOSNA? 

Mientras asisto al pavoroso espectáculo que ofrece la vida pública, con sólo mi letra como arma, veo como proliferan los grupos e instituciones que tiene la “solidaridad” por objeto. Es otra de las inevitables secuelas de la muy comentada corrupción  de los últimos 40 años, aunque el hecho en sí no es novedoso: simplemente adopta la pátina distintiva del ahora.
Ante la realidad, que es la que es, trato de ser respetuoso con el espíritu de ese enjambre de organizaciones, sin juicio apriorístico alguno; simplemente pretendo sobrevolar y observar con cierta perspectiva tal hechoAportaré a ello lo que buenamente pueda, sin pretensión de inventar nada que no esté ya dicho sino de dar oportuna noticia de lo que crea venir al caso.

Permítaseme partir de un ejemplo. Voluntarios del Banco de Alimentos, apostados en la entrada de un supermercado, me invitaron a colaborar el último sábado del pasado noviembre. Tuve un sobrecogimiento imperceptible y decliné con una sonrisa bien forzada.
¿Egoísmo tan sólo?... No pude por menos que recordar las numerosas referencias contenidas a la “caridad” en El Antiguo Régimen y en una carta de la correspondencia mantenida entre Tocqueville y Gobineau, de 1843, en la que T. argumenta en torno al cristianismo denostado por G.
De la última extraigo los párrafos que siguen, tratando no ser prolijo con la cita. 
[...] El cristianismo me parece que hizo una revolución o, si lo prefiere mejor, un cambio muy considerable en las ideas relativas a los deberes y derechos, ideas que son, en definitiva, el objeto de cualquier ciencia moral.
... La moral de nuestros días, tal como la veo manifestarse..., en la charla incesante de nuestra locuaz sociedad..., la moral moderna, digo, ... no ha hecho más que desarrollar, ampliar las consecuencias de la moral del cristianismo sin cambiar los principios. ... Al haberse debilitado nuestras creencias religiosas y oscurecido la visión del otro mundo, la moral debe mostrarse más indulgente con las necesidades y los placeres materiales.
... Pero la innovación más notable de los modernos en la moral creo que consiste en el enorme desarrollo y el nuevo aspecto dados en nuestros días a dos ideas que el cristianismo ya había destacado no­tablemente, a saber: que todos los hombres tienen el mismo derecho a los bienes de este mundo y el deber de auxiliar, de los que más tienen, a los que tienen menos.
... Esta primera innovación ha traído otra: el cristianismo había hecho de la beneficencia o, como él la ha­bía llamado, de la caridad, una virtud privada. Hacemos de ella cada vez más un deber social, una obligación política, una virtud pública. El gran número de personas a socorrer, la variedad de necesidades a las que nos sentimos obligados a asistir, la desapa­rición de grandes individualidades, a las que se podía acudir para lograrlo, han hecho volver todas las miradas hacia los gobiernos. Se le ha impuesto una obligación estricta de reparar algunas des­igualdades, de acudir en ayuda de ciertas miserias, de prestar a todos los débiles, a todos los desdichados, un apoyo. Se ha esta­blecido así una especie de moral social y política que los Antiguos sólo conocían muy imperfectamente y que es una combinación de las ideas políticas de la Antigüedad y los conceptos morales del cristianismo [...]
Del AR, que contiene numerosas referencias al asunto considerado, anotaré, por ejemplo, que el deber de socorrer era una prescripción arraigada en el medievo:
“Si bien el señor poseía grandes derechos en la antigua sociedad feudal, también tenía grandes cargas. Le incumbía socorrer a los indigentes dentro de de sus dominios. Hallamos un último vestigio de esta vieja legislación europea en el código prusiano de 1795, en el que reza: « El señor debe velar para que los agricultores pobres reciban educación. Debe proporcionar, en la medida de lo posible, medios de vida a aquellos de sus vasallos que no tengan tierra alguna. Si algunos de ellos cayeran en la indigencia, está obligado a socorrerles»”.
De la caridad instituida practicada desde París se señala, aportando diversas pruebas, que
“Hemos de creer sin reticencias que una caridad practicada desde tan lejos resultaba ciega o caprichosa a menudo, y siempre muy insuficiente”.

En resumen, en tanto que virtud privada, la caridad se aplica al libre albedrío de cada cual; en cuanto “virtud pública”, instituida bajo el manto de la “solidaridad” por nombre, es preciso administrarla. Se abren así de par en par las puertas a posibles arbitrariedades y corruptelas: ¡nada más humano! ¿Qué propicia, sino, el sinnúmero de entidades rehenes y cautivas de los mandarines de las taifas regionales que sobreviven de la picaresca de la subvención si es que su propósito no es aún más perverso: el puro desvío de fondos? ¿Cómo no recordar algunos casos que me vienen a la memoria: PSV-UGT, EREs-Andalucía, o la corruptela asociada a los cursos de formación "impartidos por los sindicatos de clase"?
Si añadimos otro sinnúmero, el de prestaciones solidarias, ayudas, socorros etc. que administran los poderes públicos, resulta inevitable evocar que:
“Los tiranos mostraban su generosidad repartiendo un cuarto de trigo, un azumbre de vino, un sextercio; y entonces era penoso oírles gritar: ¡Viva el Rey! Los muy zafios no se daban cuenta de que no hacían sino recuperar una parte de lo suyo, ni de que el tirano no les podría haber dado eso mismo que recuperaban si antes no se lo hubiera quitado a ellos mismos

O sea, es claro como el agua clara que todo sujeto pasivo tributario ya practica una solidaridad forzada por el mero hecho de serlo, incluso en contra de sus propias convicciones –como pueda ser mi caso o el de tantos otros–. Solidaridad administrada de modo que todo tipo de recelo está más que justificado. Y sobre “el monstruoso punto de partida de que nuestros impuestos están establecidos –de facto– sobre la base de recaudar de quienes no pueden evitarlos y no de quienes más pueden aportar”, como anoté recientemente.
 Por ello me pregunto sin ningún ánimo de ofensa, sino por puro establecimiento de una entidad–idea política: ¿no será el Banco de Alimentos, y las muchas instituciones similares que han proliferado recientemente, el correlato de una caridad instituida: una forma de mendicidad formalizada/ instituida? [Por cierto, Cáritas queda aquí al margen porque es "otra cosa": es la propia institución eclesial en acción].
En todo caso en su demanda de colaboración acuden a quienes ya ineludiblemente colaboramos, tocando esa cuerda de la conciencia que vibra ante lo inaceptable de tanta estampa de necesidad a la que ha conducido la pandemia de corrupción y egoísmo que nos corroe. También debieran hacerse alguna pregunta al respecto y poner en cuestión su propia presencia, consecuencia del despilfarro de los que nos ahogan con sus cargas: a ellos toca rendir cuentas.
Todo esto he tratado de comentárselo al joven que acaba de llamar a mi puerta, un voluntario de solidariosinlimites.org, si no recuerdo mal. Ha esbozado un gesto adusto y con un "Bueno, ya me voy" ha dado por finalizado su llamamiento. Creo que lo suyo está más apegado a tierra que estos discursos teóricos míos.
Sólo pretendía resumir por qué declino afablemente tales invitaciones, aunque bien es cierto que con cierta intención. Acababa de pasear por un barrio del sur, de edificación reciente aunque impregnado de la grisura estética del socialismo real en muchas de sus viviendas. Miré el nombre de la calle: "Atraco a las 3". Estas cosas pueden suceder, y suceden. En Zaragoza al menos.

PS del 31Oct2020. Estos días este texto ha recibido una cierta afluencia de visitantes, de la que surge este añadido que ha pasado a encabezarlo:
 "¿Solidaridad? ¿Qué mayor solidaridad que no someter a expolio fiscal a nuestros convecinos, para que no precisen limosna?"

2015/12/25

[13] DE LA LECTURA

...
Ahora recuerdo, cuando la última hoja del calendario vuela hacia el reposo, que no presté atención a las enormes bandadas de estorninos que rasgaban los atardeceres, y las sombras que con ellos se cernían, al paso del otoño que atrás queda. ¿Dónde estaban sus dormideros?, ¿dónde hallaban resguardo?.
5 o 6 años atrás, las tres o cuatro píceas de vago recuerdo [¿o no eran píceas?] que emergían tras un paño de tapia mixta, con base de obra rematada en valla de forja, la cerca rasgada de una porción del seminario justo frente a un edificio esquinero, acogían en esos atardeceres su ruidosa algarabía acompañada de la inevitable huella de su alto. Entre lo uno y lo otro el dormidero acabó por dejar de serlo, y el paso por ahí no es sino otro tramo anodino más de acera.
Esas conversaciones ininteligibles de trinos que transcurren sobre nuestras cabezas, chácharas ociosas de sus huéspedes, estorninos, gorriones..., siempre me sorprenden.
ESTORNINOS AL ATARDECER. [Owen Humphreys]
¿Y las personas...? ¿acaso no tenemos algún parecido?... bandada alojada en las ramas del árbol del saber, a cuyo tronco poco caso hacemos y de cuyas raíces ignoramos casi todo, en incesante plática babeliana.
Especie curiosa esta autodenominada sapiens. Que aun sometida a casi todas las leyes que la biología ha prescrito para todas las demás, hace uso de un atributo singular: la capacidad de formularse preguntas, o de su correlato, la de leer [formulación del hecho distintivo que no pretende excluir otras posibles, acaso más elaboradas o referidas a cuestiones previas].
De ahí la importancia esencial de leer. Se han ofrecido mil y unas razones acerca de la importancia de tal hecho, pero yo destacaré la importancia radical del modo que tuve que poner en juego: el que me permitió aprehender [Tomar y asir las cosas, retenerlas, y traherlas à sí: lo que con propriedád se entiende de lo que el entendimiento concibe, piensa, imagína y retiéne con veheméncia. Dic. de  Autoridades, T1; 1726], apropiarme de los conceptos y formulaciones de la Física, bien áridos en ocasiones.
Más que lectura, escrutinio. Sustantivamente diferente al que se pone en juego en otros ámbitos, porque cada lectura ha de adecuarse al texto al que concierne. Otro elemento que determina el modo en el cada cual se forja... y se expresa.
Porque la Física hace uso de conceptos que, las más de las veces, se representan mediante magnitudes, elementos mesurables porque hay un acuerdo establecido al respecto. Los términos empleados tienen un significado inequívoco: no hay ni anfibologías ni polisemias que valgan. La confusión propia del lenguaje ordinario no tiene cabida en los categóricos enunciados de sus Leyes, expresadas en el lenguaje universal de las matemáticas, el único común a la especie. Eso no ocurre en los campos del saber humano propios de las gentes de letras ... "En estos versos, lo que el poeta quiso decir...", que oía en mis clases de Literatura; es decir, la incertidumbre de lo un tanto arbitrario.
Luego llega la comprensión de lo que subyace, lo implícito, la aprehensión de lo que la formal sobriedad del enunciado categórico alberga. Es lo que acaba de colmar el vaso del contenido, vaso que por lo general ha de ser abastecido por mano maestra: ahí está la esencia del magisterio, en el hecho de la transmisión. Y cuanto más eficiente sea el proceso, mejor que mejor.

No por ello faltan las proclamas de quienes propugnan el aprendizaje–"descubrimiento", o el aprendizaje–"juego", como genuinas vías de aprehender. No es sino el resultado de aquellos que practican sublimes juegos del espíritu, como pasatiempo, al no tener mayores problemas que resolver. En cuanto a descubrimientos, no es que carezca de sentido re–descubrir la Ley de Gravitación Universal, hace ya tiempo establecida, sino que además solo un genio singular es capaz de semejante prodigio. Entonces, ¿a qué perder el tiempo con sandeces?. Y en cuanto a juegos, jugando sólo se aprende a jugar, al igual que escribiendo se va aprendiendo poco a poco a escribir, o tropezando en la tierna infancia, a caminar erguido. Evidentemente en el puerto de Palos tales predicadores ni están ni se les espera: ¡que se embarquen otros en carabelas! Ellos ya conocen la receta de como adquirir un sólido conocimiento de la realidad del continente nuevo, que constituye en sí su propio y vasto saber. 

Pero retomemos el hilo. El saber acumulado lo es porque está escrito y así es como podemos disponer de él [la escritura, y su extensión a la imprenta, herramientas que nos permitieron acumular saber de modo industrial cuando las capacidades de la memoria, como soporte de almacenamiento, estaban más que excedidas].
Lo es porque, en nuestra búsqueda de respuestas a las preguntas que nos hacemos, en ese ser personas que nos distingue como especie, podemos leer. Importancia esencial, rotunda y radical que quiero que quede clara.
SALA DE LECTURA. BIBLIOTECA CENTRAL, NY. 
Y si bien todo el saber está escrito no todo lo que está escrito merece la consideración de saber, ¡de cajón! Gran número de estupideces se conservan desde que hay libros, y enorme el número de cosas inteligentes, y definitivas, escritas en ellos. "Pero es en los autores más clásicos, y a quienes menos se acude, donde hay que ir a encontrarlas...", nos dijo JF Revel.
Ciertamente es inherente a la condición de persona el hacerse preguntas, pero no todas contribuyen del mismo modo a su conformación como tal. Además son comunes ciertas confusiones: entre sabiduría y conocimiento, entre conocimiento e información, y, en fin, entre información y adoctrinamiento. La gama de matices aquí también es inagotable. 
Por eso abunda el mirar sin ver, el oír sin escuchar, el pasear miradas por páginas repletas de hileras e hileras de garabatos, sin verdaderamente leer. Lástima. 
Ahora bien, no es cuestión de afligirse: la lectura es uno de los mejores burladeros que conozco para resguardarse de las embestidas de la cruda realidad. ¡Como para desdeñarlo! En estos momentos menos que nunca, claro.
NOTA. Artículo disponible en [13]_DE_LA_LECTURA...

2015/12/22

[12] LA ECUACIÓN SINIESTRA*

[12] LA ECUACIÓN SINIESTRA*: Empobrecimiento + Embrutecimiento = Sometimiento
[es decir, PSOE&Podemos&Hez de la hez...] 

Es mi ecuación, la ecuación siniestra, formulación en la que sintetizo y cierro lo apuntado en Corrupción e impuestos,1, y 2; las Espirales...
Sé de lo quimérico de La Libertad. No obstante, más allá de las formulaciones filosófico–poéticas del concepto, la libertad viene asociada al campo de las posibilidades de obrar en todos los planos en los que se materializa la vida de la persona. Y a un sentimiento: No me pidan analizar este amor sublime [por la libertad], hay que sentirlo. ... Hemos de renunciar a hacérselo comprender a los espíritus mediocres que jamás lo han sentido”; [Tocqueville; El Antiguo Régimen y la Revolución].
Por ello la enorme cantidad de liberticidas de todo tipo y pelaje que nos circundan.
UN LIBERTICIDA DE MANUAL, PEPE BORREL. AL CHICO, QUE NADA EN LA OPULENCIA,
LE GUSTA APRETAR EL NUDO DE LA CORBATA FISCAL. ¡VETE AL DIABLO, LACAYO!

Pero el soporte no es otro que ese agente llamado ser humano: todo tiene razón de ser en él. Y su esencia es la que es.
Cuando llegó el ejercicio incipiente de la libertad política también se alumbraron ansias de igualdad, acompañadas de inmediato por intensos anhelos de bienestar; la concurrencia era tan inevitable como la doble faz de una moneda: “... La apetencia de bienestar conforma el rasgo sobresaliente e indeleble de las épocas democráticas.” [Tocqueville; La Democracia en América].
Añádase lo que sigue: "Conservarse, desarrollarse, es la aspiración general de todos las personas,… Pero es otra la disposición que también les es tan común. Es vivir y desarrollarse, cuando pueden, a expensas unas de otras. … Esta disposición funesta nace en la propia naturaleza del hombre, de este sentimiento primitivo, universal e invencible, que lo empuja hacia el bienestar y le hace huir del dolor.”[F. Bastiat; La Loi], y tendremos un acercamiento a la esencia referida.
Si además las conductas caen, por lo general, en un egoísmo incomprensible, por inconsistente, al perder de vista la absoluta dependencia que mantenemos respecto de nuestros congéneres, el cuadro estará algo mejor perfilado. 

En tal sistema de referencias considero que el ejercicio de la libertad no es sino el cotidiano desenvolvimiento en el seno de un complejo y tupido juego de límites, de manera que una aproximación a estos nos daría, sensu contrario, una primera apreciación de la calidad de aquel.
Calidad mínima aquí entre nosotros. Porque quienes han venido ejerciendo el gobierno de la sociedad han dado buena prueba del canon de Bastiat, aderezado con exceso de codicia y vanidad; absoluta irresponsabilidad la mayor de las veces y escasos o nulos escrúpulos para actuar únicamente en beneficio propio. Así es como se ha forjado la circunstancia que la ecuación siniestra creo que condensa a la perfección. Y no hay que ser un prodigio de sagacidad para vislumbrar la que ello conlleva.

Vengo de muy atrás. Soy consciente de qué ha costado a mis congéneres, y a mis compatriotas en otro plano, que pueda verme aquí como me veo; que podamos vernos aquí como nos vemos. De cuánto he recibido y cuánto adeudo; de cuánto se me esquilma y de cómo se fragua la ruina de una sociedad que se pretende perdure sobre el basal de la irresponsabilidad y del embrutecimiento. Creo, legítimamente, poder afirmar: "sé de qué hablo".
“... es el pueblo el que se subyuga,... el que pudiendo elegir entre ser siervo o ser libre... se unce al yugo,...”, [De la Boëtie; Discurso de la servidumbre voluntaria]. Y es que el pueblo allana los caminos a quienes le huellan, al preferir la comodidad en la servidumbre a la incertidumbre en la libertad.
Por todo eso me rebelo. Muy modestamente; sin más pertrechos que mi saber y mi palabra. Aún a riesgo de equivocarme.

*Aunque en OCT 2014 publiqué un texto con ese mismo título, La ecuación siniestra, este difiere de aquel y sirve de colofón a las dos Espirales... precedentes.
Vaya por Teresa González Cortés, escritora, profesora, filósofa honesta e infatigable luchadora por la causa de la libertad; que su empeño tenga el reconocimiento y la recompensa que merece. 

2015/12/20

[11_REV] LA ESPIRAL LIBERTICIDA: ESCUELA Y PRENSA.

LA INCONSCIENCIA COLECTIVA CONDUCE A LA CATÁSTROFE [2º apunte revisado]


La tesis que comento en lo que sigue es que la falta de instrucción favorece el desarrollo de la corrupción –el tumor que corroe a la Nación, a la que ha sumido de nuevo en estado crítico– y que esa instrucción se pone a disposición del cuerpo social, “al por mayor” por entendernos, por dos vías que se complementan: la escuela y la prensa [en todo caso el cuadro debiera ser elaborado con más sosiego, método y calado, me contento con ofrecer estos trazos].
París. Estatua de la Libertad
Opino que en el instante último en el que las personas deciden, optan por una u otra alternativa, su libertad es prácticamente toda. Quiero decir con esto que en la mayor parte de las situaciones ordinarias las decisiones no se toman en función de la coacción manifiesta de un agente externo, sino que son las propias circunstancias del individuo, y su conformación como tal, las que las inducen. O dicho de otra manera: es el bagaje con el que cada uno deambula aquello que determina, las más de las veces, sus conductas.

Pero el bagaje no es algo hermético; ni tan siquiera cerrado. Ni viene predeterminado inequívocamente desde la cuna. En su conformación, en el modo liberal de organizar la convivencia propio del occidente en el que nos desenvolvemos, los individuos disponemos de un margen de libertad relativamente amplio: no son escasos los recursos que se ofrecen a nuestro alcance. Y lo sabio es adquirir aquello que nos ayuda a conocer, a sabiendas de lo que ello conlleva de esfuerzo, de trabajo y de dedicación. ¿Cómo, si no, hemos llegado desde Atapuerca hasta aquí?


La escuela es la herramienta de preparación de las generaciones que renuevan el paisaje humano. La LOGSE lo que supuso, en su espíritu y en su práctica –que prosigue porque ahí está–, no fue sino la trivialización e infantilización de la preparación; la conformación de sujetos pasivos e irresponsables a todo lo largo del tramo decisivo que supone la enseñanza secundaria .
Jean F. Revel dejo definitivamente sentada la responsabilidad de sus profesores:
«son ellos quienes transmiten el conocimiento, o lo que ocupa su lugar, quienes moldean la cultura en su raíz y tienen en su mano la llave que abre a cada generación el acceso a una representación del universo,…
... son, tal vez, los más influyentes en la visión del mundo de una sociedad: los maestros de segundo grado que forman a los niños y a los adolescentes desde los 10 a los 18 años» [*].

En esa etapa decisiva la apelación al esfuerzo y al trabajo se elude de modo sistemático, por obstáculo y grave impedimento al dolce far niente. Sería bueno analizar la influencia de esa persistente lluvia fina, de procedencia católica [no cristiana, ojo, pues en el ámbito protestante el enfoque es sustancialmente diferente] que de siglos impregna muchas conciencias: “ganarás en pan con el sudor de tu frente”; ¿cómo sostener, en rigor, que el trabajo resulta castigo divino...?
Aceptarlo es ir en contra de la evidencia. El esfuerzo de quienes nos precedieron –de cuyas aportaciones al saber somos beneficiarios– y de nuestros contemporáneos –que hacen posible su sostenimiento–, es precisamente el manantial de aquello de lo que disponemos, en particular del bienestar material del que disfrutamos.

Presentarlo como maná inagotable, caído del cielo y como derivado de la naturaleza de las cosas, es algo que, de nuevo, carece de la mínima consistencia: lo evidencia lo alejado que se halla tal bienestar de ser universalmente disfrutado. Y proseguir por esos vericuetos supone podar las raíces del árbol que nos alberga; socavar las bases de los cimientos que nos sostienen.

En resumen, cuanto menos formación se ofrece y requiere de quienes nos han de relevar, cuanto más se les embrutece banalizando la responsabilidad, estableciendo ridículos umbrales de exigencia y fomentando unas tan estériles como estúpidas conductas hedonistas, como si aquello de lo que disponemos surgiera de la naturaleza de las cosas, menor resulta su capacidad de elección en lo que requiere un razonamiento elaborado, más exiguos sus campos de análisis, de valoración y de expectativas, mayores las limitaciones a las que se les aboca; mayor sometimiento latente o explícito.


La prensa, los medios, aquello que en algún momento tuvo un valor de contrapeso en cuanto “cuarto poder”, ha renunciado a ser la continuidad de la escuela como recurso de formación permanente de adultos mediante la forja de opinión recta.

Sólo la lleva a cabo de manera tan intermitente como excepcional y, en general, no deja de ser un mero soporte publicitario devenido casi siempre herramienta de adoctrinamiento para el sometimiento.

Vendedores de ruido, en muchos casos; porque se trata precisamente de eso, de generar el ruido que distrae la mirada a lo que verdaderamente mina ese árbol del que hablé. El reciente “debate”, lance de reminiscencias goyescas, nos acaba de ofrecer otra evidencia al reponer en el centro de la escena a un “moderador”, el Sr. Campo Vidal, fundamentalmente empresario de la comunicación; es lo que creo aunque pueda estar equivocado. El aforismo del “Ladran, Sancho, señal de que cabalgamos” hecho vida otra vez: pura publicidad para él. Y a buen seguro que actuación bien retribuida, para mayor vilipendio del respetable contribuyente; el negocio no pudo ser más pingüe. Posiblemente otro caso de trasvase poco acertado de recursos.


Pero no focalicemos la atención en una vieja gloria del periodismo, sino en los más, en la media, en la sede de la mediocridad [MEDIOCRE. adj. de una term. Lo mismo que Mediano. Es voz Latina Mediocris. Diccionario de Autoridades , Tomo IV, 1734]. Porque los trazos generales con los que pinto la institución afecta a un colectivo de profesionales totalmente heterogéneo; no podría resultar de otra forma. Por eso el juicio ha de matizarse: entre ellos las diferencias son también de calado. Pero como en toda distribución “natural” lo que más abunda es la mediocridad que refiero.
Y en otro mísero proceso de retroalimetación resulta bastante evidente el señalar que muchos de estos profesionales –criaturas amantadas en las ubres de la Logse de mano de “maestros” que en lugar de instruir para la libertad han insistido y persistido en el adoctrinamiento para el sometimiento–  están tan próximos al tono amarillo que no me merecen la consideración de “periodistas” en su más noble sentido.
O se instruye, o se entretiene, o se da fiel imagen de la realidad con rectitud; si no, lo que se ofrece resulta mero chismorreo que adormece para el sometimiento y la actividad se torna lamentable. El “Poder sin responsabilidad” que Stanley Baldwin espetó a los magnates de la prensa londinense Lords Beaverbrook y Rothermere, allá por 1931, cuando la cosa era aún mucho más “artesanal”; mucho más limpia por lo limitado del impacto de ese 4º poder.

Acabo este apunte.

"... es astucia de tiranos embrutecer a sus súbditos”, constató el aquitano Etienne de la Boëtie en el XVI.

"... aunque los españoles tienen ingenio, capacidad y medios suficientes para restaurar su país, no lograrán hacerlo; y aunque enteramente capaces de salvar su Estado, no lo salvarán porque les falta voluntad de hacerlo", dijo de nosotros el veneciano Foscarini, el último embajador de la República de Venecia, en la corte de Madrid, antes de que llegara el alba de la “modernidad” del XIX .

Es lo que hay; o a mi me lo parece. Como poco.


[*] Jean-François Revel. El Conocimiento inútil. Austral, (6ª ed.) 2007. p. 373. El párrafo lo reproduzco en su literalidad. Todo el capítulo del que se cita, La traición de los Profes, merece ser destacado por la certeza y rigor de sus apreciaciones acerca de la instrucción de nuestros jóvenes.

2015/12/18

[11] LA ESPIRAL LIBERTICIDA: ESCUELA Y PRENSA.

 [11] LA ESPIRAL LIBERTICIDA: ESCUELA Y PRENSA.

LA INCONSCIENCIA COLECTIVA CONDUCE A LA CATÁSTROFE [2º apunte]
Hice referencia a la tolerancia del cuerpo social, que elude la genuina ciudadanía, la conducta responsable en la plaza pública, como factor coadyuvante, determinante acaso, en la expansión del tumor de la corrupción que ataca a la Nación. Decir que la Nación va camino de caer de nuevo en estado crítico a no mucho tardar no parece nada original. Yo mismo hice mención a ello, lo digo sin aspaviento alguno, en ¿Crisis? Crisis no, agonía, lectura de uno de mis primeros intentos de expresar de forma aseada lo que pensaba, a la que remito al lector interesado en conocer su contenido. 
Para concluir este apunte el cuadro debiera ser elaborado con más sosiego, método y calado, paso a comentar brevemente algunos rasgos del aspecto referido.
Estatua de la libertad a orillas del Sena
Soy de la opinión de que en el instante último en el que las personas adoptan una u otra decisión, su libertad es prácticamente toda. Quiero decir con esto que en la mayor parte de las situaciones ordinarias las decisiones no se toman en función de la coacción manifiesta de un agente externo, sino que son las propias circunstancias del individuo, y su conformación como tal, las que las inducen. O dicho de otra manera: es el bagaje con el que cada uno deambula aquello que determina, las más de las veces, sus conductas.
Pero el bagaje no es algo hermético; ni tan siquiera cerrado. Ni viene predeterminado inequívocamente desde la cuna. En su conformación, en el modo liberal de organizar la convivencia propio del occidente en el que nos desenvolvemos, los individuos disponemos de un margen de libertad relativamente amplio: no son escasos los recursos que se ofrecen a nuestro alcance. Y lo sabio es adquirir aquello que nos ayuda a conocerLa escuela y la prensa son dos de esos recursos.

La primera es la herramienta de preparación de las generaciones que renuevan el paisaje humano. Si esta preparación se trivializa, se infantiliza, se ofrece como obstáculo y grave impedimento al dolce far niente, o se presenta como maná inagotable y caído del cielo, en contra de lo que ha supuesto y supone de esfuerzo de  quienes nos precedieron –de cuyas aportaciones al saber somos beneficiarios– y de nuestros contemporáneos –que hacen posible su sostenimiento–, estamos podando las raíces del árbol que nos alberga; socavando las bases de los cimientos que nos sostienen.
Cuanto menos formación se ofrece y requiere de quienes nos han de relevar, cuanto más se les embrutece banalizando la responsabilidad, estableciendo ridículos umbrales de exigencia y fomentando unas tan estériles como estúpidas conductas hedonistas, como si aquello de lo que disponemos surgiera de la naturaleza de las cosas, menor resulta su capacidad de elección en lo que requiere un razonamiento elaborado, más exiguos sus campos de análisis, de valoración y de expectativas, mayores las limitaciones a las que se les aboca; mayor sometimiento latente o explícito.
[He de referirme algún día con algo más de extensión a la "escuela", institución que representa de modo ejemplar, a mi modo de ver, la esencia cooperativa de la especie.]

La segunda, los medios, aquello que en algún momento tuvo un valor de contrapeso en cuanto “cuarto poder”, ha renunciado a ser la continuidad de la escuela como recurso de formación permanente de adultos mediante la forja de opinión recta.
Sólo la lleva a cabo de manera tan intermitente como excepcional y, en general, no deja de ser un mero soporte publicitario devenido casi siempre herramienta de adoctrinamiento para el sometimiento.
Vendedores de ruido, en muchos casos; porque se trata precisamente de eso, de generar el ruido que distrae la mirada a lo que verdaderamente mina ese árbol del que hablé. El reciente “debate”, lance de reminiscencias goyescas, nos acaba de ofrecer otra evidencia al reponer en el centro de la escena a un “moderador”, el Sr. Campo Vidal, fundamentalmente empresario de la comunicación; es lo que creo aunque pueda estar equivocado. El aforismo del “Ladran, Sancho, señal de que cabalgamos” hecho vida otra vez: pura publicidad para él. Y a buen seguro que actuación bien retribuida, para mayor vilipendio del respetable contribuyente; el negocio no pudo ser más pingüe. Posiblemente otro caso de trasvase poco acertado de recursos.

Y quede bien claro que los trazos generales con los que pinto la institución afecta a un colectivo de profesionales totalmente heterogéneo; no podría resultar de otra forma. Por eso el juicio ha de matizarse: entre ellos las diferencias son también de calado. Pero como en toda distribución “natural” lo que más abunda es la mediocridad, lo que está en medio [MEDIOCRE. adj. de una term. Lo mismo que Mediano. Es voz Latina Mediocris. Diccionario de Autoridades , Tomo IV, 1734].
Son bastantes los que no me merecen la consideración de “periodistas” en su más noble sentido, porque, a mi juicio, o se instruye o se entretiene o se da fiel imagen de la realidad; todo ello con rectitud. Cuando lo que se ofrece está más cerca del chismorreo que adormece para el sometimiento, la actividad se torna lamentable. “Poder sin responsabilidad” que Stanley Baldwin espetó a los magnates de la prensa londinense Lords Beaverbrook y Rothermere, allá por 1931, cuando la cosa era aún mucho más “artesanal”; mucho más limpia por lo limitado del impacto de ese 4º poder.

Acabo este apunte. "... aunque los españoles tienen ingenio, capacidad y medios suficientes para restaurar su país, no lograrán hacerlo; y aunque enteramente capaces de salvar su Estado, no lo salvarán porque les falta voluntad de hacerlo", dijo de nosotros el veneciano Foscarini, el último embajador de la República de Venecia, en la corte de Madrid, antes de que llegara el alba de la “modernidad” del XIX .
"... es astucia de tiranos embrutecer a sus súbditos”, constató el aquitano Etienne de la Boëtie en el XVI.
Es lo que hay; o a mi me lo parece. Como poco.

2015/12/11

[08] GARICANO: LA DERROTA DE UN "CIUDADANO"

[08] GARICANO: LA DERROTA DE UN "CIUDADANO"

D. LUIS, ¿QUÉ FUE DE AQUEL ESTANDARTE...?
D. Luis Garicano ha cambiado de derrota. Ha tenido, y supongo que aún, las páginas de "El País" a su disposición para dar cuenta de ello [trato de eludir las verdades absolutas y deambulo por la senda de la incertidumbre, en un cierto limbo informativo, que los medios andan un tanto agitados].
LUIS GARICANO. EN POLÍTICA, UN TIPO SÓRDIDO.
Hace tiempo ya, en No queremos volver a la España de los 50 [El País, 01/06/2012], D. Luis, junto a los ilustres profesores D. Jesús Fdez. Villaverde y D. Tano Santos, suscribía lo necesario de abordar una serie de iniciativas políticas y económicas. Y “Para ello necesitamos urgentemente un nuevo Gobierno con apoyo de todos los partidos mayoritarios y de nuestros expresidentes, compuesto por políticos competentes y técnicos intachables con amplios conocimientos en su cartera”. Es decir, apenas 6 meses después de la constitución del gobierno Rajoy de nuestras desdichas, como en una carta a los magos de oriente, demandaban un gobierno de coalición [acaso de concentración, o quizás de salvación nacional, aunque no lo llamaran así] de corte tecnocrático, que se decía en mi época.
La propuesta, coincidente en el tiempo con alguna proclama en igual sentido del por entonces comisario europeo D. J. Almunia, la consideré sorprendente como poco. Opino que iniciativas así debieran establecerse antes de acudir a las urnas, no unos cuantos meses después; a no ser que hechos sobrevenidos aboquen indefectiblemente a ello.
Sólo D. J. F. Villaverde tuvo la deferencia de responder a las consideraciones que hice llegar a sus autores. Y si bien sus argumentos no me parecieron consistentes justo es reconocer su recto proceder, aunque ni lo uno ni lo otro es aquí sustantivo. Por otra parte a D. Luis le asiste todo derecho a perseverar en sus nada profesorales silencios, aunque a mis oídos chirríen; máxime el referido a los reparos que le opuse a su Son las matemáticas, estúpido [El País, 12/11/2012], directamente relacionados con la que fue mi profesión*.

D. Luis Garicano ha cambiado de derrota. Y su navegación le ha llevado a ser lo que también en mi época se denominaba “poder fáctico fácilmente reconocible” en la fuerza emergente de los “Ciudadanos” de Rivera.
También es muy libre de ser tenaz en su persecución del protagonismo político ¡faltaría más!, máxime si la proa de su bajel se empeña en hacer de D. Inmanuel Kant un "reputado jurista", o algo así. Porque es claro como la luz del día que el chico Rivera [del que otro Albert, Boadella, explica en Adiós Cataluña como llegó a la secretaría tras una asamblea congresual... con colofón de aurora boreal] necesita técnicos intachables con amplios conocimientos en sus áreas de trabajo como agua de mayo.
Pero a D. Luis no le puede escapar que “CD's es playa de desembarco de piratas de todo tipo y pelaje, ya maleados en la política de más baja estofa, o bien de personas con muy escaso bagaje como para hacer política con unos mínimos de calidad”; apreciación obvia en este exiguo ámbito en el que transcurre mi cotidianeidad, y comentario que le hice llegar al también silente D. Javier Nart, el pasado mes de enero, tras su paso por Logroño.
Son ocasiones en la que no faltan pasajeros dispuestos a subir a un autobús que no volverán a ver pasar: ya lo viví tras el 82; nada nuevo... ¡y todo tan humano! Pero cuidado: entonces salían al alba, camino de la mañana mientras que estos salen en el atardecer de otoño avanzado, y su ruta conduce desde hace un buen trecho hacia el despeñadero de las nieblas del sometimiento cesarista.
  
Me espeluzna que unos bachilleres muy mediocres LOGSE [la traslación del principio de irresponsabilidad que consagra el 56.3 al ámbito de la formación, es decir a la forja del futuro de la nación, aplicado por el infausto tándem González&Maravall], capaces de hacer de Kant un "prestigioso jurista" o atribuir a Sir Isaac Newton la paternidad de la "Teoría de la Relatividad", se vayan a encaramar a órganos tan sensible del Estado como es el Parlamento de la Nación y su propio Gobierno, y lo inminente de tal desaguisado, que será hecho sobrevenido, me lleva a preguntarle de manera nada retórica: D. Luis, ¿qué fue de aquel estandarte...?
Porque a lo mejor ahora ya no nos queda otra que ponernos a ello: es de todo punto suicida poner el autobús en manos de quienes no han pasado por la autoescuela, pese a que entre el pasaje haya quien se crea muy capaz de poder tomar el volante; es la sempiterna historia de los aprendices de brujo: cabe poner en duda que los boy scouts que llenan el autobús vayan a respetar a los monitores. Tampoco lo hacían muchos de ellos, en su época de instituto y botellón, con quienes genuinos profesores tratábamos de forjar auténticos ciudadanos: fue siempre, y sigue siendo, lo fundamental de mi pretensión.
Ya dirá, D. Luis.
* Las objeciones comentadas están a disposición de quien que las desee conocer.

2015/12/08

[07] STEVEN SPIELBERG; "EL PUENTE DE LOS ESPÍAS": ALGO MÁS QUE CINE...

[06] STEVEN SPIELBERG Y EL PUENTE DE LA HISTORIA...

Steven Spielberg no hace cine; no hace sólo cine en cuanto entretenimiento, quiero decir.
Su última película, El puente de los espías, cuyo reciente estreno se ha visto acompañado de una publicidad “americana”, excesiva a mi parecer, es otra muestra más.
El puente... ofrece cine, relato de la historia, radical contraste de sistemas y de códigos de conducta... y firme apología del hecho esencial que sostiene la nación americana: el respeto a unas reglas, a unos principios que permiten a un irlandés –el protagonista–, o a un alemán –el agente de la CIA que le acomete de entrada– de procedencia, ser ciudadanos de pleno derecho. Y en la escuela es donde se forja ese sentimiento ciudadano, donde se pretende arraigue de modo firme ...
No voy a elogiar la factura técnica de la película –soberbia, como el doblaje– porque ni me corresponde ni resulta preciso. Simplemente vuelvo al elogio de un director al que ya rendí mi pequeño homenaje en Sr. Spielberg: algo le adeudo.
 Tampoco vengo a determinar los propósitos del filme en clave de sociedad americana de aquí y ahora: esos latigazos al desconocimiento, alejamiento de conveniencia, conductas dubitativas, o en franco descuerdo en la ocasión ante el hecho esencial señalado, no pueden resultar tan sólo lanzadas de mera circunstancia... Conductas que manifiestan gentes anónimas, para quienes el papel del Donovan en la acusación de Nuremberg cayó en el olvido, o algunos servidores públicos que con más firmeza debieran enarbolarlos –el juez, el agente de la CIA o el agente de policía que debe proteger su vivienda, objetivo del terror pistolero...–, amen de personas de su entorno más cercano.
Lo que vengo a decir es que, para esta “escuadra invencible” que es Europa, árbol al que poco a poco se le van podando sus raíces y que ante una embestida un poco firme acabará por sucumbir otra vez más, “El puente...” es más que una simple película.
UN  FOTOGRAMA DE "EL PUENTE..."
Lección de historia: la vergüenza de una época de guerra fría, del episodio de la edificación del muro de la vergüenza y del alumbramiento de una "nación" inexistente, la enfática República "Democrática" Alemana, criatura de ese sanguinario lucifer de la política llamado Stalin que concitó tan abyecta como cuantiosa adhesión de muchos pretendidos "intelectuales" occidentales, liberticidas evidentes. Contraste de sistemas, lección de ética de conductas honestas; apología firme de la defensa de unos principios/reglas esenciales y de un modo de convivencia que se nos agrieta a ojos vistas. Porque el eterno conflicto entre barbarie y civilización, entre libertad y sometimiento, prosigue entre nosotros a toda vela, como bien estamos viendo y traté de destacar en La-agonia-de-francia.
Conflicto que muchos europeos, ebrios de bienestar y saciados de ignorancia, no parecen percibir: el cine les ofrece una gran oportunidad de conocer y, acaso, aprender. Ello justifica de por sí la campaña de publicidad desplegada...; para que la lección del maestro Spielberg no caiga en saco roto.
Porque entiendo que la firmeza en la defensa de esos principios esenciales es la virtud a la que el cineasta hace constante elogio en su trabajo. Basal sobre el que se construye todo el edificio de la convivencia respetuosa en el que a mí me gusta morar y del que conozco muy bien su procedencia.
Sin olvidar otra enseñanza nada baladí: que la política es demasiado importante como para confiarla exclusivamente en manos de gobiernos.
Gracias de nuevo Steven; tus lecciones siempre son muy oportunas.

[223] SUMA CHAVES NOGALES (EN CON VOZ QUEDA). III.

  Estimado lector. Prosigo la enumeración de las entradas en las que comento, o aporto detalles novedosos, en relación con la persona y con ...