[06] 6D. ¿QUÉ CELEBRA LA CANALLA? CONSTITUCIÓN Y ANTIGUO RÉGIMEN

[06] 6D. ¿QUÉ CELEBRA LA CANALLA? CONSTITUCIÓN Y ANTIGUO RÉGIMEN 

D. Felipe, hágame caso...  No es ni complicado ni heroico, créame.

Tengo 62 años, edad óptima para ejercer la libertad, aunque lo sean todas. Testigo directo y muy modesto protagonista de los vértigos de la “Transición” cuando allá por 1974 creí pertenecer a un partido clandestino –influjo de mi abuelo en su exilio de Montauban, allí donde yace Azaña– , que no solo era tolerado sino que estaba financiado por la socialdemocracia alemana.

Se trataba de que los comunistas no tomaran las riendas de la iniciativa política, como acababa de ocurrir en Portugal, en momentos en los que la “guerra fría” estuvo a punto de fundir el frágil equilibrio que pivotaba sobre la vergüenza del muro de la vergüenza. En esa posguerra de casi culminada reconstrucción alemana, su socialdemocarcia y su democracia cristiana bávara, partidos fuertes de entonces, andaban de la mano del Departamento de Estado USA. Quien quiera conocer un poco más de esta circunstancia puede ojear Soberanos e Intervenidos,..., del profesor Joan Garcés, en SXXI Ed.; el cap. que lleva por título “El posfranquismo y la guerra fría” es indispensable.

A. Gª. TREVIJANO, FINÍSMO JURISTA, CAPTÓ EL CAMBALACHE. 

A los españoles nos transicionaron. La gente cree que esta palabra encierra una especie de jauja beatífica, o yo que se qué..., pero no. Es una metamorfosis, como una degeneración en positivo, de traicionaron. Lo evidencia el paso de la historia, auténtica prueba de calidad de episodio o epopeya histórica que se precie.

He visto en estos 40 años transcurridos, igual que Uds., cómo se ha diluido una ilusión colectiva bajo el peso de nuestra propia inconsistencia como nación. Cómo hemos dilapidado una oportunidad como nunca se nos volverá a presentar para enderezar nuestra derrota en las aguas de la historia. ¿Cuándo se volverán a concitar entrega de todo un pueblo, cálido recibimiento en instituciones supranacionales y los vientos de la economía soplando a favor durante un buen puñado de años?

Cómo un aventurero de la política, irresponsable y carente de la mínima formación para lo que tenía que encabezar, Suarez, a la par que los asesinos de la mafia etarra, llevó a España al abismo del golpe de Estado, de cuyos entresijos ha dado cumplida y definitiva cuenta Jesús Palacios en el 23-F, el Rey y su secreto, Libros Libres, Ed., del que aún queda algún ejemplar a la venta... Y los aventureros prosiguen; en sus taifas ya ni les cuento.

Nuestra Constitución, piedra maestra del edificio legal sobre el que se sustenta la convivencia, nació agusanada. Diré por qué. Otra vez. En Otros mundos, "antología" de artículos escritos por Gabriel Albiac editada en ¡2002!, Páginas de Espuma Ed., ya pude leerlo de mano bien docta: "¿Ciudadanos o súbditos?", titulaba su entrega.

El lenguaje matemático es inequívoco y por eso universalmente aceptado: el único conseguido por la especie. Si un conjunto matemático se define porque todos sus elementos satisfacen una determinada propiedad, y un elemento “x” no la satisface, la consecuencia respecto de “x” es inmediata e indiscutible: "x" no pertenece al conjunto.

Si esta lógica inapelable se aplica a los art. 14 y 56.3 de nuestra Constitución, la consecuencia es la que es: no hay vuelta de hoja. Pero como políticamente no hay por donde encajarla prosigamos con otras derivadas.

El 56.3 no es sino un ancla que nos mantiene varados en pleno Antiguo Régimen. Esto dice la « 1ère Constitution française du 3 septembre 1791 », que consagra el fuero absoluto –y sacral- del rey...

Chapitre II. De la Royauté, de la régence et des ministres

Section première. De la Royauté et du roi

Article 1.- La Royauté est ...

Article 2.- La personne du roi est inviolable et sacrée; son seul titre est Roi des Français...

¿A qué conduce un principio de irresponsabilidad consagrada –aunque no sea de origen sacral– más allá de las funciones propias de la Jefatura del Estado? ¿En qué cabeza cabe conferir irresponsabilidad [DRAE: 3. f. Der. Impunidad que resulta de no residenciar a quienes son responsables] al cabeza de cualquier empresa en sus estatutos si no es para salvaguardar las fechorías de los consejeros, aún a costa de la ruina de la propia empresa ? ¿Y no es la Nación Española sino la primera –y principal– empresa de la nación?

No nos transicionaron, nos traicionaron. Porque esa exención de responsabilidad iba más allá de su alcance nominal: era el acogimiento a sagrado de toda la canalla que ha desfilado por la retablo de la política en la grosera escenificación de bipartidismo imperfecto con la que se nos ha obsequiado a los españoles.

Canalla que retoza plácidamente en la inversión de papeles que supone el hecho de que lo importante no es quien paga impuestos, sino el político votado por la plebe. Marco absolutamente galdosiano, de quien tomo estas líneas:

“Los dos partidos que se han concordado para turnarse pacíficamente en el Poder son dos manadas de hombres que no aspiran más que a pastar en el presupuesto. Carecen de ideales, ningún fin elevado los mueve; no mejorarán en lo más mínimo las condiciones de vida de esta infeliz raza, pobrísima y analfabeta. Pasarán unos tras otros dejando todo como hoy se halla, y llevarán a España a un estado de consunción que, de fijo, ha de acabar en muerte. No acometerán ni el problema religioso, ni el económico, ni el educativo; no harán más que burocracia pura, caciquismo, estéril trabajo de recomendaciones, favores a los amigotes, legislar sin ninguna eficacia práctica, y adelante con los farolitos…
Han de pasar años, tal vez lustros, antes de que este Régimen, atacado de tuberculosis ética, sea sustituido por otro que traiga nueva sangre y nuevos focos de lumbre mental” Tendremos que esperar como mínimo 100 años más para que en este tiempo “si hay mucha suerte” nazcan personas más sabias y menos chorizos de los que tenemos actualmente… ¡pobres españoles! lo que nos costará recuperar lo perdido". (La fe nacional, Discurso pronunciado por Galdós en el Banquete de la colonia canaria en Madrid el 9 de diciembre de 1900).

Bien, ahora que el gusano se ha convertido en monstruo que acecha para devorarnos, vosotros, la canalla, decidme: ¿Qué diantres celebráis el 6D?...

D. Felipe, con tanto respeto como firmeza le digo que yo en su lugar daría un paso. Urge. Antes de que el decorado del retablo maravilloso se venga abajo con estrépito: los ruidos de sus agrietamientos ya me atronan. Porque no hay pedestal erguido sobre la piedra maestra de la irresponsabilidad que se soporte por mucho tiempo – tiempo histórico–; es claro como el agua.

Ordene al parlamento con voz bien clara y nítida, nada de susurro quedo, algo así como: “Disponed de manera inmediata el cambio del 56.3, de modo que el alcance de esa prerrogativa real se ciña exclusivamente a las funciones inherentes a la Jefatura del Estado”.

No es ni complicado ni heroico, créame; ni extemporáneo: todo lo contrario. Se acabaría la contradicción con el 14, la impunidad de la canalla, el estar varados en las arenas del Antiguo Régimen... ¡Y colmaría mi anhelo de ser ciudadano: se me está haciendo excesivamente larga la espera! [ciudadano en ejercicio, no de impostura al uso]. Para empezar no está nada mal. 

A ver si tienen coraje. Luego ya resucitaremos a Montesquieu... Y quizás hasta tengamos alguna explicación de quienes protagonizaron la canallada. Y que no nos digan que fue por simple codicia, egoísmo y vanidad. Eso no vale.