2021/12/09

[139.3] CHAVES NOGALES: ÚLTIMO GRAN VIAJE. JUNIO DE 1940, DE BURDEOS A LONDRES. III.

 (3ª parte) 

AVISO. Habida cuenta de que mis averiguaciones prosiguen, nuevos datos ponen en entredicho asertos previos, por lo que esta serie de 3 entradas no sufrirá actualización alguna a partir del 30.03.2022. Esta circunstancia debe ser tenida en cuenta en orden a evitar la propagación de posibles inexactitudes o errores. El lector interesado en conocer el estado de la cuestión puede plantear su interés vía "Comentarios"; será atendido con la mayor agilidad posible.

... 

5. Rumbo al UK.

La mañana del 17, el HMS Berkeley zarpa desde los muelles de Chartrons para acercar y desembarcar a su pasaje en la punta Le Verdon, extremo sur de la desembocadura del Garona en el Atlántico, y a unas 55 millas náuticas al NNO de Burdeos.

También se habían enviado dos barcos de pasajeros a Le Verdon para el embarque de súbditos británicos y miembros de los ejércitos polaco y checo que se deseaba retirar. Ya se había enviado un número considerable de personas a La Verdon por tren y por carretera, y envié a todos los miembros de mi personal de cuyos servicios podía prescindir, al personal del Ministerio de Información y a las damas de las legaciones canadiense y sudafricana a Le Verdon en el H.M.S. Berkeley. Las Embajadas de Su Majestad en Polonia y Bélgica se embarcaron en el H.M.S. Arethussa el mismo día, y Sir Howard Kennard llevó consigo al presidente de la República Polaca y a su familia, y a algunos miembros del Gobierno polaco y sus familias. Pedí al oficial al mando del H.M.S. Berkeley que regresara a Burdeos tan pronto como hubiera desembarcado a sus pasajeros,

refiere el Embajador Campbell, quien se mantuvo en sus funciones hasta el último momento (el 24, por fin, se repatrió a bordo del HMS Galatea desde el puerto de San Juan de Luz, al que le condujo el navío canadiense HMS Fraser desde Arcachon).

Lo hace muy temprano, al alba. Chaves dice que navegan a 20 nudos. Diego Cánovas Cánovas, Capitán de Corbeta del Cuerpo General de la Armada, ha navegado ese estuario a bordo de la Corbeta Diana y me avisa:

(esa velocidad) Puede ser. La velocidad es un elemento contramedidas. Sobre todo, en la segunda guerra.

Bajo amenazas –que las había, la navegación debió ser lo más rápida posible en un estuario que

No es el Guadalquivir, con meandros y tramos que hay que estudiar bien.

5—5½ horas es una horquilla bastante segura para determinar el momento en el que el HMS Berkeley está en condiciones de regresar a Burdeos. No obstante, el trasbordo al Nariva, el mercante dispuesto al efecto, de los 265 “escogidos”, a cuya cubierta han de acceder trepando escaleras de cuerda, hubo de requerir su tiempo.

Ello nos sitúa en el entorno del mediodía (entre las 11 y las 13h, estimo), justo con la alocución del mariscal Pétain, que Tabouis refiere oírla, aunque sin aclarar si a bordo del contretorpilleur o del Nariva [19], el mercante que se les tiene asignado. 

[19] Tabouis habla del Bellaria, pero no he encontrado rastro alguno de la existencia de ese barco.

Mientras ¿qué es del grupo Werth? El mercante que se le asigna, el S. S. Madura, había sido desviado de su ruta para recoger refugiados en Le Verdon. Procedía de Beira, Mozambique, y cubría una ruta habitual con un pasaje de unas 130 personas a bordo, pasaje que alcanzará las 1500 con las que se le incorporan allí.

Werth, sus compañeros, y el resto del pasaje que acabó por sumarse, accedieron a la punta por sus propios medios. Allí contaron con las pequeñas embarcaciones habituales del puerto para acostarse a los flancos del mercante y alzarse a su cubierta del mismo modo que los del Nariva.

Y todo bajo la amenaza y el hostigamiento de la aviación enemiga, el temor al minado del estuario, y a la presencia –menos perceptible y quizás algo lejana, de submarinos nazis o italianos, amenaza nada desdeñable–; de ehcho se dio algún ataque efectivo. 

Ambos buques, como todo el convoy formado, permanecieron fondeados hasta el comienzo de su travesía a las 6:00h. de la tarde del 18, según reseña A. Werth y confirman los datos que se aportan a continuación.    

De entrada, Nariva y S. S. Madura formaban parte de un convoy más numeroso, hasta que el HMS Whirlwind entra en escena:

18 –WHIRLWIND navega hacia la Gironda (03:00)

–Arethussa ordena (19:25) al Whirlwind que intercepte y escolte al Madura desde Le Verdon a Falmouth, y al Nariva al B. C. (Canal de Bristol), ambos con refugiados a bordo.

19 –Arethussa informa (05:48) de la navegación de barcos de refugiados desde Le Verdon; el Madura hacia Falmouth y el Nariva hacia el Canal de Bristol.

– Whirlwind (20:25) informa de las 10:30/20 como hora estimada de llegada del Madura a Falmouth con 1370 refugiados. Nariva (transporta) 265 hacia el Canal de Bristol.

20 –Whirlwind informó (09:35) que escoltaba al Nariva a Milford Haven.

– Whirlwind arriba a Milford (20:02) escoltando al Nariva [20].

[20] Esos son algunos partes que ofrecen los Admiralty War Diaries of World War 2. Operation Aerial –Evacuation from Western France, June 1940. El nº que encabeza indica el cardinal de la fecha.

Milford Haven Waterway from 1946 (Wikipedia) 

6. Ya en la Isla; el 22, al fin en Londres.

Acabada su navegación, y al igual que en su partida, ambos buques permanecerán fondeados a su llegada. Antes de pasar por los trámites aduaneros pertinentes

Estuvimos anclados en la bahía de Falmouth durante casi un día entero,

dice Werth. 

Llegamos a puerto con los primeros destellos del sol la mañana del viernes (21).

 Allí se nos dio otra inolvidable bienvenida por parte de oficiales británicos y autoridades portuarias. En el muelle se han adelantado dos caballeros. Sabremos que son enviados por el Foreign Office para facilitar el viaje de los periodistas que se dirigen a Londres.

Tienen el cometido de hacernos el mejor recibimiento e invitarnos a un té caliente en un hotelito próximo.

… A continuación, nuestros mentores nos guían a la estación, para tomar enseguida el tren de Londres [21].

refiere Tabouis.

[21] Los datos que ofrece Tabouis, suscitan dudas por carecer de precisón y/o rigor de por sí, y por contraste con otras fuentes. Por ejemplo, en Cassandra.... habla de varios trasbordos de los que no existe noticia alguna… “Cambiamos de barco varias veces…”. O “Unos ocho días después, el mercante arribó a Milford Haven” (ocho días después ¿contados a partir de…?.

Tabouis afirma que el desplazamiento en tren a Londres tiene lugar el sábado 22. Si la llegada a Milford transcurre en la tarde del jueves 20, se deduce que el Nariva permaneció fondeado a lo largo del 21, lo que contradice lo expresado con anterioridad.

 … Ya de noche, llegamos a Londres, a una estación completamente iluminada. La Blitzkrieg aún no ha comenzado, y el "apagón" aún no se respeta.

Depositada delante del Hotel Savoy, me reencuentro un poco como en casa. En los últimos treinta años, se me he reservado la habitación 18 en el octavo piso.

… Me doy cuenta de inmediato de que llego durante el baile del sábado noche

…… Apenas instalada, suena el timbre del teléfono. Al otro lado de la línea, la secretaría de Winston Churchill me fija una cita con el primer ministro para un almuerzo en familia. Acepto con emoción, añade.

No existe razón que lleva apensar que el grupo Tabouis/Chaves no pasara su primera noche en el Savoy londinense, hotel que también era alojamiento habitual de Reves. 

Acometerán su futuro por separado tras permanecer alojados en el hotel –al menos algunos franceses, varios días;

Ese 14 de julio de 1940, los primeros contingentes de las Fuerzas Francesas Libres desfilaron en Londres ante el general de Gaulle, quien depositó una ofrenda floral en la estatua del mariscal Foch.

En el Savoy, la pequeña colonia francesa se divide entre la desesperación provocada por la noticias de Francia: la Cámara de Diputados ¿no acordó plenos poderes al mariscal Pétain el 10 de julio? Y el 3, una semana antes, ¿no se habían hundido los barcos franceses en Mers el-Kébir bajo el despiadado cañoneo del aliado británico?,

comenta finalmente.

Tabouis, Pertinax y Buré, acabarán viajando a los Estados Unidos. Chaves, Reves, y el ex editor de Le Petit Parisien, Élie-Joseph Bois, se establecerían en Londres.

De Alexis Leger se refiere que el 14 se embarca hacia los USA, tras una estancia en casa de Lord Vansittart [22] y una entrevista con Churchill en la que se hablaría del futuro de Francia.

[22] En conflicto con la dirección política de la época, fue destituido como Subsecretario Permanente –en el Gobierno de Su Majestad, en 1938. Se le asignó el nuevo puesto de "Consejero Diplomático Jefe del Gobierno de Su Majestad", creado “ad hoc”, en el que estuvo hasta 1941.

Bois no llegaría a disfrutar de la libertad ni siquiera un año más: moriría en su domicilio londinense a consecuencia de un bombardeo alemán el 4 de abril de 1941, mientras que el sevillano Chaves Nogales tomó domicilio en un apartamento del edificio Russell Court, 50 Woburn Pl, London WC1H [23], para reemprender su singladura.

[23] Dato facilitado por Antony Jones.

Reves, que había alternado domicilio en Londres y París años atrás, ya disponía de la ciudadanía británica desde el 8 de marzo, día en el que The London Gazette oficializó su reconocimiento; proseguiría sus quehaceres como agente periodístico altamente especializado.

A mediados de septiembre, el 19, solicité de Susan Scott, la actual archivista del Hotel Savoy, que confirmara que el grupo Tabouis/Chaves fueron sus huéspedes aquella noche del 22 de junio de 1940. Me respondió de inmediato el lunes 20.

En este momento sólo trabajo en el Savoy los lunes, es decir, con menos dedicación que antes de la pandemia de Covid; ahora no tengo tiempo para hacer ninguna investigación adicional para consultas externas.

 Tendré en cuenta su consulta, y cuando mi propio empleo vuelva a la normalidad, entonces sí que buscaré estas tarjetas de alojados. 

Confío plenamente en el cumplimiento de esa palabra, que despejará las dudas que mantengo al respecto.

7. Tesis que dejo en entredicho.

Fundamentalmente las únicas que existen, las que establece Mª Isabel Cintas en el referido Andar y contar II [24].

Me remito al escrutinio del que avisé en [139.1], en el que señalaré aquellos aspectos dignos de ser comentados, a mi parecer, del capítulo que dedica a ello, el VI, Nuevo destino: Inglaterra, en el cual, por cierto, abundan las inexactitudes.

[24] Andar y contar II. Confluencias, Almería, octubre 2021.

 

ACTUALIZACIONES DE III

20.03.22: Revisión de estilo

02.03.2022: actualización general. 


2021/12/06

[139.2] CHAVES NOGALES: ÚLTIMO GRAN VIAJE. JUNIO DE 1940, DE BURDEOS A LONDRES. II.

 (2ª parte)

AVISO. Habida cuenta de que mis averiguaciones prosiguen, nuevos datos ponen en entredicho asertos previos, por lo que esta serie de 3 entradas no sufrirá actualización alguna a partir del 30.03.2022. Esta circunstancia debe ser tenida en cuenta en orden a evitar la propagación de posibles inexactitudes o errores. El lector interesado en conocer el estado de la cuestión puede plantear su interés vía "Comentarios"; será atendido con la mayor agilidad posible.

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2. Qué sabemos por Chaves Nogales.

Pues sabemos que, 

    a comienzos de junio de 1940 estaba en París; 

    ante la inminente llegada de los boches a la capital francesa se ve abocado a tener que abandonar su familia, sus enseres –incluido su coche [11], y la ciudad que le había acogido, a finales de 1936, en su primer viaje al exilio;

[11] Antony Jones, me informó de palabra: nadie más conducía en casa…, me dijo. El dato tiene su interés, porque, cómo y con quién(es) abandonó Chaves París es cuestión que aquí no tiene respuesta.  

Esos días, las carreteras de París hacia el S, el SE, y el SO, estaban casi completamente colapsadas. 33 Días de León Werth, otro gran libro reseñado por Horacio Vázquez Rial –Ed. 27 letras. Madrid, 2010– narra las vicisitudes de la escapada del matrimonio Werth, que comienza el 11. Tardarán 33 días en llegar al Jura, en lugar de las varias horas habituales que solía requerír el viaje.

Un testimonio de máxima calidad, el del embajador británico en Francia, Sir Ronald Campbell, aporta estos datos de su desplazamiento París–Tours del día 10:

"Tras un viaje de pesadilla por carreteras llenas de oleadas de automóviles, carros agrícolas, transportes del ejército y otros medios de locomoción, llegué al castillo de C. alrededor de las 4 de la madrugada ... tuve la suerte de que sólo tardé unas siete horas en llegar a mi destino. ... el coronel V. ..., que fue retenido en París y partió unas dos horas más tarde que yo, tardó diecinueve horas en el mismo viaje debido a la congestión cada vez mayor en las carreteras y a los retrasos causados por avisos de ataques aéreos.  

      pretendió asentarse en un pequeño núcleo de los Pirineos, mientras durara la guerra,  posibilidad de la que le disuade el amigo francés al que le solicita ayuda para ello;

    surca el estuario del Garona a 20 nudos en un contratorpedero de pabellón británico.

    refiere la compañía de tres conocidos colegas franceses:

… el frío e impasible “Pertinax”, el gordo Émile Bure… y Madame Tabouis, agotada... [12].

[12] La agonía… Op. cit.; pp. 16-17.

El HMS Berkeley

A partir de ahí, ante lo sucinto de la narración de Chaves, el relato pasa a manos de un par de colegas que relataron de su peripecia. Peripecia similar para unos Alexander Werth y muchos de los corresponsales destacados en la capital francesa, por ejemplo; y exactamente igual para aquellos cuya compañía refiere, como Mme. Tabouis, al menos en su parte esencial: desde el embarque en los muelles bordeleses de Chartrons hasta su primera noche en Londres. 

Merecen ser destacadas las mutuas ignorancias que en esos relatos se profesan colegas que, por fuerza, debían conocerse bastante bien. Nadie evoca ni a Chaves ni a Reves, personas exóticas –digamos, en razón a sus procedencias, pero con un renombre y una trayectoria más que contrastados. Y las referencias a Leger y Bois, son meramente epidérmicas... Por fortuna, el sevillano dejó constancia de que estuvo allíel clavo ardiendo al que me aferré, en el habla más puramente coloquial.

Acaso la razón surja del contacto, del roce cotidiano propio del ejercicio de la profesión. Por el mero discurrir de su trabajo, por lo escaso de su número y por lo singular de la circunstancia, el colectivo tuvo que compartir estrecha familiaridad. Las inevitables consecuencias de afectos y desafectos, de pequeña rencillas y grandes amistades entre personalidades bien acusadas y –en algunos casos, notable celebridad, debieron de surgir como otro elemento más de la convivencia entre los del gremio periodístico. Digo.

 

3. En Burdeos, en torno al domingo 16.

El hecho es que, en la estela que a la desbandada que sigue al gobierno Reynaud en su caótico repliegue, 

El Gobierno se había negado insistentemente a afrontar la posibilidad de tener que abandonar la capital, por lo que, cuando tuvo que hacerlo con poca antelación o arriesgarse a caer en manos del enemigo, se vio obligado, a falta de otros planes, a recurrir al preparado antes del estallido de la guerra para hacer frente a la eventualidad, que entonces parecía probable, de que París fuera sometida a un constante bombardeo aéreo,

anota el Embajador Campbell, los periodistas llegan a Burdeos. 

Me referiré al grupo Werth, el de los corresponsales destacados por medios anglo–americanos, por un lado, y, por otro, al Tabouis/Chaves.

El primero busca y recibe amparo en el Consulado Británico; el segundo lo recibe a través de los preparativos que acomete la Embajada para evacuar a su personal (en todo caso son inciativas integradas en el marco de la Operación Aerial, referida más abajo. 

Werth lo relata así:

En principio, se supone que sólo los súbditos británicos deben irse esta tarde (la del lunes 17); pero también son aceptadas un buen número de personas. Childs, el agregado de prensa, entrega salvoconductos a varios franceses, polacos y checos. Son trozos de papel blanco que llevan anotado "S. S. Madura". Reggie Maynard y su esposa, Lord Kneller, el personal de la Embajada (excepto Malet, el secretario del Embajador) no vienen en nuestro barco. Van, y con ellos unos pocos franceses privilegiados –Pertinax, y Mme Géraud (la esposa de André Géraud, alias Pertinax) y Mme Tabouis, y Émile Buré y su esposa, a bordo de un barco de guerra –un crucero o un contra-topedero, no lo sé– que los recogerá en Burdeos mismo. Pertinax tiene el gesto apagado [13].

[13] Les dernier jours de Paris. Alexander Werth. Slatkine & Cie. Clermont–Ferrand; 2017; p. 210.

No cabe duda de que el grupo de franceses privilegiados es prácticamente el mismo con el que Chaves abre La Agonía…

Nos echaron a la cara los haces de luz de sus linternas y nos examinaron recelosamente. Salíamos del despacho del ministro del Interior, señor Mandel, y bajamos por una escalera de servicio de la Prefectura de Burdeos…[14].

[14] La agonía… Op. cit.; pp. 3. La oficialización de la dimisión de Reynaud tuvo lugar a las 22:00h., por lo tanto ese momento que narra Chaves tuvo lugar mientras caía la noche. De dónde pernoctó Chaves esa útima suya en suelo francés, nada puedo decir, aunque no descarto que fuera en el propio HMS Berkaley.

 Hasta ahora, de ese grupo conozco las 9 personas ya referidas en [139.1], pero lo cierto es que solo la relación de pasajeros del HMS Berkeley despejará cualquier duda acerca de su composición efectiva (dato que, por cierto, se me muestra del todo esquivo)*.

* Todo este párrafo queda en suspenso: un artículo de William D. Forrest, del día 24 en el News Chronicle aporta nuevos datos al respecto: él viajó en un 2º traslado del HMS Berkeley.

Es posible que Henry de Kérillis –otro célebre periodista antinazi, el único diputado de la Asamblea Nacional que votó en contra de la firma de los acuerdos de Múnich, también recibiera ese haz de luz, pero el 17 abandonó Burdeos en una avioneta pilotada por su hermano.

Lo que no ofrece duda es que el grupo Tabouis/Chaves recibe socorro del propio ministro del Interior, Sr. Mandel, y de la Embajada del UK, cuyo personal fue evacuado del mismo modo. Tabouis escribe:

En mi habitación (del hotel Royal Gascogne), el teléfono sonaba constantemente. Reconocí la voz del secretario de un ministerio importante (el de Mandel, sin duda)"Tabouis", dijo con voz emocionada. "Acabo de llamar a Bure (sic) y Pertinax. Quería darles a todos un consejo seguro. Se emitirá una orden de arresto dentro de cuarenta y ocho horas. Debes irte a Inglaterra de inmediato. Los contornos del futuro serán más claros desde ahí… y hay otras razones por las que debería ir a Inglaterra…"

Tras quemar sus papeles en las calderas del hotel, relata:

Lentamente regresé a mi habitación. André David, el director de la Conférence des Ambassadeurs, estaba allí, esperándome para informarme de que unos amigos británicos le habían notificado que todo estaba listo para mi marcha.

… Pasé una noche miserable. A la mañana siguiente (lunes 17), agotada y aún indecisa, llegué al muelle con mi pequeña maleta, llena de pensamientos sobre aquellos a los que deseaba desesperadamente abrazar sólo una vez más. El capitán del destructor Berkley me esperaba [15].

[15] They called my Cassandra. Geneviève Tabouis. Charles Scribner’s Sons, New York, 1942; pp. 6-7. 

Pero del resto nada puedo añadir.

 

4. El HMS Berkeley en Burdeos.

Junio de 1940 irrumpe en el Reino Unido con los peores, los más negros augurios. Tras finalizar la drôle de guerre, los ejércitos nazis arrollan todo cuanto se enfrenta a su paso; los desastres bélicos de los ejércitos franco–británicos se suceden y se baten en una retirada a la desesperada en suelo francés.

Tras el desastre sin paliativos de la Campaña Noruega del mes de abril, el pueblo británico contempla entre la estupefacción, la incredulidad, y el sobrecogimiento, la Fall of France. 

 Para el público británico, el trauma de junio de 1940 lo constituyó la caída de Francia. Para Churchill y quiénes estaban próximos a él, la cuestión crucial era más bien el destino de las varias piezas periféricas del poder francés: la formidable Marina francesa (la cuarta del mundo) y el Imperio francés en el norte de África así como el impacto en las relaciones anglo americanas... sabía que la Francia metropolitana estaba perdida. Realizó tremendos esfuerzos por mantenerla en la guerra...[16].

[16] Winston Churchill. Vol II. ABC-Centenario. Barcelona, 2003; p. 681.

En lo que a todas luces parece un milagro, la Operación Dynamo consigue evacuar desde el puerto de Dunkerque a buena parte del Cuerpo de Ejército Británico. Augusto Assia la presenció:

 Acabo de regresar de uno de los puertos del Canal, donde he visto llegar a las tropas inglesas procedentes de Dunquerque.

El mismo espectáculo se ha repetido desde Harwich a Portmouth durante los últimos 2 días. En cientos, miles de embarcaciones, desde barcos de vela como cáscaras de nueces hasta mercantes de 4 o 5.000 toneladas, el batido, pero no abatido ejército expedicionario británico ha ganado las tierras de la Isla [17].

[17] Cuando yunque, yunque. Ediciones Mercedes, Barcelona, 1946; p. 45. El regreso de Dunquerque, artículo fechado el 4.


Pero en suelo francés aún quedaban un buen número de soldados británicos, personal diplomático, civiles, otras personas no británicas –civiles y armadas, para las que la Isla era su única salvaguarda. Más, tras la esperanza infundida por el memorable discurso del PM Winston Churchill a la Cámara de Westminster el mismo día 4, cuyos ecos aún repercuten en el gran auditorio de la historia:

… We shall go on to the end, we shall fight in France, ... ; we shall never surrender…

https://winstonchurchill.org/We-shall-fight-on-the-beaches/


En ese peliagudo trance, el gabinete británico ha de multiplicar sus esfuerzos para conseguir sus más apremiantes objetivos políticos: repatriar al muy numeroso contingente de personas que se aglomeran y abarrotan los puertos atlánticos franceses; contener en lo posible los bombardeos en la Isla y la letalidad de los submarinos boches; y mantener en pie –en su defensa de Francia, los restos del ejército francés derrotado sin paliativos.

Así las cosas, el embajador Campbell, orientado por el General Spears (representante personal de Churchill en Francia) hace, desde Burdeos, un llamamiento a sus superiores el 15, de cuyo cumplimiento avisa el 17.   

... me vi en la necesidad de solicitar el envío de un buque de guerra a Burdeos lo antes posible para evacuar al personal de la Embajada de Su Majestad, de las Legaciones de Canadá y Sudáfrica y de los Gobiernos de Polonia y Bélgica, si el Gobierno de Su Majestad aceptaba recibirlos.

… En respuesta a mi solicitud de envío de un buque de guerra, el Almirantazgo ha enviado al H.M.S. Berkeley a Burdeos y HMS Arethusa a Le Verdon.

El modo en el que el selecto grupo Chaves/Tabouis se suma al que agrega el embajador, por desconocwrlo, pero aduzco un par de razones de fondo:

–una, de mero corte –y valor, propagandístico como poco: poner a salvo a las voces que más se habían destacado en el pasado reciente en su acérrima aversión al salvaje totalitarismo nazi por lo que eran piezas apetecidas por la Gestapo.

Poder salvarlos, y propiciar que pudieran seguir difundiendo a los 4 vientos sus mensajes, era un modo de romper el creciente y totalitario monopolio informativo que los nazis asentaban en el continente; no se olvide que eran momentos de plena vigencia del pacto nazi–bolchevique Ribbentrop-Mólotov.

–la segunda, por las cercanías que se daban.  De índole más personal entre Churchill y Tabouis, por una parte, y entre Churchill y Reves, por otra [la naturaleza de esas amistades era diferente; con Tabouis –toda una singularidad, las coincidencias políticas eran sobradas; pero a su enorme valor personal y profesional, se sumaban razones de estirpe familiar. Con Reves, con muy abundantes méritos del mismo orden, le unía además una relación puramente comercial: era el agente que le venía procurando a Churchill desde años atrás–la difusión de sus artículos periodísticos por el orbe]. En el caso de Leger, de índole política a resultas de su papel en el gabinete Daladier (Reynaud lo cesó en el suyo).

Apenas instalada (la noche del 22, en el Hotel Savoy de Londres), suena el timbre del teléfono. Al otro lado de la línea, el secretario de Winston Churchill me concierta una cita con el Primer ministro para un almuerzo en familia. Acepto con emoción. Intercambiamos entre nosotros algunos recuerdos recientes de nuestro último encuentro en Burdeos, en los jardines del Ayuntamiento [19].

[19] Les princes de la paix. Albin Michel. París, 1980; p.14. 

Tanto el HMS Berkeley como el HMS Arethusa, los navios que el Almirantazgo envía al estuario de La Gironde, participan en un despliegue mucho más amplio cuyo nombre es Operación Aerial.

Aerial fue la prosecución de la Operación Dynamo, pero de manera mucho más organizada. Entre el 15 y el 25 de ese infausto mes de junio, unas 250.000 personas fueran trasladadas al Reino Unido en convoyes de mercantes –abarrotados la mayoría de las veces, escoltados por navíos de la Armada Británica.

Las personas con las que se tuvo el mayor esmero en su salvaguarda viajaron a bordo de los propios navíos de guerra o escoltados por ellos, como en el caso del Nariva, del Madura y del HMS Arethussa.

 

5. Rumbo al UK.

La mañana del 17, el HMS Berkeley zarpa desde los muelles de Chartrons para acercar y desembarcar a su pasaje en la punta de Le Verdon, extremo sur de la desembocadura del Garona en el Atlántico a unas 55 millas náuticas al NNO de Burdeos.

ACTUALIZACIONES DE II

25.03.22: añadido de nota (*) que deja en suspenso el párrafo relativo a la relación de pasajeros del HMS Berkeley.

19.03.22: cambios de estilo.

02.03.2022: actualización general. 


(Fin de la 2ª parte)

[220] SUMA CHAVES NOGALES (EN CON VOZ QUEDA). I.

En estos momentos, en los que la obra de Chaves Nogales está en el dominio público y, cual gallina de los huevos de oro, no faltan esmeros p...